La bruja del caos a despertado, y ella podría traer la salvación o la destrucción del mundo, ¿que camino elegirá?, todo dependerá de lo que ella crea valga la humanidad. Pero, para desatar todo su poder necesita liberar por completo al dragón de la oscuridad, así que, para romper el sello que lo mantiene en su prisión, es necesaria la energía de un guardián de dragón, y en el mundo, solo existen 2, y el único cuya energía es más poderosa, es la del príncipe Calix, el guardián del dragón blanco, ¿podrá la bruja de caos conseguir su energía para liberar todo su poder?
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Capitulo 07. accidente.
—me sentí tan humillada, ¿como puede ese príncipe venir y humillarme en mi propio palacio?— se queja la reina.
El rey, quien estaba en su estudio, escucha atento las quejas de su esposa, pero, aunque la reina tenga razón, no pueden darse el lujo de ofender al príncipe heredero de Celes. Siendo un reino con mucha influencia, si los reyes se enojan porque su hijo fue tratado mal, podría traerle muchas consecuencias, quizás no una guerra, pero, su comercio podría verse afectado.
—se irá esta tarde, mientras eso pasa, permanece lejos de él.— le responde el rey.
—pero majestad...es que, no solo es el príncipe...es la princesa, ella le ha dicho mentiras a su alteza, causando ese comportamiento grosero hacía mi y Elvira.— asegura la mujer.
—¿Ravenna?, escuche que bebió el té con el príncipe esta mañana, pero...¿que fue lo que dijo?— pregunta el rey.
—la princesa le ha dicho a su alteza que la hemos tratado mal y despreciado, dijo que por mi culpa ella es castigada y que usted permite que eso pase porque la desprecia.— responde la reina mientras finge tristeza.
El rey golpea con fuerza su escritorio al escuchar las palabras de la reina. Primero acusa falsamente a Duncan, y ahora, quiere hacerlos ver como los malos ante el príncipe heredero de Celes.
—que Ravenna permanezca en su habitación, no tiene permiso de salir, yo, iré a hablar con el príncipe, no dejaré que se vaya con una mala impresión de la familia.— asegura el rey.
El hombre sale rápidamente de su estudio, mientras que la reina, sonríe victoriosa, y le pide al mayordomo que haga cumplir la orden del rey de encerrar a Ravenna en su habitación, ella incluso agrega, que no pueden llevarle de comer en lo que resta del día, para que su castigo sea mayor.
El rey encuentra a Calix en el patio, mientras sus sirvientes preparan los carruajes para su partida. El rey le comenta sobre lo sucedido con la reina a la hora del té y se disculpa por el mal comportamiento de Ravenna.
—¿no debería más bien disculparse por la falta de educación de la reina?, porque la princesa demostró tener excelentes modales, a diferencia de la reina.— responde Calix.
—comprendo alteza, pero, la princesa últimamente tiende a mentir, le aseguro que la reina y sus hijos han tratado a la princesa de la mejor manera.— insiste el rey.
—¿mentir?, la princesa no me dijo ninguna mentira, yo mismo vi la clase de personas que son la reina y sus hijos.— seguramente la reina fue con el rey a decirle mentiras.— debería asegurarse de que su reina tenga más educación, porque de seguir así, causará problemas para su reino.
El rey no sabía que más decir, era más que obvió que el príncipe no cambiaría de opinión respecto a su opinión sobre la reina. Ya que todo estaba listo, los guardias le piden a Calix subir al carruaje.
—majestad, la princesa Ravenna será bienvenida a Celes cuando quiera, mi madre estará encantada de conocerla, en cuanto a la reina, es mejor que no vaya, mi madre no tolera faltas de respeto, no tiene la misma paciencia que yo.— asegura Calix.
Tras agradecer por si hospitalidad, sube al carruaje y se pone en marcha, pues aun falta mucho para que llegue a su destino en aquel viaje.
El rey, regresa dentro palacio, pero, estaba molesto, el comportamiento del príncipe era muy arrogante, así que, era bueno que se haya marchado rápido.
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Por otro lado, Duncan regresaba de su entrenamiento y subió hasta el tercer piso donde estaba su habitación, pero, al ir por los pasillos, ve a Ravenna caminando y estaba sola. Duncan sonríe y se apresura a seguirla, esta vez, no se le escapara.
—nos vemos de nuevo...esta vez no te escapas pequeña zorra.— le habla con una sonrisa perversa.
Ravenna se da la vuelta y corre hacía una de la salas, Duncan la sigue, viendo que la niña estaba en el balcón, sentada en el barandal de este y ríe.
—ahora si, serás mía.—
Duncan cierra la puerta de la sala y se apresura a acercarse hacia Ravenna, pero cuando esta por agarrarla, se desvanece como una especie de humo negro. Duncan se sobresalta al ver esto, pero escucha una risita tras él y al voltear, ve a Ravenna sonriendo.
—juguemos...a que tú vuelas.— ríe mientras corre hacía Duncan.
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En la habitación de Ravenna, la reina entra y sin previo aviso, le da una cachetada a la niña que la hace caer.
—esto es por haber hablado mal de mi ante el príncipe, maldita mocosa.— grita molesta.
—parece que le molesta que alguien si vea la clase de basura que es.— se burla Ravenna.
—cállate, el príncipe ya se va del palacio, y nadie puede defenderte, me encargaré de eliminarte, ya me tienes harta.— amenaza.
—que casualidad, usted y sus hijos también me hartan, en especial su depravado hijo.— sonríe.
—no te atrevas a insultar a mi hijo, es un joven de bien, y el futuro rey, es eso lo que te duele, que no puedes siquiera heredar el trono.— se burla.
—tampoco su hijo podrá, los muertos no pueden ser reyes.— sonríe con malicia.
Dicho esto, y antes que la reina pueda decir algo, se escucha un grito por la ventana, lo cual extraña a la reina, y de repente una doncella llega diciendo que Duncan había caído del balcón.
—te lo dije, los muertos no pueden subir al trono.— deja salir su risa.
—t-tú...¿que hiciste?— grita la reina.
La doncella le pide a la reina que vaya con ellas, que el médico ya estaba por llegar. La reina sale corriendo de la habitación, mientras que Ravenna se asoma por su propio balcón. Pronto ve llegar a la reina y esta pega un grito desesperado mientras abraza el cuerpo de su hijo, y no tarda en caerse inconsciente, alertando a los sirvientes que estaban presentes.
Una sombra se desliza por la pared del palacio hasta que baja tras Ravenna y toma la misma forma que ella.
—no voló...— comenta la figura parecida a Ravenna.
Ravenna ríe con malicia ante las palabras de su sombra, y esta, ríe de la misma manera que la niña.
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