CAUTIVA DEL PRÍNCIPE

El día era hermoso y soleado Amelia despertó preguntándose si lo ocurrido la noche anterior habría sido solo un sueño sentía todavía sus caricias en su cuerpo y se estremeció al recordar su impetuosa virilidad. La jornada de la preparación de la comida había terminado cuando estuvo sola Amelia se reclinó en el suelo para poner en orden su mente le había costado concentrarse en el trabajo por miedo a las consecuencias que podían ocasionar los eventos del día anterior.

El capitán anunció un día de relajación para la tripulación en una isla donde atracaria el yate por algunas horas. Amelia no había salido al exterior y al ver la vista se sorprendió por lo hermoso del paisaje.

Jamil se encontraba en cubierta y le hizo una invitación para ir a nada y conocer la playa pero tuvo que posponer la salida para atender el pedido de atención de Darla, Amelia le habría enviado el servicio pero la rubia malhumorada exigió que fuera ella en persona.

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Amelia le llevó el servicio de bebidas y está la humilló con una escandalosa rabieta alegando que el servicio no era lo que había pedido, insultado Amelia por su trabajo.

Darla: ¡estúpida esto no fue lo que pedi! ¿ acaso eres retrasada ? esto ni siquiera está frío ve a la cocina hacer tu trabajo apártate de mi vista.

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Darla la empujó con tal fuerza que el servicio cayó al suelo derramando el contenido, el príncipe estaba en la parte superior observando vio como Amelia se inclinó a recoger el desastre y se le ocurrió algo para compensar Amelia y darle una lección a la rubia. En la cocina Amelia recibió un mensaje del príncipe enviando al auxiliar del capitán como mensajero.

Joven auxiliar: señorita Amelia su alteza Real el príncipe la espera para abordar el bote que los llevará a visitar la isla tiene quince minutos para cambiarse.

Amelia detestaba la forma en la que daba órdenes sin importar la opinión o disposición de los demás solo sus deseos importaban. Se apresuró a su habitación para cambiarse y encontró un paquete sobre la cama con todo lo necesario para un día de playa eso le ahorró mucho tiempo para salir y encontrarse con quienes la esperaban. Se preguntaba cómo era posible para el estar un paso adelante cada vez que quiera complacer sus caprichos. El bote estaba listo y al parecer Darla no estaba invitada. e

La rubia quiso bajar para subir al bote pero un guardia de seguridad le impidió el paso por orden del príncipe debía permanecer donde estaba. Sus gritos y berrinche se podrían escuchar por todo el yate. Esto hizo enfurecer al príncipe que la miró con molestia y desaprobación..

Amelia estaba deslumbrante en su ropa de verano el vestido hacía resaltar su figura Yahir estaba impaciente por verla en bañador pero disimulaba a la perfección lo ansioso que estaba por verla y sentirla cerca.

En el bote el príncipe le dijo que irían a bucear y le dio los accesorios de buceo con esnorquel, ella estaba inquieta la cercanía del príncipe la ponía muy nerviosa mientras el se mostraba tranquilo ella notaba su mirada sobre ella de vez en cuando y al hablar de buseo ella se preocupo y le aclaró que no sabía bucear y el se ofreció como su maestro. Le prometió que lo harían al regresar de la isla cuando estaban por llegar a la playa el bote se detuvo y Amelia se quitó el pareo que la cubría y se lanzó al mar Yahir no podía alejar su mirada de ese cuerpo tan sensual sus formas eran perfectas le gustaba cada centímetro de su cuerpo no pudo resistir la tentación y se lanzó detrás de ella. Nadaron juntos hasta la orilla era todo un espectáculo ver cómo caían las gotas de agua por su cuerpo.

En la playa Amelia lo siguió por un sendero entre árboles muy hermosos el príncipe se detuvo y la tomó fuerte contra su cuerpo para besarla.

Los latidos de Amelia se aceleraron en ese momento se percató de que estaban solos y no sabía que intensiones tenía el príncipe al traerla a esa isla.

Yahir: por un momento pensé que estabas huyendo de mi no podía esperar para tenerte así de nuevo. Sígueme quiero mostrarte algo.

Amelia: no soy el tipo de mujer que usted cree por favor solo mantenga su distancia alteza.

Yahir: tu cuerpo dice otra cosa ¿estás segura que no quieres mis besos y mis caricias? estas dispuesta a asumir el reto porque puedo ponerte a prueba ya sabemos quién ganará.

El príncipe suavizó el abrazo mientras le dio vuelta para quedar detrás de ella para que sintiera sus manos el deslizó sus manos sobre sus grandes pechos toturandolos mientras decendia con la otra dentro del bikini para tocar su húmedo clitoris hablándole al oído mientras ella gemía tratando de soltarse sin éxito.

Ella estaba totalmente a merced de sus caricias.