Una Nueva Oportunidad

Ya habían pasado unos días, y Saray ya había hablado con la otra persona de su lista, la cual era una plebeya que en el futuro sería una gran diseñadora, pero que ella la había mandado a matar porque a su hermana le había faltado el respeto, y pensó que esa era la mejor forma de que la gente entendiera que si le faltaba el respeto la familia real lo pagarían con la vida, pero en esta vida la ayudaría a conseguir sus sueños, la joven Tatiana estaba recia a aceptar la propuesta, por lo que Saray le dijo que lo pensara y luego le mandara una carta con su decisión.

Ahora Saray se encontraba alistandose para salir hacia la mansión del conde, Saray solo espera que el conde aceptara ser el proceder de joyas y telas, para la creación de sus tiendas, por suerte ya tenía unos diseños de joyas y vestidos, y esperaba que al conde le gustaran y decidiera apoyarla, también tenía unos contratos hechos con diferentes porcentajes de ganancia para el duque. Después de un baño tenía que elegir un vestido, miro en su guardarropa y recordó que había echo un vestido ase unas meses atrás, talvez sería una buena opción para mostrar uno de sus diseños ya hechos.

Luego de cambiarse y buscar los documentos se dirigió a la salida de la mansión para subir al carruaje dejo a valery a cargo de supervisar todo en la mansión, sabía que el camino hasta la mansión del conde, estaba muy nerviosa no sabía que iba a pasar lo único que rogaba era que aceptara ser el proveedor de materia prima para sus dos tiendas, sabía que la reputación del conde no era la mejor, pero ella sabía que no se podía guiar por lo que la gente dice, ya que ella sabía que había muchas personas que podrían parecer muy buenas y tener una reputación increíble pero por dentro eran personas horribles que solo pensaban en ellos, y de esas personas conocía muchas, salió de sus pensamientos y se puso a mirar por la ventana, el paisaje era muy hermoso, que ni siquiera se dio cuenta de que ya estaban llegando.

Suspiro y miro la gran puerta que separaba la casa de la ruta el cochero dijo unas palabras y se abrió la puerta cuando el carruaje para el cochero abrió la puerta y Saray bajo, delante de ella se encontraba un hombre mayor, vestido de mayordomo Saray lo saludo y el hombre le dijo que lo siguiera, para Saray el camino hasta el despacho se le hizo una eternidad, hasta que llegaron a una puerta el mayordomo le pidió que esperara unos minutos mientras el dentraba luego de unos minutos salió y le dijo que podía entrar, cuando dentro encontró a un hombre pelirrojo con cara de pocos amigos, que prácticamente la miraba como un depredador a su presa, Saray estaba muy nerviosa no sabía que iba a pasar, no sabía si la dejaría hablar sobre los negocios o la iba a echar.