Por Tí Seré...La Bruja

Al día siguiente que doña Irma le grito al señor Santiago, fuimos al puesto en el mercado como cada mañana pero cuando llegamos nos llevamos una desagradable sorpresa al ver que habían abierto la cortina metálica.

Inmediatamente las dos caminos hacia allá y cuando entramos no podíamos creer lo que había pasado, toda la mercancía del puesto estaba tirada y pisoteada en el piso.

_ Fue él._ Le digo con lágrimas en los ojos.

Doña Irma al ver esto comenzó a llorar de impotencia de ver como todo su patrimonio con el que vivía el día a día ahora estaba inservible en el piso.

Yo la abracé para darle un poco de consuelo, aunque me sentía culpable por esto.

_ Lo siento... perdón doña Irma._ Le digo entre sollozos mientras la abrazo.

_ No tienes nada de que pedir perdón cuando tú no has echo nada._ Me dice separándose un poco._ Y no llores que le hace daño al bebé._ Me dice limpiando mis lágrimas mientras yo le asiento.

Después de recuperarnos un poco doña Irma fue a preguntar a varios dueños de los puestos vecinos si no habían visto nada de este atraco, mientras que yo comencé a recoger del piso lo que aún se miraba que servía para que no fuera perdida total.

Luego de varios minutos doña Irma regreso aún más frustrada ya que nadie sabía que había pasado.

Las dos nos pusimos a limpiar nuevamente el puesto y estábamos por terminar cuando una voz nos interrumpió.

_ ¿Qué pasó en su puesto doña Irma?._ Pregunta sorprendida la voz de una mujer.

Al voltear nos encontramos de frente con la tía de César quien se miraba bastante sorprendida y que venía acompañada por el señor Santiago.

Doña Irma sin decir nada fue hasta el señor Santiago y le dio una fuerte bofetada.

_ ¡Eres un desgraciado!._ Le dice enojada.

_ ¿Pero qué le pasa?._ Le pregunta la tía de César confundida.

_ No sé cariño._ Le dice el señor Santiago como si de verdad no supiera nada.

_ ¡Eres un infeliz, de verdad te vas hacer el que no sabe que está sucediendo cuando tú fuiste el culpable de esto!._ Le dice furiosa doña Irma.

_ ¿De qué habla amor, porqué...?_

_ No hagas caso, esta vieja está loca._ Le contesta el señor Santiago mirándonos con una mirada fulminante sin dejar que su esposa termine de hablar.

Pero lejos de que se calmara doña Irma, su furia creció y comenzó a gritarle enojada.

_ Cuentale a María como acosas a Luna desde hace tiempo o no tienes los huevos para hacerlo._ Le dice furiosa.

_ ¿De qué habla Santiago?._ Le pregunta molesta su esposa mientras me ve enojada.

_ Te digo que esta loca, como crees que yo voy a acosar a esta bruja, además no ves que esta esperando un engendro sabrá dios de quien._ Le dice mientras me mira con desprecio.

_ ¡Eres un maldito poco hombre!._ Le dice enojada doña Irma.

_ Y usted es una vieja cizañosa, menopáusica._ Le dice la tía de César enojada mientras le toma el brazo a su marido.

Al ver como atacaban a doña Irma no me pude quedar más tiempo callada, ya que por mi culpa esto estaba sucediendo.

_ Aquí la única menopáusica es usted y mejor cuide bien a su marido porque doña Irma tiene razón su esposo a tratado varias veces abusar de mí, sin mencionar que siempre me..._

No terminé de hablar cuando el señor Santiago me dio una fuerte bofetada haciendo que la venda que aún usó en mi ojo se cayera.

_ ¡CÁLLATE LA PUTA BOCA INFELIZ!._ Me grita enojado.

_ ¿Luna estás bien?._ Me pregunta preocupada doña Irma empujando al ese hombre.

Al escuchar el escándalo la gente que había en el mercado se fue acercando para ver que sucedía entre ellos don Martín que al verme se sorprendió.

_ Oh..pero si es la bruja._ Escuchaba que murmuraban.

_ ¿Qué no había muerto?._ Decían sorprendidos.

Al escuchar los susurros baje la cabeza ya que sentía como las miradas de disgusto de ellos se clavaban sobre mí.

De pronto doña Irma tomo mi mano y volteó a ver a todos los que estaban presentes.

_ Ella es una buena chica y me ha ayudado por años, el único desgraciado aquí es él quien le ha echo esto a mi puesto._ Les dice mientras apunta enojada al señor Santiago.

_ ¿Pero él porqué lo haría?._ Preguntaban incrédulos.

_ Porque él hace tiempo acosa a Luna y yo ayer le grité en la clínica que la dejara en paz y eso desató su furia._ Les dice.

Los cuchicheos de la gente se comenzaron a escuchar.

_ Es verdad lo que dice doña Irma, yo fuí testigo de como le grito ayer._ Dijo un señor.

_ Yo he visto cuando ellas van a la clínica y siempre él va detrás de ellas._ Esta vez hablo una señora.

La tía de César al escuchar todo esto volteó a ver enojada al señor Santiago, quien la tomó de la mano y la saco de ahí mientras nos miraba como si quisiera matarnos.

_ Fuera de aquí todos, ya no hay nada más que ver._ Les dice don Martín a la gente que está reunida.

Antes de que se fueran escuchamos como varias personas me volteaban a ver con desprecio mientras decían qué me aparecía a mi madre por estar embarazada.

Doña Irma y yo lo explicamos a Don Martín las circunstancias y él nos comprendió.

Después de arreglar el puesto íbamos de regreso a la casa de doña Irma cuando toda la gente del pueblo nos veían y murmuraban cosas como, que tal vez sí fui yo la que engatusó al señor Santiago y que el hijo que espero es de él.

Algunos comenzaron a decirme despistadamente cosas como, maldita bruja lárgate del pueblo, puta, perra en celo y cosas por el estilo.

Doña Irma me dijo que no hiciera caso, pero como no quiere que haga caso sí son unas cosas muy hirientes.

Al otro día doña Irma me dijo que no fuera a ayudarle al puesto en el mercado hasta que las personas del pueblo se calmaran un poco y que me quedara en su casa junto a Isabel ya ahora está de vacaciones y no va al colegio.

Así que le hice caso y nos quedamos las dos en su casa y preparamos la cena para esperar a que ella regresara, cuando regresó las tres cenamos en silencio ya que la cara que traía era mejor no hacer preguntas.

A la mañana siguiente cuándo Doña Irma iba al puesto del mercado apenas abrió la puerta de entrada de su casa cuándo se encontró varias notas que le pedían que me corriera o ella y su hija iban a sufrir también las consecuencias.

Por supuesto Doña Irma no hizo caso solo fue rompiendo una a una cada de esas notas. Los siguientes tres días encontró las mismas notas con advertencias, hasta que al cuarto día ya no eran notas, ahora encontró una caja de cartón con tres ratas muertas en su interior, cada una de ellas con nuestros nombres en una nota.

Sabía que tipo de advertencia era esa, así que con todo el dolor de mi corazón tenía que irme de ahí para protegerlas y no causarles más daño, pero cuando había tomado la decisión de regresar a mi cabaña esta había sido prendida hasta quedar en cenizas, ahora ya no tenía adonde más que ir.

Entonces doña Irma me sugirió que me fuera a la Capital, que ahí ella tenía una hermana, quien era la encargada de unos pequeños departamentos y que me recomendaría con ella para que me dejara un lugar donde vivir mientras yo le ayudaba en lo que hiciera falta.

No tuve que pensarlo mucho porque sabía que esta era mi única oportunidad de salir este maldito pueblo y sobre todo de protegerlas a ellas que me han ayudado.

El único temor que tengo es que Anthony vive en la Capital, pero Isabel me dijo que esta es enorme y que era imposible que me encontrara con él, así que acepté irme a la Capital.

Después de que Doña Irma hablara con su hermana y está le dijera que si podía ir, al otro día muy temprano por la mañana antes de que amaneciera ellas me llevaron a la central de autobuses para tomar uno que me llevara a la Capital.

Antes de subir me despedí de ellas con lágrimas en los ojos, Isabel me dijo que no estuviera triste porque ella pronto iría a visitarme ya que estudiará en una Universidad allá.

Cuando avisaron que todos los pasajeros abordaran doña Irma me entregó un sobre con la dirección, me despedí de ellas y me subí tomando fuerte mi pequeña maleta donde cabían todas mis pertenencias para viajar a mi nuevo destino... La Capital...

^^^Continuará...^^^

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