Se Mí Prometido Por 100 Días

La noche de la cena finalmente llegó. Dakota, nerviosa, se aseguraba de que todo estuviera perfecto. El comedor estaba impecable, la mesa lucía elegantemente decorada, y el aroma de los platos preparados llenaba el ambiente. Darían estaba a su lado, animándola con su energía contagiosa, mientras Zayn, vestido con su impecable traje, observaba todo desde el sofá.

—Relájate, Dakota. Si algo sale mal, podemos culpar a Darían por sus pésimos consejos de decoración —dijo Zayn con una sonrisa burlona.

—Oye, yo soy un genio en esto. Si fallamos, será porque tú abriste la boca —respondió Darían, lanzándole un cojín,

A pesar de la tensión en su interior, Dakota no pudo evitar reírse de la dinámica entre los dos hermanos. Sin embargo, por dentro, su corazón latía con fuerza. No solo estaba preocupada por cómo reaccionarían sus padres, sino también por la distancia que había puesto entre ella y Zayn desde el beso.

Cuando sus padres llegaron, Zayn sorprendió a todos. Su carisma y encanto innato brillaron como nunca. Fue respetuoso, divertido, y se mostró genuinamente interesado en conocerlos. Incluso el padre de Dakota, que inicialmente había sido frío y distante, terminó riéndose de uno de los comentarios ingeniosos de Zayn.

—Así que juegas baloncesto —comentó el señor Vaughn mientras tomaba un sorbo de su copa.

—Así es. Es una pasión, pero también algo que me ayuda a canalizar toda mi energía. Digamos que me mantiene fuera de problemas —dijo Zayn, lanzando una mirada rápida a Dakota, quien fingió no darse cuenta.

—Eso es bueno —respondió el padre, evaluándolo cuidadosamente— Es importante tener algo que te mantenga enfocado.

La madre de Dakota, por otro lado, estaba encantada. Zayn se mostró atento con ella, ayudándola con los platos y asegurándose de que todo estuviera en orden.

—Es un chico encantador —susurró la señora Vaughn a Dakota en un momento a solas.

—Sí, lo es... —respondió Dakota con una sonrisa débil,

A pesar de lo bien que iba la cena, algo en su interior seguía inquietándola. Desde el beso, había mantenido su distancia de Zayn, no porque no quisiera acercarse, sino porque estaba confundida. Los recuerdos de Samuel aún la perseguían, y aunque sabía que él la había lastimado profundamente, no podía evitar extrañarlo,

Samuel había sido su primer amor, su novio desde que eran niños, su compañero en cada etapa importante de su vida. Habían crecido juntos, compartido sueños y planes. Pero también había sido quien le rompió el corazón una y otra vez, jugando con sus sentimientos, haciéndola sentir que nunca era suficiente. Ahora, a pesar de todo el dolor, una parte de ella seguía pensando en él. ¿Era amor lo que sentía o simplemente costumbre?

Cuando la cena terminó, los padres de Dakota se despidieron, claramente impresionados por Zayn. Su padre no dijo mucho, pero su silencio aprobador fue suficiente. Su madre, por otro lado, no dejó de sonreír y susurrar comentarios positivos sobre Zayn.

—Lo hiciste genial —le dijo Darían a Zayn mientras recogían los platos,

—Gracias, hermanita No fue tan difícil. Solo hay que ser uno mismo —respondió él con una sonrisa confiada,

Dakota, sin embargo, estaba en otro lugar, perdida en sus pensamientos. Mientras Zayn hablaba con Darían, ella se escabulló al jardín, buscando un momento de tranquilidad. Sentada en una de las sillas, miró las estrellas y dejó escapar un suspiro.

—¿Samuel...? —murmuró para sí misma,

No sabía qué sentía exactamente. Por un lado, Zayn era todo lo que Samuel no había sido: atento, respetuoso, capaz de hacerla sentir valorada. Pero el miedo a volver a sufrir, a abrir su corazón y que lo rompieran nuevamente, la hacía dudar.

Zayn la encontró en el jardín unos minutos después.

—¿Todo bien? —preguntó mientras se sentaba a su lado,

Dakota lo miró y asintió lentamente.

—Sí, solo necesitaba un poco de aire—respondió mirando el cielo,

—Hiciste un gran trabajo esta noche Tus padres parecen más tranquilos ahora,

—Sí, creo que les agradaste,

Zayn notó la vacilación en su voz. Algo no estaba bien.

—Dakota... ¿qué está pasando? —preguntó, inclinándose hacia ella,

Ella quiso decirle la verdad, contarle sobre sus miedos, sobre cómo los fantasmas de su relación con Samuel la perseguían. Pero en lugar de eso, simplemente sonrió y dijo,

—Nada. Estoy bien—respondió aunque su cabeza y su corazón se sentían confusos,

Zayn no insistió, pero algo en su interior le dijo que Dakota estaba lidiando con algo más profundo. Por primera vez en mucho tiempo, sintió una punzada en el pecho. ¿Acaso lo estaba dejando fuera de su vida?

Mientras tanto, en otro lado de la ciudad, Samuel estaba sentado en un bar, con una copa de whisky en la mano. Había escuchado rumores de que Dakota había comenzado a salir con alguien, y aunque se negaba a aceptarlo, el pensamiento lo atormentaba. Recordó cómo ella solía mirarlo, cómo siempre estaba dispuesta a perdonarlo, a buscarlo, a rogarle.

—Ella volverá —se dijo a sí mismo, tratando de convencerse— Siempre lo hace,

Pero en el fondo, sabía que esta vez era diferente. Dakota no lo había buscado. No había llorado por él. Y la idea de que alguien más pudiera estar ocupando su lugar lo llenaba de una ira silenciosa.

La batalla entre el pasado y el presente apenas estaba comenzando, y tanto Dakota como Zayn estaban a punto de enfrentarse a desafíos que pondrían a prueba sus sentimientos y su conexión.