La Trampa

Horas después regresó el Gran Mago y lucía rejuvenecido… siempre se preguntó por qué su padre se veía como si tuviera la misma edad… al parecer es un efecto del espejo.

Luego de que él se fue de la casa ella lo intentó, pero era y se sentía como un espejo normal. Comenzó a hacer varios esfuerzos, buscó en cada rincón de la casa por si había un conjuro específico, alguna habitación secreta con libros, recitaba y hacía tantos patrones de invocación como recordaba.

Hizo múltiples hechizos hasta que una semana después recordó que en la oficina de su padre había escrito un raro encantamiento, alguna vez le preguntó para qué era y él sólo le dijo que era la puerta a la libertad… afortunadamente su memoria es excelente –para las cosas que le interesan, claro—así que lo intentó y, sorpresivamente lo logró, atravesó el espejo y fue así como llegó a Galway, que es donde vive actualmente con su “madre”.

Tras atravesar el espejo se encontró con una cabaña exactamente igual a donde vivía… así que dudó si había funcionado, luego de atravesarlo varias veces mientras experimentaba, se asustó cuando la última vez al mirarse al espejo se vio a sí misma como una niña de unos nueve o diez años.

Decidió ir al bosque a averiguar qué estaba pasando, y desde donde estaban los arbustos con frutos rojos que tanto le gustaban divisó a lo lejos un paisaje completamente diferente al que había conocido hasta ahora, había “castillos” muy altos y las casas eran todas de lujo, se notaba que -en su opinión- en este sitio no había pobreza.

Como atraída por un imán, tomó tantos frutos como pudo para tener alimento y en vez de regresar a la casa siguió de frente caminando para conocer aquella hermosa ciudad, caminó mucho hasta que se encontró con personas, pero no entendía nada de lo que decían, todos la miraban como si fuera algo raro, no sabía por qué, su ropa era la más elegante en el reino, pero rápidamente notó que la gente en este mundo vestía trajes muy diferentes.

Recorrió sin rumbo por mucho tiempo esta ciudad, se encontró con espacios donde había muchos niños acompañados de sus madres, alguna la vio con compasión y le regaló un pan con algo untado, como pudo le agradeció y siguió explorando.

.

Su primera noche en este mundo la pasó en la banca de un gran jardín, hacía mucho frío y un hombre con un uniforme similar a los pajes del Rey se acercó, esto le dio miedo y se escapó corriendo… estaba en eso cuando chocó con una mujer que lloraba al pie de la carretera, la habría evitado de no ser porque ese hombre corría tras ella para atraparla.

Al caer por el choque, Aossi creyó que la llevarían nuevamente al Palacio, pero vio una profunda tristeza en los ojos de la mujer frente a ella. En eso llegó el hombre uniformado, éste habló con la señora y tras mirarla fijamente, la abrazó, le tomó la mano y la llevó a su casa.

Margarita, esa fue la primera palabra que aprendió y era el nombre de la bondadosa mujer. Ella le enseñó poco a poco el idioma, al final, a ella siempre le interesó aprender, así que decidió tomar esta oportunidad para establecerse y conocer este maravilloso mundo que tiene cajas en las que aparecían imágenes, rectángulos que les permiten comunicarse con otros a distancia y muchas cosas sorprendentes.

Cuando por fin se entendieron, Margarita le comenzó a explicar a Aossi cómo funciona este mundo, sus reglas sociales y cómo comportarse.

Aossi: ¿Mamá, en este mundo hay magia? ¿Tu puedes manipular algún elemento?

Margarita: (Sonriendo) ¿Qué? ¡Nooo! ¡¿Cómo se te ocurre?!

Aossi: Pero, cómo generas calor para hacer la comida, ¿no lo hacías tu?

Margarita: (Divertida) Nooo, es la estufa y para ella se usa gas…

Aossi: Y ¿la iluminación de tu casa? He visto que manipulas la luz.

Margarita: (Con risa) No cariño, claro que no. Eso se llama electricidad y yo sólo la recibo.

Aossi: Mmmm… Pero y el agua, ¿no manipulas el agua?

Margarita: (Divertida) No nena, eso no funciona así, el agua es transportada por tuberías desde el lago Inchmore. La magia sólo está en los cuentos de hadas… ¿quieres aprender a hacer magia?

Aossi: Me gustaría seguir usándola…

Margarita: (Comprensiva pensando que la niña no entiende lo que dice) Nena, si todo se solucionara con magia no existirían muchos profesionales en este mundo.

Aossi: ¿No te gusta la magia?

Margarita: Me divierte ver a los magos, pero no creo que debamos usar magia, no es lo correcto, nos haríamos más flojos para hacer las cosas y si algo caracteriza a los humanos es la imaginación para crear cosas nuevas, esa es la verdadera magia.

Aossi: Entonces… ¿no quieres que use magia?

Margarita: No, de preferencia no.

.

Margarita era una mujer joven, pero hay una cierta tristeza en su mirada, un día explorando en la casa mientras su madre se fue a trabajar, Aossi encontró una carpeta con muchas imágenes, se ven casi como personas reales, y en varias de ellas aparece una niña, muy parecida a ella, tendrá unos tres o cuatro años, pero sabe que su cuidadora vive sola… ¿Quién podrá ser esta pequeña?

Cuando le preguntó, la mujer comenzó a llorar, y empezó a contarle que era su hija, Aba. Resultó que siendo una adolescente se casó con un hombre llamado Seamus quien era agente de viajes, por lo que siempre estaba fuera, pero ambos tuvieron una hermosa niña.

Sin embargo, un día cuando la pequeña estaba por cumplir cinco años él simplemente se la llevó dejándole sólo una nota donde le decía que la llevaría a conocer a su familia.

Ella se volvió loca buscandolos, perdió su trabajo y cada que alguien le decía que había visto una niña similar dejaba todo por encontrarla, pero siempre fueron pistas falsas, inclusive la policía no ayudó mucho al considerarlo una disputa doméstica pues quien se llevó a la niña era su padre.

Un año más tarde él la buscó y le dijo que se encariñaron tanto con la pequeña que no permitieron su regreso, pero le aseguró que estaba bien cuidada y nadie la trataba mal.

.

.

.