Vine Solo Por Ti

Killian miraba fascinado a la muchacha, está consciente de que tiene fama de ser un ogro de mal humor, por lo que pocas personas se atreven a mirarlo a los ojos y menos a pedirle que cambie su decisión, pero esta chica lo ha hecho y –como un bono extra—luce tan bella pidiendo su favor que no puede evitar concederle su solicitud.

Killian Draccor: (Recuperando la calma) Está bien, pero quiero que sepan que, si esta falta es retirada, sólo se debe a la intervención de esta bella dama. A ella es a quien deberán agradecer… y Príncipe William, será mejor que les ponga una correa a sus amantes, para que no causen un desastre a su paso.

Diana: Bueno, ahora que todo ha quedado aclarado, por qué no toman un trozo de pastel y comparten con nosotros una taza de café. Director, por qué no pasan al salón adjunto y disfrutan de todo un poco más relajados… Si me disculpan, debo ir a cambiarme y a la enfermería. Por cierto, su Alteza, ¿no se lastimó al caer? ¿Necesita atención médica?

Killian Draccor: No, no, no, yo estoy bien, pero la acompañaré señorita, no puedo permitir que nada malo le vuelva a suceder.

Duque: (Claramente incómodo) No se moleste Majestad, yo mismo llevaré a mi pequeño ángel a la enfermería, usted disfrute con sus majestades del Festival, nosotros regresaremos en un momento más.

Diana: Majestad, nada me gustaría más que usted pudiera acompañarme, pero si viene, los Reyes, directores y profesores nos seguirán porque ellos desean asegurarse de que usted estará bien, así que, para no incomodarlos a ellos, ¿podría esperarme un poco? Prometo que, a mi regreso, si tiene más dudas sobre el café y este postre, con gusto platicaré con usted.

Killian Draccor: Vaya, veo que además de un hermoso rostro, esa bella cabecita es bastante audaz, sería una excelente y digna monarca (besó el dorso de la mano de la chica y la dejó partir con su padre).

Con tristeza, la Reina Isabel vio cómo Diana ha cautivado al Emperador, mientras el tonto de su hijo los mira pasmado, sin poder reaccionar y no hace nada por alejar a esa tonta que casi causa un conflicto entre el Imperio y Ares… vaya que no sabe ni cómo ayudar a ese mocoso.

Rápidamente Diana fue llevada a la enfermería y Emily le dio un cambio de ropa, algo que llamó poderosamente la atención del Duque, ¿por qué su hija tendría preparado esto? La respuesta es que luego del incidente donde fue acusada de tirar a Susana, recordó que en la novela se narran tres agresiones específicas, la primera fue que la encuentra en un pasillo y la arroja enojada al piso (el anterior), el segundo, decía que en el Festival agredía a la protagonista arrojándole té caliente, pero como ella ha estado tratando de cambiar las cosas, imaginó que, así como el Emperador llegó antes, las cosas también ser diferentes y prefirió prevenir antes que lamentar. No se libró del todo de la quemada, pero quien quedó como la mártir fue ella y no la protagonista.

Al mismo tiempo, William sigue dándole vueltas en la cabeza todo lo que sucedió, Susana literalmente gritó ante todo el mundo que son amantes y que entre ellos ha sucedido algo más, pero él siempre la ha respetado, ni siquiera se ha atrevido a darle un beso y si le permitió llamarlo por un diminutivo fue porque ella es tan dulce y amigable que nunca pensó que las cosas llegarían a este extremo.

Ahora, sus padres están más que furiosos con la chica y no le querrán dar la oportunidad de demostrar su valor, mientras que Diana fue agredida y, aun así, sin su intervención todo habría terminado en desastre, pero ella logró calmar al maldito Emperador, por cierto, ¿quién se cree ese tipo, un héroe que salva a la damisela en apuros? No, Diana no es eso, ella es inteligente e independiente, sin ese metiche seguramente se había caído al suelo y resultaría más lastimada… por cierto… debe ir a ver cómo está… ella fue lastimada por las acciones de Susana… ¡¿cómo cambiaron las cosas así?!

William: (Gritando) ¡Diana, ¿estás bien?!

Diana: (Aburrida) Sí majestad, no fue nada, sólo una pequeña quemada, pero todo está bien, mejor vaya y controle a su amante, antes de que eche a perder todo…

Duque: (Enojado) ¡Majestad, le recuerdo que usted dijo que JAMÁS buscaría a mi hija! ¡Así que mientras aún tengo paciencia, le exijo que se mantenga lejos de ella!

William: (Molesto) ¡Usted no puede exigirme eso Duque, estamos en la escuela, y aquí usted no puede intervenir!

Diana: ¡Basta a ambos! Están haciendo una tempestad en un vaso de agua, ¡Dejen de exagerar! Majestad, le pido que se retire. No me pasó nada así que mejor vaya a buscar y controlar a su amante… Papacito, vámonos, debo regresar a mi stand y tengo muchas cosas por hacer, ¿podrías ayudarme?

Duque: Claro cariño, aquí el ambiente es muy pesado, necesitas aire más fresco…

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