La Edad Del Amor

Camila sale del consultorio de su psicóloga, le sonríe a su padre, quien la estaba esperando; cuando salen suben al vehículo, Estrella está ahí, aunque su hija no le dice nada, le sonríe, de cierta manera es un alivio, luego el vehículo se aleja, mientras son observados desde la ventana.

La psicóloga escribe algo en la historia, luego levanta la vista, cuando se abre la puerta y aparece un hombre que se dirige al ventanal.

- "¿Qué tiene?", preguntó el hombre.

- "Trastorno histriónico de la personalidad, debería recibir mucha terapia conversacional para superarlo, pero supongo que tú no esperas que lo supere", dijo la psicóloga.

- "No, quiero que la ayudes a engañarlos, quiero que ellos crean que está bien", manifestó el hombre.

- "No sería mejor dispararles de frente", dijo la mujer.

- "Ves esos francotiradores en los edificios, son personal entrenado de Boris Petrov, el jefe de seguridad de Estrella Portugal, atacar de frente sería una sentencia de muerte", afirmó el hombre.

- "¿Por qué los quieres destruir?", cuestionó la mujer.

El hombre la quedó mirando como si quisiera leer algo más en ella. Ella sonríe y se acerca, besándole apasionadamente.

- "Yo te estoy arriesgando todo, mi carrera, mi vida, por ti; ¿no me he ganado aún tu confianza?", cuestionó la psicóloga.

- "Los Portugal no me importaban, hasta que se convirtieron en los aliados de los hermanos Safra; en especial Edward y Eliana, destruyeron todo lo que tenía y el futuro grandioso que iba a tener; mi madre, está muerta, mi hermana también; y la oportunidad de estar en lo más alto del poder también me lo arrebataron. Voy a destruir a los Safra, y para eso utilizaré a la familia Portugal. Es lo único que necesitas saber, por ahora", comentó el hombre, para luego jalar los cabellos para atrás y besarla salvajemente.

Después de estar íntimamente con la mujer en el consultorio, y asegurarse que los hombres de Boris Petrov se han alejado, sale del edificio y se sube al automóvil que ha estacionado a tres cuadras del lugar; y se dirige a su destino.

Es un edificio elegante, porque por alguna razón los más poderosos en los negocios más perversos, no se esconden en oscuras calles y cuartos mal olientes, están sentados en traje, en oficinas con aire condicionado y olor a limpio, para que la podredumbre que llevan dentro no se note.

El hombre sube por el ascensor, en el espejo ve un reflejo que no ha sido el que lo ha acompañado el mayor tiempo de su vida, necesitaba lucir algo diferente para no ser reconocido, necesitaba que no lo reconocieran cuando llevara a cabo su venganza.

- "Bienvenido Diego, toma asiento", le dice el hombre detrás del escritorio. "Parece que aún no te acostumbras a ese nombre, lamentablemente Andrew Cerrón tenía que morir, si querías llevar todo el plan que tenemos", añadió, mientras miraba detenidamente al joven con mirada asesina que tiene en frente.

- "No importa si ahora me llamo Diego Alayo, sigo siendo el mismo, pero con una motivación más, destruir a Edward Safra, Eliana Safra, Estrella Portugal y Elena Belmonte, y usaré a Camila Romero por su obsesión y a Marcela Molina porque no se lo esperan, para lograrlo, van a llorar lágrimas de sangre, por haber destruido a Jonathan y llevarme a mi de encuentro. Voy a ganar su confianza, y volver a construir el imperio que mi tío tuvo, pero está vez será mío", afirmó Andrew Cerrón.

- "Cuento con eso, cuando los destruyas a ellos, entonces yo acabaré con él, aplastaré a Mathías Belmonte, así sea lo último que haga en la vida", afirmó el hombre tras el escritorio.

Y luego volteó a mirar por el gran ventanal a Manhattan, para él, Andrew solo es una pieza del rompecabezas que armó, y no importa si el daño que cause, sea grande o sea poco; pero servirá para mover algunas de las bases de Mathías y de ahí cuando llegue el momento, cuando crea que la calma llegó, será momento de su ataque.

Andrew no sabe que solo es un peón, pero aún las piezas más pequeñas pueden ayudar a lograr la victoria en el tablero.

...Andrew Cerrón o Diego Alayo...