Desde Que Te Vi

[Punto de vista de Mauricio]

La pantalla brillaba en la penumbra de su oficina.

El correo estaba abierto.

Las palabras de Mariana, sinceras y cálidas, lo envolvían como una caricia inesperada.

“No sé quién sos, pero me haces sentir vista.”

Mauricio cerró los ojos, dejando que esa frase se grabara en su mente.todo en ella se quedaba grabado hasta lo más simple.

Ella lo había sentido.

Había percibido su presencia, aunque no supiera quién era.

Sonrió, una mueca apenas perceptible en su rostro habitualmente imperturbable.

El plan había funcionado.

La beca, el cuaderno, los lápices… todo había sido parte de su estrategia para acercarse a ella sin invadir su mundo.

Pero ahora, con Mariana a punto de mudarse a la ciudad, era el momento de dar el siguiente paso.

Se levantó de su silla y caminó hacia la ventana.

La ciudad se extendía ante él, vibrante y despierta.

Pronto, ella estaría allí, a solo unos metros de distancia.

Había adquirido el departamento contiguo al que se le había asignado a Mariana en la residencia cómo alojamiento de la beca. Mauricio se había encargado de comprar todo el complejo de departamento y cada inquilino era conocido por el. No iba a dejar nada al aire.

Una inversión considerable, pero necesaria.

Desde allí, podría protegerla, observarla y, eventualmente, acercarse a ella. Conocerla cara a cara poder hablar con ella.

Lucio, su mano derecha, había cuestionado su decisión. cómo siempre tratando de hacerlo cambiar de opinión.

—¿Estás seguro de esto, jefe? —le había preguntado, preocupado.

—Más que nunca, ya es tiempo —había respondido Mauricio, con determinación.

Sabía que no podía seguir ocultándose para siempre.

Mariana merecía conocer la verdad.

Pero también sabía que debía esperar el momento adecuado.No podía solo llegar avasallante con todo de repente, y querer que ella lo acepte. Debía ser paciente ahora más que nunca.

Mientras tanto, se prepararía.

Estudiaría sus horarios, sus rutinas, sus gustos.

Y cuando llegara el momento, se presentaría ante ella no como el mafioso temido, sino como el hombre que la había amado en silencio durante años. cómo el hombre no como el monstruo como era conocido.

Volvió a su escritorio y comenzó a redactar una respuesta al correo de Mariana.

*Querida Mariana,

Me alegra saber que la beca ha llegado a ti y que la has aceptado.

No puedo confirmar ni negar si fui yo quien te envió el cuaderno y los lápices, pero me complace saber que los apreciaste.

Espero que esta nueva etapa en la ciudad te brinde muchas oportunidades y experiencias enriquecedoras.Tus sueños son importantes

Lucha por ellos.

Con afecto,

Tu benefactor anónimo.*

Envió el mensaje y se recostó en su silla, satisfecho. Aunque con sabor a poco el quería,poder hablar con ella escucharla hablar poder verlo a los ojos , ver sus expresiones mientras lo hace , pero no podía no por el momento debería esperar solo un poco más pero esto era el punto de partida.

El juego había comenzado.

Y él estaba dispuesto a todo para ganarlo.