Klea es policía en Interpol, destacada en la región de Almería para mejorar la gestión de registros de los migrantes.
Alejandro es juez en la dependencia policial en Almería y tiene una relación tóxica con Victoria, pero le gusta mucho a Klea.
Ambos van a compartir una vida como perro y gato, silencio y burlas, odio y sarcasmo, hasta que la llegada de Kader hace los cambios pertinentes.
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¿Alejandro y Klea?
Klea sigue con su trabajo por el momento, se está enviando un juez que va a reemplazar a Alejandro. Un agente ingresa a la oficina de extranjería con malas noticias.
-El juez Terrazas, está en coma, la herida es profunda y abierta.
Todos lamentan la condición de Alejandro, Klea se mostró inexpresiva, no le parece extraño que, si Farid estaba iracundo, las consecuencias del ataque deben ser graves, lo que le preocupa es ¿Quién lo va a reemplazar? ¿Qué carácter tiene?
Mientras lo piensa, alguien llega de visita, era Kader en brazos del abuelo. El niño sonríe y aplaude de felicidad al ver a mamá. Ella aprovecha de un breve receso para estar con él.
-Mamá – sonríe, la abraza y la besa – mamá.
- ¿Cómo estás amorcito? ¿Todo bien con los abuelos?
- Mamá ¿Papá? – Kader pide por papá.
- ¿Papá? – ella se queda en shock, no sabe que decir, ella no tiene pareja – No lo sé amorcito.
Ella siente una terrible presión, Kader ya no solo dice mamá, sino ahora dice papá, justo esa palabra tenía que decir. Pero Kader sigue esperando por una respuesta.
- ¿Papá? Mamá.
- No lo sé, amorcito. Papá ha hecho un largo viaje – le señala el cielo.
- ¿Papá? – con quien dice ¿Allí está papá?
- Sí, en algún lugar del cielo está.
Kader mira el cielo y llama a papá y mueve su manita para saludar. Ver eso le parte el corazón a Klea ¿Qué debe hacer? Kader está recuperando el habla, pronto buscará a sus padres biológicos, a menos que por ser niño se adapte tanto a ella que la acepte como tal, pero el problema es buscar un papá.
Kader quiere caminar con mamá y conocer el lugar, mamá lo guía y le explica. El niño saluda con su mano a las personas, recorren toda la primera planta del local, pero Kader quiere subir las escaleras, mamá le explica que no, pero Kader insiste y no le queda de otra que guiarlo.
Javier ve subir las escaleras a Kader y le da gusto verlo.
-Hola Kader. – le da la mano y Kader responde dando la mano.
- ¡Cómo has crecido!
- Mamá – le presenta a su mamá.
- ¿Es ella tu mamá? – le sigue la conversación para que el niño se sienta motivado a seguir conversando.
- Mamá.
- Klea – le habla a la intendente y deja a Kader – en el transcurso de la semana vendrá el nuevo juez, quizás Alejandro deba dejar de trabajar por un tiempo. Al parecer está de mal en peor.
- Me lo imagino, conociendo la actitud del agresor, no es una sorpresa para mí.
- ¿Podemos hablar?
- Kader se va a aburrir. – le preocupa que el niño haga travesuras
- Le puedo prever hojas y lápices para que dibuje. Seré breve.
- Está bien.
Los adultos entran a la oficina, Klea toma asiento y sienta sobre su falda a Kader, Javier le da un par de hojas y un lápiz para que garabatee todo lo que quiera.
- Alejandro quería hablar contigo. Mentalmente ha estado intoxicado con ese matrimonio arreglado y peor con la tonta de Victoria.
- El juez siempre ha sido cruel bajo la influencia de la secuestradora, él lo ha intentado, pero lo he rechazado dos veces. Parece no entender.
- Él me ha confesado tantas veces que le gustas, pero que se he visto obligado a ser cruel para evitar problemas con la familia por los celos de Victoria. Él estaba haciendo planes para desbaratar el matrimonio comercial, estaba haciendo investigaciones para poner punto final, pero con el secuestro de Kader todo aceleró.
- No tengo interés en conocer a alguien. – se mantiene firme con su idea.
- Alejandro ya tiene la empresa a su nombre, está buscando comprador. Quiere deshacerse de todo mal recuerdo para iniciar una relación contigo.
- No me interesa. Qué haga lo que quiera, yo no tengo interés.
- Piénsalo, solo quiere una oportunidad de vivir, de amar y ser amado, somos seres humanos, Klea ¡Por Dios! Ahora que tienes a Kader, el niño necesita un padre. No seas dura, no seas egoísta. Sólo una oportunidad.
- Kader es más que suficiente, señor juez. – quiere poner punto final.
- Kader necesita una imagen paterna para su desarrollo y orientación. Piénsalo bien, Klea. Un amigo, primero y poco a poco ¿Quién sabe si entre tú y Alejandro puede llegar a algo más?
- Que tenga una buena tarde.
Klea quita el lápiz al niño para dejarlo sobre el escritorio, lo toma en brazos y abandona la oficina. Al pasar por la oficina de Alejandro, el niño señala la puerta.
-No se puede. – le explica – no hay nadie allí.
- ¿Papá? – señala el techo.
- Sí – simplemente confirma sin entender.
Kader abraza a mamá y apoya su cabeza sobre el hombro, se tienen el uno al otro, el abuelo tenía los brazos abiertos para recibir al nieto.
-Te extrañaba, - le dice al niño – ven con el abuelo. – el niño va con el abuelo – Hija, me he enterado de que el juez está muy mal, ¿Por qué no vas a verlo? Es tu compañero de trabajo.
- Está en estado comatoso, otro día será. – se siente presionada y fue cortante con su padre.
-Tú sueles ser cortante con las cosas que agobian tu corazón.
- ¿Qué? – se sintió ofendida.
- No te pongas así, te conozco bien, eres mi hija. Cuando tú corazón se agobia te pones agresiva, cortante.
- Me tienen hasta la coronilla con eso. – le habla con dureza y Kader imita a mamá.
- Entonces eso es importante y por eso carga tu corazón. – papá concluye.
- Un hombre tan cruel que fue conmigo. – le recalca - ¿Como puede importarme?
-Te conozco hija y es normal. Eres mujer, bonita, inteligente, de carne y hueso. Soy tu padre.
- Papá tengo trabajo, y este ambiente no es bueno para Kader.
- A casa hablamos. No soy policía, pero si tu padre, te conozco y te lo diré cuantas veces sea necesario.
Klea besó a su hijo, pero con un chao a secas a su padre, ella vuelve al trabajo, su padre regresa a casa contento con su nieto, por lo menos tiene un motivo para sonreír.