¿Ella? Se casó y su esposo no es quien ella creía, ¿El? No recuerda nada ambos están atrapados en este matrimonio pero tal vez fue lo mejor que les pudo pasar a ambos
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PLAN EN MARCHA
...Elliot: ...
No podía consentrarme en el trabajo, el recuerdo que había tenido ayer tenia ocupada mi mente, eso y el hecho de que Elena y mi hermano se iban a ir al mismo tiempo y al mismo país.
Estaba dispuesto acompañar a Elena hasta el aeropuerto solo para asegurarme que no iba a largarse con ese imbecil.
Esa idea no podía dejar mi cabeza, yo apenas recordaba su rostro de antes del accidénte. Me estaba aferrando a lo único familiar de mi vida.
—Elliot hermano. —Santos entró sin tocar.
—¿Acaso no te enseñaron a tocar? ¿Por que Samantha no te anuncio?
—De acuerdo, veo que estás molesto, pero necesito que te calmes porque traigo malas noticias- Dijo tomando asiento.
— ¿Que pasa?
— El proyecto hotelero, no tenemos quien diseñe el interior de los espacios.
— ¿Como de que no? Tenemos una docena de empleados en esta área.
— Ya supervise sus propuestas, no te gustarán.
— Diles que vuelvan a realizar sus propuestas para hoy en la tarde, y que más vale que me gusten o estarán despedidos.— Dije evidentemente molesto.
— Está bien. — Santos suspiró y salió de la oficina.
Una vez que salió tuve una idea. Tome el teléfono de la oficina.
— Residencia Zenón. — Escuche del otro lado.
— Flor ¿Podrías comunicarme con Elena?
— Claro señor, un momento.
No tardo mucho cuando la voz de Elena sonó del otro lado.
— Elliot.
—Si, Elena escucha, necesito un favor.
— Dime ¿en que puedo ayudarte?
— Te enviaré unos planos, me gustaría que diseñaras el interior.
— Elliot no creo poder diseñar algo como eso.
— Solo haz lo que puedas, desplayate, usa tu creatividad. Te puede ayudar a adquirir experiencia, tómalo como práctica. — No se escucha nada, estaba dudando tras el teléfono — Escucha yo lo veré y evaluare.
— Está bien.
— Muy bien, tienes hasta hoy en la tarde.
— ¿Que? ¿Hoy en la tarde? ¡Elliot no podré terminarlo!
— Confió en ti, te envío los planos en un momento.
Colgué la llamada antes de que se negara. Lo que vi en sus diseños esta mañana era muy bueno, creo que ella tiene potencial.
Por la tarde estaba en sala de juntas, los empleados estaban presentando sus proyectos, había algunos realmente buenos, pero no era lo que buscaba para proyecto hotelero.
Dejaron sus carpetas y salieron de la sala de juntas, busque entre las carpetas los que no habían pasado la prueba las tome y luego las aventé hacia Santos quien seguía en la sala de juntas.
— Despiede a estos cuatro, sus trabajos fueron realmente mediocres.
“A Santos no le sorprendía la actitud de Elliot, antes era mucho más despistado, desde el momento en que le dijo que de las 12 personas ninguna había hecho un proyecto realmente te bueno, los hubiera despedido a todos, pero ahora les dio la oportunidad de reinvindicarse.”
— Como digas.
Seguí trabajando desde ahí en otros proyectos, por fin pude concentrarme, no me di cuenta de la hora, se me había pasado el tiempo.
Vi el reloj y decido guardar todo para ir a casa. Una vez que llego ya no había nadie despierto, todas las luces estaban apagas. Los empleados saben que si no llegó a cierta hora deben ir descansar y no esperarme.
Me dirigí hacia las escaleras para subir, pero justo en el primer escalón vi la luz de mi oficina encendida.
Mi enojo creció, quien entró a mi oficina y sin mi permiso.
Fui hacia ella, la puerta estaba entre abierta. Me extrañe al ver que Elena estaba ahí dormida en la silla de mi escritorio, con muchos papeles y su computadora abierta. Me acerqué para despertarla pero los papeles con imágenes llamaron mi atención. Eran los diseños del hotel, tome la computadora y comencé abservar los diseños, es como si hubiesen leído mi mente, me daba miedo la exactitud de los detalles, había encontrado quien diseñara la nueva cadena hotelera, Aunque no estaba terminado confiaría en que todo saldría bien y más que esto me daba la oportunidad de poner en marcha mi plan.
Trate de despertarla lentamente.
— Elena, Elena
— ¡Shhh! Déjame dormir ¿No les enseñaron a respetar el sueño de las personas?
Me pareció gracioso lo adormilada que estaba. Se veía realmente hermosa dormida.
Trate de despertarla una vez más y se sobresaltó.
...Elena: ...
Elliot me colgó antes de pudiera rechazar su oferta, esta tarde era muy poco tiempo, yo casi no tenía experiencia, es obvio que no iba a poder terminarlo.
Fui imadiatamente por mi computadora.
— Señora ¿Saldrá hoy al jardín? — Me pregunta Flor.
— O no Flor , el día de hoy no me será posible, tengo mucho trabajo que hacer.
— ¿Por que no entra al despacho del señor Elliot? Es el lugar más tranquilo de la casa, ahi nadie entra sin permiso de el.
— Usted lo ha dicho, ahí nadie entra.
— Pero usted es su esposa, usted tiene derecho a entrar.
Pensé un momento en lo que dijo y luego sacudí mi cabeza.
— No, podría darse cuenta y molestarse.
Me quede en sala de estar, para mi mala suerte, Rebeca estaba ahí, disque sacudiendo algunas cosas de la casa, pero estaba haciendo demasiado ruido, no me deja concentrarme, fui a otro sitio y según ella siguió sacudiendo.
No tuve otra opción que entrar al despacho de Elliot, dejaría todo tal y como está para que no se de cuenta.
Pero la muy maldita me siguió hasta ahí.
— Rebeca por favor, retírate.
— El señor no permite a nadie entrar en su oficina, vine para asegurarme de que así sea. — Dijo pavonenandose por la oficina.
— La verdad tengo mucho trabajo y no tengo tiempo para tus estupideces.
— ¿Tu? ¿Trabajo? pero si no haces nada en todo el día. — Se burló.
— Lo que yo haga o deje de hacer no es asunto tuyo, así que por favor retírate.
— Hasta que usted salga de aquí no me iré.
— ¡Quiero que te vayas! — Levante un poco la voz.
— ¿Por que? Usted no es más que un mueble en esta casa, en cambio habemos personas mucho más provechosas aquí. — Me rodeó.
Me giré para verla — ¿Cual es tu maldito problema conmigo?
-¿Problema? Pues si la verdad si tengo un problema con usted. — Me vio fijamente. — Sucede que ocupa un lugar en esta casa que alguien más podría ocupar y hacer mucho mejor papel que usted.
— ¿Quien? ¿tu? — Dije recordando lo que había escuchado en la cocina el otro día y la vi con insuficiencia.
— ¿Por que no? — Me dio una sonrisa maliciosa — Estoy segura que la falta de intimidad podría volver al Señor un blanco fácil para muchas mujeres. Estoy segura de que cuando el señor Elliot me pruebe no creo que quiera dejarme.
Le día una cachetada tan fuerte que cayó al suelo.
Lo que escuche no me gusto, no se que me paso, mi sangre hervía y mi mente estaba nublada por el coraje.
— Maldita ¿como te atreves ? — Dijo enojada tocándose la mejilla.
Flor que había entrado en ese momento, se arrodilló junto a ella.
— Señora ¿que fue lo que pasó?
— Flor por favor llévatela y que nadie me moleste en transcurso del día. — Mi respiración seguía acelerada.
—Si Señora.
Una vez que salieron fui al escritorio, me senté pero no podía calmarme, la maldita idea de esa mujer con Elliot me llenaba de Ira, sin darme cuenta arrugué una hoja de papel. Trate tranquilizarme y me puse a trabajar, esperaba por fin poder avanzase un poco.
******
Así transcurrió el resto del día tranquilo, solamente Flor entraba de vez en cuando para traer la comida o para preguntarme si se me ofrecía algo.
— Señora ya es tarde ¿Por que no va a dormir?
— Aún me falta por terminar, prometo que antes de que Elliot llegue ya me habré ido y déjado todo como estaba.
— No me preocupa que el señor llegue me preocupa que usted no duerma, ademas parece que llegará tarde hoy, vea la hora que es y no ha llegado.
— Entonces con mayor razón debo aprovechar el tiempo. Me dio sólo hasta hoy. — Bostecé un poco. Tantas noches sin dormir y parece que el día de hoy todas esas noches me estaban pasando factura. — Pero vaya a descansar Flor no me espere.
— Bueno entonces le dejo su café. — Colocó la taza cerca de mi
Tome un sorbo. — Muchas gracias Flor, esta delicioso.
Ella se retiró y yo seguí trabajando.
Tantos días sin dormir bien y el día de hoy el sueño me estaba venciendo.
Morfeo por favor permíteme unas horas mas, pero como si mi suplicas fuesen ignoradas el sueño me venció.
— Elena, Elena — Alguien me llamaba.
— ¡Shhh! Déjenme dormir ¿no les enseñaron a respetar el sueño de las personas?
— Elena.
De pronto recordé donde estaba, mi cuerpo se sobresaltó de imadiato y desperté abruptamente.
— Elliot yo… Disculpalme yo… — Dios tenía que haber salido hace horas de su oficina. Me levante.
— Ve a dormir, debes estar cansada.
— Pero yo no termine…
— Mañana hablamos de esto, ve a dormir anda.
Asentí con la cabeza y salí de la oficina para ir a dormir.
*******
Al día siguente Elliot pidió que bajara desayunar con él y así lo hice, lo más seguro es que vaya a regañarme por entrar a su oficina.
— Buenos días. — El ya se encontraba sentado en la cabeza de la mesa, con su imponente traje y su bello rostro.
— Buenos días ¿dormiste bien?
— Si, gracias — Mentí, una vez que fui a mi habitación las pesadillas donde Elliot se enteraba de la verdad, mi padre y mi hermano muertos y yo en la cárcel eran frecuentes y me hacían tener un sueño intermitente. — ¿Que tal tu?
— Dormí bien, muchas gracias.
— Escucha Elliot se que no termine lo que me pediste. Aunque te prometo que tiene potencial. Puedo explicártelo, aunque no esté teminado, que sea solo es de practica te aseguro que es bueno, tiene potencial.
— ¡Ho no! No hace falta que lo expliques. — Dijotranquilo. — Aunque si necesito que lo termines.
— ¿Por que?
— Bueno ya te seleccione para que te hagas cargo del proyecto de la nueva cadena hotelera.
— ¿Que? ¡No es posible! ¿De verdad? — Está que mi ojos estaban más que abiertos.
El se rio diviértido por mi expresión y asintió con la cabeza.
— Elliot ¿por que yo? no entiendo. — La sorpresa no cabía en mi pequeño cuerpo.
— Anoche di un ligero vistazo a lo que ya tenias, no necesité verlo terminado para saber que es lo que busco.
— Elliot pero yo no sé si estoy lista para algo tan grande. Apenas he llevado algunos pequeños proyectos. — Si la verdad es que dudaba de mi misma, iba a tener que trabajar como esclava para poder lograrlo.
— Se que puede asustar, pero yo estaré contigo en todo momento, trabajaremos juntos, no voy dejarte sola.
Yo estaba indecisa en si aceptar, Elliot me dijo que se terminaba el proyecto exactamentete en dos meses, que tendria que viajar cada dos semanas a los demás hoteles y que debería aprender viajar bajo presión. Lo que termino por convencerme es que si todo salía bien, no había empresa en el extranjero que se negara trabajar con migo, es más las ofertas me lloverían.
— Esta bien acepto.
— Mañana mismo comienzas a trabajar en la empresa.
El sonrió victorioso. Acercó un poco su silla a la mía. colocó uno uno de mi cabellos detrás de mi oreja. Se acercó iba a besarme y yo hace rato ya no podía apartarme de él.
— Estoy muy contento de que vayamos a trabajarjuntos. — Susurro cerca de mi rostro.
Reí nerviosa.
Creí que se molestaría por haber entrado a su oficina pero no fue así.
— Señor. — La voz de Rebeca nos sacó de nuestro trance.
Elliot suspiro con pesadez y cerré un momento mis ojos tratando de tolerar a esta mujer,
— Dime. — Dijo secamente.
— Debo reportarle algo que la Señora hizo el día de ayer y que estuvo mal .— Mi esposo frunció el seño y me evaluó serio por un instante, los nervios crecieron en mi, no sé si por la reacción de él o por lo que la tipa le iba a decir que tal si le mentía. — Ella entró a su oficina ayer, estuvo ahí todo el día, fui a decirle que no podía estar ahí, que esta prohibido pero no me escucho y además de eso me golpeo.
La muy maldita sólo habia dicho lo que le convenía.
— Bien, se lo merece — Elliot se encogió de hombros.
— ¿Que? Pero Señor… — Elliot no la dejó terminar.
— Ella es mi esposa y está es su casa, puede estar en el lugar que le plazca.
—- Señor, ella me golpeo. — Dijo roja de enojo y fingiendo indignación.
— Si la estuvo molestando en su propia casa es normal que la haya sacado de sus cabales, si aún así no entiendio cuál es su lugar en esta casa ese es su problema — Tomo asiento restándole importancia a su presencia — Ahora debido a que ha estado molestando — Hizo una pausa. — Está despedida.
— No Señor por favor. — Se inco la muy desgraciada lame suelas — Ya no molestaré más a la señora se lo aseguro.
— Ya tome mi desicion.
Ella trató de tomar su mano para rogar pero él se soltó abruptamente.
— Si no se larga de aquí hora, la hechare a patadas.
Yo lo único que podía hacer era observar todo impáctada en mi asiento y en silencio.
Ella se levantó para ir a preparar sus cosas, me vio con los ojos rojos llenos de lagrimas y la mandíbula tensa.
Solo puedo decirle, que no es eso más adelante lo verá