Suspiro De Un Nuevo Destino

—¿Cómo es eso que invitaste a Isabela? ¿Estás loca?

Amelia retoca su maquillaje con tranquilidad mientras sonríe y mira al, hombre a través del espejo.

—Es mi mejor amiga ¿Por qué no la invitaría?

Pregunta y John se vuelve rojo de la ira.

—¿Mejor amiga? Una amiga no coge con el marido de otro ¿Acaso está loca?

—¿Ahora te das cuenta querido? Ya estoy lista, es hora de salir, así que sonríe.

John la mira sin mover un músculo y Amelia se detiene junto a él mirándolo con una sonrisa.

—¿Te asusta que tu exesposa esté aquí? ¿Aún tienes sentimientos por ella?

—Por supuesto que no, sabes que te amo a ti cariño.

John le da un beso en los labios y Amelia sonríe con triunfo mientras ella se cuelga de su brazo y con una sonrisa perfecta enseñando el enorme anillo salen a la sala para saludar a conocidos y luego dar la mejor noticia de sus vidas.

De forma disimulada Jhon busca a cierta persona en medio de la multitud hasta que la encuentra, sus ojos se fijan en la hermosa mujer que camina de la mano con un imponente hombre que camina como si el mundo fuera suyo y la mujer que lleva a su lado es un preciado tesoro invaluable.

ISABELA:

Llego al evento y la verdad todo está hermosamente decorado y hay muchas personas.

—Creo que nuestros asientos están adelante.

Le susurro a Vladimir y este solo asiente mientras me pega junto a él, pasando una de sus manos por mi cintura.

—Me aseguro de que no te vayas a caer.

Sin decir más nada llegamos a nuestra mesa de cinco personas y ahí observo a tres de las amigas de Amelia que no dejan de mirar a mi acompañante con los ojos bien abiertos.

En algunas ocasiones llegué a pasar algunas palabras con ellas o compartimos alguna comida, pero ya veo que todas son de las mismas calañas.

—No te veía desde hace tiempo Isabela.

Menciona una de ellas con una sonrisa falsa y le sonrío igual.

—Lo mismo digo.

—Si ¿Es tu novio? Deberías de presentárnoslo.

Dice de manera atrevida sin despegar los ojos de Vladimir, y alzo las cejas mirando a mi jefe que me mira con ojos brillantes.

—No creo que debería presentarlo, últimamente me he vuelto muy celosa y desconfiada... Aunque claro, con justa razón ¿Verdad?

Las chicas se miran muy incómodas entre ellas y claro, aquí nos vamos a incomodar todos.

Sonrío y Vladimir entrelaza nuestros dedos besando mi mejilla.

—No tienes por qué ponerte celosa, soy todo tuyo.

Dice en un tono bajo, pero lo suficientemente alto para que ellas escuchen.

Mi pobre corazón comienza a latir muy rápido y una corriente eléctrica pasa por todo mi cuerpo.

El sonido de un micrófono nos saca de nuestra burbuja y todos miramos a la improvisada tarima por donde suben mis dos ex junto a sus padres.

Ella toma el micrófono y con una sonrisa comienza a hablar.

—Agradezco la asistencia de todos ustedes por acompañarme en este momento tan especial de mi vida, siempre soñé con este momento y por fin lo he logrado.

Su mirada cae en la mía y una sonrisa de supremacía se forma en sus labios.

—Tenías que haberme dicho que nuestra jefa de marketing era tu ex mejor amiga.

Me susurra Vladimir y me encojo de hombros.

—De todas maneras nada habría cambiado.

Le susurro de vuelta.

Claro que sí, no me habría llevado esta grata sorpresa.

Dice y sus ojos se clavan en los míos haciendo que todo desaparezca y solo me concentre en él.

Los aplausos nos saca de nuestra burbuja y vuelvo mis ojos a la tarima para ver al patán de mi ex hablar con una sonrisa.

—Esta noche tenemos dos noticias muy especiales que darles y sin mucho rodeo, pronto esta señorita aquí, se convertirá en mi amada y hermosa esposa y madre de mi tan anhelado hijo, pero frente a todos como testigos te hago la pregunta otra vez ¿Quieres casarte conmigo?

El salón estalla en aplausos y ella se lanza a sus brazos llorando.

¿Qué siento al ver está escena? Me pregunto en mi subconsciente y por más que trato de buscar una emoción no siento nada, lo único que puedo decir es que me siento libre de descubrir las máscaras de dos personas que me estuvieron engañando no sé por cuánto tiempo, ni me interesa saber.

La que era mi suegra y no entiendo cómo la soportaba, toma el micrófono y grita a todo pulmón.

—Al fin tendré un nieto mi niño, Amelia, gracias por hacer este sueño realidad.

Dice abrazando a la mencionada y esta llora de alegría en los brazos de su querida suegra.

Por un instante los ojos de John se encuentran con los míos y este rápidamente lo aparta para luego abrazar a sus padres que deben de estar felices por tener ese nieto que tanto deseaban.

Los meseros colocan copas de vino en cada mesa y un brindis por la felicidad y prosperidad de la nueva pareja se hace.

Levanto la copa en mis manos y luego se lo doy a Vladimir.

—No podemos despreciar el vino.

—Tienes razón.

Dice tomando el líquido de un solo sorbo.

Todos observamos como la feliz pareja disfruta de un romántico vals y cuándo terminan todos se dirigen a la pista de baile.

—Me concedes esta pieza, mi hermosa dama?

—¿Sabes bailar?

—¿Quieres probar?

Me doy golpes mentales por pensar eso, pero siento que es una invitación informal... Pero olvido eso y me levanto de mi asiento para bailar una pieza con mi falso novio.