Amor Entre Mafias

Al entrar a la empresa, César detuvo el paso. No importa como la chica estuviera. Su cabello estaba hecho un desorden, el vestido que llevaba puesto, tenía polvo por todas partes, y sus zapatos estaban en muy malas condiciones, a causa de haber caminado por mucho tiempo por el bosque.

Melissa Ghop, pronto se iba a convertir en su esposa, y su lugar era a su lado. César no podía hacer menos a la hija menor de Samuel Ghop, a pesar de todo, la chica siempre sería la hija consentida de Samuel Ghop.

Melissa se acercó tímidamente a lado derecho de César. No se atrevió a dar ni un solo paso más, su aspecto físico, no era el adecuado para estar a lado de un hombre tan guapo y elegante como lo era César.

La mirada de todos los empleados cayó sobre Melissa. Nadie podía creer que una chica tan desarreglada acompañará al CEO de la empresa más importante del país.

____ Es una mujer horrible.

____ ¿Cómo se puede atrever a poner un pie en la empresa?

_____ Es mejor que nos callemos, viene con el Señor Escobedo.

Melissa podía escuchar con claridad a cada uno de los empleados que hablaban de ella. Por esa razón, prefirió mantenerse alejada de César.

..."Dios, por qué esta mujer no es nada inteligente"____ Se quejó César con disgusto....

_____ Ven. No me hagas perder mi tiempo. _____ César le ordenó a Melissa acercarse a él.

La chica dio un paso con lentitud. No era tan valiente como para acercarse a César abiertamente delante de tantas personas.

Al ver a Melissa ser tan tímida, y no ser la misma chica atrevida que se encontró en el bosque, volvía loco a César.

Agarró a la chica del brazo, y la llevó al elevador, sin importarle la mirada maliciosa de todos los empleados.

_____ ¿Eres tonta? Por qué permites que los demás te vean de esa manera, a caso te sientes inferior a ellos. ______ César no pudo evitar regañar a Melissa, en cuando la puerta del elevador se cerró.

_______ No soy tonta. Pero tampoco soy una idiota que no se da cuenta de que no soy una mujer para estar a lado de un hombre como tú.

La chica estaba a punto de derramar lágrimas de impotencia. Melissa no se sentía tan hermosa, como cualquier otra mujer.

César giró su cuerpo, quedando cara a cara con Melissa. El chico colocó sus dos manos, a los lados de la chica, y la dejó atrapada entre la pared de acero y su cuerpo.

Mirando cuidadosamente a Melissa. César se dio cuenta de que Melissa no era una mujer fea. Si no lo contraria, Melissa era hermosa, solo le faltaba creer un poco más y sería mucho más hermosa que Elena o Elsa.

César fue bajando la cabeza, acercando sus labios a los de Melissa. Por instinto, Melissa cerró los ojos, y espero a que César volviera a besarla con la misma pasión que lo había hecho antes.

Sin embargo, el ascensor se detuvo y la puerta se abrió, evitando que César volviera a besar los labios de la chica.

El chico se alejó de Melissa, sin antes agarrar su mano; y la empujó fuera. La chica, parecía una muñeca de trapo a merced de César, iba de un lado para otro.

Al ver a su jefe llegar. Susana se levantó de su asiento, y bajó la cabeza de inmediato. Había hecho todos los trámites necesarios para la boda de César y de Melissa, para el día siguiente.

Teo, que se encontraba a lado de Susana, se quedó atónito al mirar a César jalar a la hija menor del ruso, como si la chica fuera una muñeca sin vida.

Eso hizo que Teo abriera los ojos enormemente. Y deseará que se abriera la tierra y se lo tragara en ese momento.

________ ¿Por qué, el señor César no es como el Señor Fernando? ______ Se preguntó Teo, queriendo llorar.

César abrió la puerta de su oficina, y jaló a Melissa al interior. Al entrar soltó la mano de la chica, y cerró la puerta detrás de ellos.

La chica observó la oficina de César, era muy hermosa, y tenía un color neutro por cada rincón, haciéndola fría y misteriosa.

______ Es linda, aunque si le dieras un poco más de color, quedaría maravillosa.

Melissa se dejó caer en el sofá de piel, y tomó una de las revistas a su lado. La comenzó a hojear, mirando a Tania como la modelo principal de la portada.

César tomó asiento en su silla, sin antes haberse quitado el saco. Dobló las mangas de su camisa y comenzó a trabajar. Esperando que Melissa se quedara callada, y no lo interrumpa.

Los minutos pasaron, y Melissa terminó de leer todo lo que decía la revista de Tania. Melissa quedó impresionada por lo hermosa y sensual que era Tania.

Sin embargo, era una lástima que siendo una mujer tan hermosa, tuviera una mirada tan distorsionada.

La chica cerró la revista y la dejó en el mismo lugar. Se levantó y fue hacia la ventana, sus ojos marrones se clavaron en el edificio de adelante.

De inmediato, su mente se llenó de malos recuerdos. Apretó sus puños con fuerza, su respiración se volvió lenta, y sus lágrimas luchaban por caer de sus ojos marrones.

_____ ¿Qué tanto miras?

Melissa volteó hacia atrás al escuchar la pregunta de César. Sus ojos comenzaron a dejar caer sus lágrimas.

Al recordar cuando su madre fue asesinada fuera del edificio de enfrente. Melissa no se había dado cuenta, hasta que miró con atención.

_______ Fue ahí donde mataron a mi madre. _____ Melissa levantó su mano y señaló el edificio al otro lado.

César se puso de pie, y se acercó a Melissa. No podía sentir un profundo vació al ver a Melissa llorar de esa manera.

Abrió sus brazos y abrazó a la chica, por mucho tiempo. El frágil cuerpo de Melissa no dejaba de temblar.

Cuando encontró los recortes de periódico que su padre escondió celosamente, y ver a su madre en el suelo, bañada en un charco de sangre, con varios disparos en su cuerpo, fue una escena que no iba a poder borrar nunca de su cabeza.

______ Era una niña cuando me arrancaron a mi madre. ______ Tartamudeo entre llanto, Melissa.

César pasó una de sus manos por el cabello de la chica, y con la otra la abrazó con más fuerza. No se podía imaginar todo el sufrimiento por el que a pasado Melissa.