“Primero fue una obsesión... luego, una condena disfrazada de amor.”
Dayana dejó atrás su mundo para perseguir un futuro como estudiante de medicina, sin saber que su destino cambiaría con una sola mirada en un aeropuerto. Suang, un hombre frío, poderoso y marcado por la oscuridad, la quiso solo porque no podía tenerla.
La obligó a ser su esposa, no por amor, sino por capricho.
Pero con el tiempo, algo inesperado comenzó a quebrar su control: el amor. Un amor que llegó demasiado tarde.
Encerrada en una jaula de lujos, Dayana aprenderá que no todos los sentimientos salvan… algunos destruyen.
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#17
Suang sonrió con una mezcla de satisfacción y curiosidad al ver la determinación en los ojos de Dayana. Había algo en su reacción que lo intrigaba aún más; ella no se dejaba amedrentar tan fácilmente. Esa chispa de desafío era justo lo que él buscaba, un juego en el que ambos podrían perderse.
—¿Te gusta jugar con fuego, conejita? —preguntó, acercándose un poco más, su voz suave pero cargada de intención.
Dayana sintió el calor de su proximidad y un escalofríolecorrer su cuerpo por aquel sobrenombre, a pesar del miedo que se apoderaba de ella, no podía evitar sentirse atraída por la intensidad de Suang. Había algo en su forma de ser que la mantenía al borde, como si cada palabra y cada mirada pudieran encender una chispa entre ellos.
—No me diga conejita—respondió con firmeza, aunque su voz tembló ligeramente. Quería mostrarle que no era una presa fácil; ella tenía su propia fortaleza.
Suang ladeó la cabeza, evaluándola. La forma en que se mantenía erguida a pesar de la tensión le decía que había más en ella de lo que aparentaba. Esa mezcla de vulnerabilidad y valentía era cautivadora.
—¿por que ? —contestó con una sonrisa astuta— eres pequeña y con cachetes regordetes... como una conejita
Dayana sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar esas palabras. Era como si Suang estuviera jugando con ella, provocandola. En ese instante, se dio cuenta de que estaba en un terreno peligroso, pero también emocionante; un espacio donde lo prohibido se entrelazaba con lo irresistible.
—No quiero parecer grosera pero...—dijo finalmente, tratando de mantener la calma mientras el corazón le latía con fuerza—. Solo quiero hacer mi trabajo y asegurarme de que esté bien.
Suang dio un paso atrás, observándola con una mirada evaluativa. Había algo en su respuesta que le hizo sonreír; a pesar de sus palabras, había un fuego en ella que no podía ignorar.
—Entiendo —dijo finalmente—. Pero recuerda, conejita... si vuelves a portarte mal...te...castigaré- susurro mientras la recorría con la mirada
Dayana sintió cómo sus mejillas se sonrojaban ante la insinuación. No sabía si estaba jugando o si realmente tenía intenciones más profundas. Lo único claro era que este hombre la metería en muchos problemas
Decidida a no dejarse llevar completamente por las intenciones de Suang, dio un paso hacia atrás y tomó una respiración profunda para calmarse.
—Solo quería disculparme y asegurarme de que estuviera bien —repitió, esta vez con más firmeza—ya tengo que irme.
Suang la observó por un momento antes de asentir lentamente. Su actitud desafiante solo hacía crecer su interés por ella; había algo especial en Dayana que lo mantenía intrigado.
—Está bien —dijo al fin— puedes irte... por ahora. Pero ten cuidado; no soy un hombre paciente
Con esas palabras resonando entre ellos, Dayana sintió cómo el aire se volvía denso con posibilidades. A pesar del peligro inminente y las advertencias silenciosas en su mente, una parte de ella estaba ansiosa por descubrir hasta dónde podría llevar esta extraña conexión con Suang.
Mientras salía de la habitación y cerraba la puerta detrás de ella, sabía que esto era solo el comienzo. La línea entre atracción y peligro se había desdibujado, y aunque intentara mantenerse alejada del fuego, algo dentro de ella ansiaba acercarse aún más.
Después de un largo día de trabajo, Dayana finalmente decidió que era hora de descansar. Se despojó de la tensión acumulada y se dirigió a su habitación, donde la luz tenue le ofrecía un refugio cálido. Mientras se miraba en el espejo, comenzó a quitarse la ropa del día y se puso una pijama suave y cómoda; era un conjunto de seda azul claro que abrazaba su figura, haciéndola sentir ligera y relajada.
Mientras se acomodaba en la cama, sus pensamientos se deslizaban hacia Alejandro. Se habían conocido hace apenas unos días, pero él había dejado una huella profunda en su corazón. Desde su primer encuentro, había sentido una conexión especial con él. Alejandro tenía esa capacidad de hacerla sentir en paz, como si todo lo que la rodeaba se desvaneciera y solo quedara un espacio seguro para ambos.
Recordó su cabello castaño oscuro con reflejos que brillaban como bronce pulido bajo la luz; caía en suaves ondas sobre su frente, dándole un aire desenfadado pero atractivo. Sus ojos, de un azul intenso casi celeste, parecían contener un universo de historias y secretos. Cada vez que lo miraba, sentía una chispa de alegría que no había experimentado en mucho tiempo.
Dayana sonrió al recordar cómo habían conversado durante horas, riendo y compartiendo anécdotas. La manera en que él la escuchaba con atención la hacía sentir valorada y comprendida. Era como si Alejandro tuviera el don de ver más allá de las apariencias, captando la esencia de quienes eran realmente.
Mientras cerraba los ojos, Dayana se dio cuenta de que su mente divagaba hacia él con una mezcla de emoción y tranquilidad. En comparación con Suang y su imponente presencia, Alejandro representaba un refugio sereno donde podía ser ella misma sin temor a las llamas del peligro. Se sintió agradecida por haberlo conocido y por cómo había iluminado esos días oscuros.
Con esos pensamientos flotando en su mente, Dayana cayó en un sueño profundo. desde que llego al hospital no dormía bien pues las jornadas de trabajo eran realmente pesadas y muy ajetreadas, su cuerpo ya le pedía a gritos unas vacaciones
Voy a dar mi opinión yo pienso que Suang no es tan malo como parece, si ha tenido una vida difícil pee3a pesar de eso no la secuestro cuando la vio por primera vez, yo solo espero y no equivocarme y que trate de ganarse a Dayana y no la trate mal.