Una Noche Inesperada.

Ami sintió que la vergüenza de lo ocurrido aquella noche, tan nefasta para ella, la carcomía por dentro y le salía por los poros. Por un momento se sintió pequeña delante de aquel hombre despiadado, que la atacaba donde más le dolía, pero por el bien de toda su familia, en especial el de su padre, tenía que recuperar la compostura y fue pensando en él, como finalmente lo logró.

_ Señor Harper, no intentaré victimizarme frente a usted por lo ocurrido aquella noche, tampoco busco justificarme. Pero si le diré que esa vez, ambos fuimos dos ilusos, usted creyendo que yo estaba de acuerdo con lo que sea que le haya dicho mi hermano y yo por confiar en mi propia familia.

_ ¿Me estás tratando de tonto, de confiado? ¿Cómo te atreves? Tú firmaste un acuerdo en nombre de tu familia y ahora es tu responsabilidad cumplirlo. La única ilusa aquí eres tú si piensas que podrás escaparte de tu responsabilidad. – le respondió casi a los gritos un enojadísimo CEO.

De inmediato le hizo una seña a su asistente y este enseguida capto el mensaje, por lo que busco en uno de los muebles bajo llave, una carpeta con papeles adentro y se la paso a su jefe.

_ Este es el acuerdo que firmaste esa noche en el hotel. En resumen, aquí dice que aceptaste estar como garantía de pago bajo mi custodia, a mi servicio, de la forma en que yo lo disponga, a cambio de la extensión del plazo de pago que le concedo a tu hermano para no ejecutar la deuda que tu familia mantiene conmigo. Tu firma se encuentra al pie de la página.- le decía el hombre señalando el lugar donde estaba firmado el nombre de la chica.

_ ¿Reconoce su firma señorita Iraola?- le preguntó el asistente.

_ Sí, pero esa noche me drogaron. Usted tiene que creerme, yo no sabía nada de esto, mi cuñada me dijo que usted entregaría un donativo especial al centro comunitario donde yo trabajo como voluntaria y que por eso quería verme en su swuit. Yo fui la ilusa que le creyó a esa mujer.- decía la joven con las lágrimas, casi asomándosele.

_ No me vengas con dramas que a mí no me interesan, lo único que me importa es el dinero que tu familia me debe desde hace demasiado tiempo. Tuve la buena voluntad de acceder a un nuevo plazo de pago, deberías ser más agradecida conmigo y hacer lo que te diga.

Cuando el CEO termino de decir la última frase, la chica lo miró aterrada, pensando en los planes que ese hombre despiadado y déspota tenía para ella. Así que se repuso del shok recibido para así poder jugar sus cartas.

_ Señor Harper, usted acaba de decirme que recuperar su dinero es lo único que le importa, créame que pagarle es también la única cosa que me interesa, por eso vine a renegociar la deuda y hacerle una nueva propuesta de pago más rápida que la ofrecida por mi hermano.-

Dicho esto, la joven tomó los documentos que traía en la carpeta y que había sacado previamente para  mostrárselos a ambos.

_ Mi propuesta es la siguiente: lo que ustedes ven aquí son las copias de las escrituras de una propiedad que mi madre tiene en una ciudad balnearia, por lo que se cotiza en veinte millones de pesos, la otra es la escritura y el balance de la academia de danzas de mi madre, valuada en sesenta millones de pesos, las cuales cederíamos como prenda hasta que la empresa le devuelva lo que es suyo. Sin embargo, estoy consciente de que todavía faltan cien millones de pesos para cubrir la deuda, mismos que el banco de Lux City me prestará, pero debido a los papeleos requeridos para esta suma, necesitan alrededor de dos semanas para finalmente darme el dinero.

El CEO una vez más miraba fijamente a los ojos a la chica y pensaba internamente que definitivamente tenía las agallas que le faltaban a su hermano mayor. Pero dejando ese pensamiento de lado, se le ocurrió la maliciosa idea de jugar el juego del gato y el ratón, dándole un poco de esperanza a la muchacha para luego acabar con ellas, consiguiendo así doblegar su voluntad.

_ Muy bien, señorita Iraola, aceptaré como parte de pago las propiedades que me acaba de ofrecer, en caso de que logre conseguir el préstamo del banco. Por supuesto, esperaré el plazo por usted mencionado.

A la joven se le iluminó el rostro al escuchar las palabras del CEO.

_ ¡Muchas gracias, señor Harper! Yo sabía que usted era un hombre racional, con el que se podía hablar. Otra cosa más que le quiero pedir y tal vez dejar por escrito es que no despida a los empleados del instituto de mi madre. Son buenas personas y le serán de mucha ayuda en la administración del lugar hasta que nosotras logremos recuperarlo.

A pesar de que las cosas no estaban saliendo como el joven lo tenía planeado, Adam realmente se estaba divirtiendo a expensas de la ingenuidad de la chica, porque realmente ella creía que él la dejaría librarse del compromiso contraído anteriormente. Así que disimulando sus ganas de reír, le dijo muy seriamente.

_ Muy bien, ahora tengo que aclararte algunos puntos de este nuevo acuerdo. Así que presta atención a lo que te diré.

_ Claro, por supuesto. – dijo la chica muy atenta

_ Primer punto: quiero que cuides tu salud. Estás mucho más delgada que cuando te vi por última vez y la verdad, no me gustaría que te enfermes. ¿Tienes algún problema de salud?

_ Agradezco su preocupación, pero ya estoy bien.- dijo Ami con algo de sonrojo y casi sin poder creer que aquel hombre frío tuviera ese gesto tan cálido con ella.

_ Ok, pero estaré al pendiente con eso. Segundo punto: si el banco te niega el préstamo, bajo las reglas de este nuevo acuerdo, tú serás mi esclava, harás lo que sea que te pida por el tiempo que se me ocurra o hasta que me aburra de ti. Por lo general, mi gusto por la misma mujer solo dura uno, tres meses y no más.

Ami lo miró con el rostro desencajado y con algo de enfado, ¿cómo podía ser que el mismo hombre que hacía un instante tuvo la amabilidad de preocuparse por su salud, al minuto siguiente le saliera con una barbaridad como esta?

_ Señor Harper, el banco no me negará el préstamo, además ¿nadie le dijo que la esclavitud fue abolida durante el siglo 19?

Adam apoyo los codos sobre el escritorio y se acercó más adonde estaba sentada la chica, para luego decirle mirándola de forma penetrante.

_ Esos son mis nuevos términos Ami, los tomas o los dejas.

_ Los acepto, ¿dónde debo firmar el nuevo acuerdo?- dijo la chica, respirando pesadamente y tratando de ocultar que realmente se sentía intimidada.