Eros y Lyra descubren que están unidos por el lazo más poderoso: son compañeros destinados. Sin embargo, las heridas del pasado convierten ese vínculo en una lucha constante para Lyra, quien intenta resistirse a lo inevitable. Pero el llamado del destino es más fuerte, y poco a poco, la atracción entre ambos comienza a derribar las barreras que los separan.
La cercanía se intensifica cuando Eros y Lyra emprenden un viaje en busca de respuestas sobre los inquietantes cambios que ella experimenta. En el camino, descubrirán que el mundo está tejido de secretos oscuros: brujas que juegan con el destino, vampiros que ocultan verdades prohibidas y Doppelgängers que amenazan con cambiarlo todo.
Te invito a caminar bajo la misma luna con Eros y Lyra en busca de respuestas.
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Capítulo 17
Lyra.
Al despertarme lo primero que recibo es un fuerte dolor de cabeza, la luz blanca me encandila haciendo que cierre los ojos de golpe, vuelvo abrirlo despacio hasta que se acostumbran a la luz.
—¡Oh! Mierda— exclaman a un lado.
Dirijo mi mirada hacia el lado izquierdo de la habitación donde veo a mis amigas las cuales me miran atónitas.
—¡Joder! ¿Que les paso a tus ojos? — pregunta una Lizzie sorprendida.
—¿Que? — pregunto confundida.
—Son violetas, joder. Son color violeta — responde Jules.
¡Oh! Mierda.
Me levanto de la camilla y corro al baño donde encuentro un espejo.
No era un sueño.
Joder era real.
“Claro que fue real” dice Lila en mi mente.
“¿Ahora que hago?” Pregunto.
“Pues nada, solo has lo que ha dicho la Diosa Luna” responde.
Salgo del baño y me encuentro a mis amigas aún mirándome con sorpresa.
—¿Que te ha pasado? — pregunta Jules.
—Yo….lo explicaré después…..necesito ver a Eros — digo encaminándome a la puerta.
Abro la puerta y me encuentro frente a frente a mi madre.
—¡Oh! —exclama mamá mirándome con sorpresa— cariño tus…..
—¿Ojos? Si ya lo sé — digo sin saber que más decir —No se como paso, ni por qué — digo encogiéndome de hombros.
La Diosa Luna me dijo que confiara en mi compañero, y es al único al que por los momentos quiero compartirle mis inquietudes.
—¿A donde ibas cariño? — pregunta mamá.
—Yo…he…necesito ver a Eros.
—¡Lyra!— exclama mamá horrorizada— se que el alfa Eros y tú se conocen desde hace mucho y estudian juntos, pero no debes llamarlo por su nombre de pila.
—Lo siento mamá, es la costumbre, pero enserio necesito verlo— digo tratando de pasar por su lado pero me detiene.
—El Alfa estuvo aquí contigo todo el día de ayer cariño, pero tuvo que irse ya que tenía asuntos que resolver, además no puedes irte aún si hacerte una revisión….
Estuvo aqui.
Paso el día conmigo….cuidandome.
—No te preocupes mamá, estoy bien ya tengo mi loba por lo que ya no debería tener nada, pero enserio debo…..
—Cálmate jovencita, primero te haré una revisión y luego puedes irte, no se por que tanta desesperación pero sea lo que sea debe esperar.
Un rato después estoy sentada en la oficina de mi madre mientras revisa mis análisis y las radiografías, la ansiedad me está volviendo loca a tal punto de estar apunto de hacerle un hueco al piso de tanto repiquetear mi pies en el.
—¿Estás bien cariño? pareces ansiosa.
—¿Ah? Ah si, si estoy bien mamá.
—Bueno amor, todo está perfecto…..
—Ok gracias mamá, te quiero, adiós — digo saliendo de su oficina antes de que le dé tiempo de retenerme.
Cuando salgo de su oficina escucho como vuelve abrirse la puerta.
—Lyra—me detengo en seco cuando mi madre vuelve a llamarme, y después de soltar un suspiro me giro a verla — ¿Vas a ir en bata de hospital? — pregunta.
Miro hacia abajo y siento como la vergüenza se sube a mis mejillas al ver que he estado paseando por todo el hospital en una fina bata.
—Gracias mamá — digo pasando por su lado para ir a la habitación en la que estaba.
Ya cambiada salgo de la habitación y cuando por fin veo la salida choco con un fuerte pecho, miro al moreno frente a mi y lo reconozco como uno de los guerreros que protegen a Eros, siento como mis emociones se descontrolan al saber que si él está aquí significa que Eros también, miro a los lados buscando a mi compañero o tratando de percibir su olor pero nada.
—¿Donde está Eros?.
—El Alfa Eros no está conmigo. — responde al verme buscarlo.
—¿Y que haces aquí?.
—El alfa me dio estrictas orden de velar por su seguridad en su ausencia— responde, lo que hace que una oleada de emoción me llegue al pecho.
“Está cuidando de nosotras aun en la distancia” dice mi loba emocionada.
—¿Eso significa que irás conmigo a donde yo vaya? —pregunto y él asiente —bien ¿puedes llevarme a la casa de la manada?.
—Muy bien — dice él guiándome hasta el auto.
Poco después me veo entrando a la casa de manada y encontrándome a Luna Ana en la sala de estar, la cual al verme pone la misma expresión que han puesto todos los que me ha visto.
—Lyra linda, ¿como estás? ¿Que ha pasado con……
—Mmm, no tengo respuesta para la pregunta que estaba apunto de formular y….estoy bien gracias por preguntar.
—Que gran cambio linda, ¿dime que te trae por aquí? ¿No deberías estar descansando?— pregunta viniendo hacia mi.
—He….si eso creo — respondo mordiéndome el labio — necesito ver a Eros — digo apenada.
Luna Ana despliega una gran sonrisa y puedo ver como se le iluminan su mirada.
—Tu y Eros han estado muy unidos últimamente ¿no es así? — me pregunta.
—Ahhh…..si eso creo — digo con las mejillas encendidas.
—Me alegro mucho por eso— dice si dejar de sonreír — bueno cariño, Eros en estos momentos no se encuentra pero no debería tardar en llegar, hace rato me aviso que venía en camino por lo que supongo que en menos de una hora estará en casa.
—¿Y donde ha ido? — Pregunto
—Ha tenido que acompañar a Ayla a su manada y también a resolver unos asuntos—responde ella.
Al escuchar esas dos palabras «acompañar» «Ayla» hace que me sienta de todo menos feliz ¿por que debe ir con ella?.
—¡Ahhh! Bueno, entonces volveré en otro momento— digo con ganas de irme y no volver.
—¡Ohh! No cariño — me detiene cuando estoy apunto de irme— puedes esperarlo aquí, él no tarda en llegar, mira yo debo hacer algunas cosas por lo que puedes ir y esperarlo en su habitación y así te
recuestas un rato, acabas de salir del hospital y no debe estar de aquí para álla y de allá para acá, así que ve y espéralo.
—Ohh no, no se preocupe yo puedo…..
—Nada de excusas, ve cariño que no te de vergüenza— me guía al inicio de las escaleras— le diré a una de las omegas que te suban algo nutritivo de comer estas algo delgada.
Al mencionar la comida mi estómago ruge como una clara señal de que no he comido nada desde el almuerzo de ese día que me dieron el pelotazo.
«Puto estomogo traicionero»
—No puedo permitir que te vayas ambrienta, ahora sube dentro de poco te subirán algo de comer.
Sin más remedio subo las escaleras y al llegar a la puerta de la habitación de mi compañero me quedo un rato mirando la puerta dudando si entrar o no.
“No seas tonta, entra” me dice mi loba.
Después de dudarlo, entro y rápidamente llega a mis fosas nasales el aroma de mi compañero el cual está impregnado en la habitación, voy hacia la cama y no dudo en acostarme y hacerme un ovillo al oler su aroma, me quedo un rato en esa misma posición hasta que tocan la puerta y entran dejando una bandeja de comida en una mesita que está cerca del balcón.
—Gracias — le digo a la chica la cual me sonríe antes de irse.
Ahora solo debo esperar a que llegue.
Junto a la estúpida esa.