ENCANTO SOMBRÍO

¿Era venganza lo que buscaba?

Realmente no sabía la respuesta con certeza.

Sin embargo, la ira de mi interior no podía desaparecer.

No encontré sentido al sentirme tan furiosa con Kael.

Es que verlo actuando con normalidad, estudiando como cualquier chico de su edad y sobretodo…entablando una conversación con una chica, fueron controversiales para mí.

«¿Son celos?» me pregunté desconcertada.

Era totalmente inaudito que sintiera ese tipo de emoción y todo por un humano.

¡¿Qué estaba pasando por mi cabeza?!

Quise gritar con todas mis fuerzas que lo odiaba.

Odiaba sentirme de esa manera.

En mi rostro se reflejó mi malhumor, peor como cuando los días están lluviosos.

Incluso, Stolaz me interrogó para averiguar la razón de mi enojo.

Simplemente tuve que recurrir a la misma mentira: el cansancio y lo monótono que se había vuelto vigilar.

Me tranquilicé, y pensé con la cabeza fría.

Entonces, pacientemente esperé una semana para encararlo, aprovechando el día que Stolaz volvía al Inframundo para ver a su familia.

…

Finalmente llegó el día.

Era un día como cualquier otro, soleado y con un calor casi insoportable.

Esperé afueras de la Universidad hasta que el reloj marcó a las 4 de la tarde (el horario de salida de los universitarios).

Desde luego que me preparé adecuadamente para ser visible ante los ojos humanos.

Y como era de esperarse, las miradas de los más jóvenes se posaron sobre mí, como si se tratara de una plaga; sin dejar de lado los murmullos que decían sobre mi físico.

¿Acaso era llamativa a sus ojos?

¿Quizás tengo un cuerpo muy voluminoso que no me doy cuenta?

«¿Exageré en la ropa que llevo hoy?»

Vestía un top y unos jeans ajustado, con el pelo suelto y un ligero maquillaje.

Recuerdo que Kael siempre me miraba con ropa oscura y sin una pizca de maquillaje.

Mi pregunta era como iba a reaccionar él.

“A decir verdad, me daba igual.”

Lo que más deseaba era hablar con Kael.

Saber el por qué se había ido sin avisar y averiguar cómo había recuperado la movilidad de sus piernas.

«¿Qué debería decir en primer lugar? No es que me ponga tensa delante de los demás.»

Al siguiente segundo, atisbé a Kael.

Sin embargo, no se encontraba solo.

De nuevo la chica de pelo castaño y cuerpo esbelto, estaba a un lado de él.

Sonriéndole a Kael con un extraño brillo en sus ojos.

Fruncí el ceño al ver qué él actuaba gentilmente con ella.

«¿Por qué conmigo siempre se comportó como un témpano de hielo? No lo entiendo.»

En serio que no lo entendía en lo absoluto.

Primero pensé que tal vez fuera por la diferencia de la edad.

En mi forma humana yo me veía mayor (algo así como en mis 30) aunque soy mucho más mayor porque soy un demonio.

Aún así, no soy una señora al lado de él.

Todavía desconocía la edad de Kael, por lo que supuse que rondaba los 20 años.

Suspiré profundamente; lista para el contraataque que estaba esperando.

A grandes zancadas me acerqué a él.

Afortunadamente se detuvo y me ahorró el tiempo de seguirlo.

«Es ahora o nunca.»

—Kael. —lo llame pícaramente.

—Cuanto tiempo, ¿no? —agregué con un tono áspero.

Él rápidamente volteó a verme.

Sus pupilas se dilataron.

Nos miramos fijamente por un minuto.

La tensión entre nosotros era palpable hasta que…

—¿Quién es ella? ¿Una amiga tuya? —entonces inquirió la chica con voz melosa.

Ella sin disimular me observó de pies a cabeza, con una expresión recelosa.

Estaba a punto de responder esa pregunta, cuando Kael dijo lo siguiente: —No la conozco.

Sonó tan seguro y firme que me impactó su manera gélida de hablar.

«Ahí está otra vez; esa mirada de póker. Pareciera que esta viendo a su peor enemigo.»

Sonreía malhumorada.

No dejé que su forma despectiva me pusiera mal.

—Tiene que ser una broma… ¿Hablas en serio? ¿No me conoces?

Él negó con la cabeza.

¿Cómo era posible que en tres meses se olvidará de mi cara?

—Realmente no sé quién seas. —repitió firmemente.

«¡¿Qué diablos estoy escuchando?!»

Maldije en silencio ante su insolencia.

Él me dio la espalda y continuó caminando junto a la chica, como si nada hubiera pasado.

«¿En verdad crees que me quedaré conforme? ¡Estás loco si piensas que te dejaré ir!»

Aclaré mi garganta.

—¡¿Ya olvidaste que me rompiste la blusa?! —le grité con furor.

No me importaba lo que pensara la gente que se encontraba transitando.

«Soy una demonio y puedo hacer lo que quiera. Jamás permito que un humano me de la espalda y me ignoré como una donnadie.»

La chica se detuvo en seco, y ella fue la primera en verme con una expresión atónita.

Pero Kael ni siquiera se inmutó.

—¡Hace tres meses tú…!

 Dejé de hablar cuando me fulminó con la mirada.

«Creí que me ignoraría.»

En un parpadeo, Kael se postró ante mí y me agarró del antebrazo con fuerzas.

«Puedo sentirlo… su ira fluyendo por sus venas.»

Me llevó con él sin decirme una sola palabra, dejando atrás a la chica sin darle una explicación mientras ella le gritó que carajos pasaba.

«Lo sorprendente es que tiene una fuerza impresionante. Ni siquiera puedo seguirle los pasos.»

Kael casi me arrastró hasta un callejón sin salida, fuera de la vista de los transeúntes.

—¡¿Qué crees que haces?! —me gritó iracundo.

Se podía ver las venas exaltadas en su frente.

—¿Qué hago? ¿Por qué deberías ser tú quién está enojado?

—¡¿Qué?!

—¡¿Por qué mierda actúas como si no me conocieras?! —continué preguntando.

Logré zafarme de su agarre.

—Te fuiste de un día para otro… no tuviste el valor de avisarme y ni me agradeciste por el tiempo que cuide de ti.

Ahora sí estaba enojada, frustrada y confundida por las emociones que tenía a flor de piel.

Las palabras no me salían como yo quería.

—No te lo pedí. —él respondió fríamente.

—¿Cómo dices? —pregunté perpleja.

—No te pedí que cuidarás de mí; tú misma decidiste cuidarme.

Era increíble lo que estaba saliendo de sus labios.

Su expresión indiferente fue lo que colmó mi compostura.

“Un maldito humano malagradecido.”

»¿Debería golpearlo de una vez? Ganas no me faltan», pensé irritada.

Aún así, traté de guardar la calma.

No quería explotar contra él de la peor forma.

—Es verdad. No me lo pediste.

—Haces un escándalo por nada. ¿Tanto quieres que agradezca tu amabilidad?

Y entonces me pregunté a mi misma si era eso lo que realmente buscaba.

“¿Por qué me esmeré en confrontarlo?”

A este punto, mi forma de pensar cambio y mis ánimos se revolotearon.

Bajé la mirada.

Por primera vez me sentí derrotada.

Lo odié con todo mi ser.

«¿Por este humano me pongo en jaque?Es incongruente.»

—No me digas que me estuviste buscando solo por eso.

Mi silencio me traición.

No obstante, lo que más me descolocó fue verlo tan cerca de mí.

Sus brazos se colocaron en cada extremo.

Estaba acorralada por él.

Levanté la mirada y me sentí inferior.

Pero entonces, lo observé detenidamente.

Su cuerpo enclenque como lo recordaba, había desaparecido.

Si, era mas alto que yo.

 Y su cuerpo corpulento era extrañamente grande y majestuoso.

«No lo había visto bien por mi enojo.»

Kael parecía otro chico.

Incluso su voz sonaba más engrosada que antes.

“¿Cómo alguien puede cambiar rápidamente en tres meses?”