En La Trampa De Un Mafioso

La mujer que estaba con Daniel se alejó, corriendo hacia la salida del parque. Daniel se quedó solo, enfrentando la ira de Osiris.

— ¿Osea que siempre supiste lo que hacía contigo?— preguntó Daniel.

Osiris se acercó a Daniel, su mirada vacía y su sonrisa aterradora.

— Creí que era amor— dijo Osiris— que algún día esperarías a qué me sintiera cómoda.. pero en seis años no lo logré.

Y con eso, Osiris sacó un objeto de su bolsillo y lo apuntó hacia Daniel. René la había seguido y estaba escuchando cada palabra. Quería salir y golpearlo pero tenía interés en saber que haría Osiris.

— Quien llegué a amarte, y saber tu pasado terminara suicidándose por amar a alguien tan despreciable — dijo Daniel burlándose de Osiris — ¿A quien engañas, con esa arma no eres capaz de matar a alguien?.

Osiris se enfureció al escuchar esas palabras, no podía aceptar que alguien se burlara así de la muerte de Dominik. Asi que sin pensarlo jalo el gatillo mientras apuntaba directo a su cabeza.

La escena se congeló en un momento de terror absoluto. El sonido del disparo resonó en el aire, y Daniel cayó al suelo, su cuerpo inmóvil. Osiris se quedó parada, su mirada vacía y su sonrisa aterradora aún presente en su rostro.

René salió de su escondite, corriendo hacia Osiris con una mezcla de horror y preocupación en su rostro.

—Osiris, ¿qué has hecho?— preguntó, tratando de tomarla del brazo y quitándole el arma

Pero Osiris sacudió su mano, su mirada aún fija en el cuerpo de Daniel.

—Lo maté— dijo, su voz sin emoción —Lo maté por burlarse de la muerte de Dominik.

René al escuchar esas palabras sabía que Osiris había perdido la cordura, y que era capaz de hacer cualquier cosa. Llamo a sus hombres para limpiar el desastre y se llevó en contra de su voluntad a Osiris llevándola de nuevo al penthouse.

— Lo maté — dijo Osiris mirando su ropa salpicada por la sangre de Daniel — Ahora entiendo por qué Dominik llegaba a casa con una sonrisa después de matar a alguien... Por un instante olvide el dolor... Solo sentía rabia ... Y sentí placer.

—¿Acaso por Dominik haces todo esto?— preguntó René.

— Me preguntó si el volverá a mí y me detendrá — contestó Osiris — Hasta ese día voy a hacer lo que quiero y no lo que sea lógico.

Entre más pasaban los meses, Osiris se entretenía asesinando personas que eran consideradas lo peor de la sociedad, jamás tocaba a un inocente. Entre más pasaba el tiempo la brutalidad de sus crímenes fue aumentando y su mirada tornándose más vacía y malvada. Bajo la excusa de sentirse mejor, asesinaba más constantemente.

René le prometió estar de su lado, a cambio ella ser nombrada la Amante y obtener el beneficio de protección que le brindaría. Osiris tomó este gesto como amabilidad por el lazo que había tenido con Dominik ignorando por completo las verdaderas intenciones de René.

René se arrodilló frente a Osiris, tomó su mano y la miró con una mezcla de ternura y ansiedad.

— Se que me estoy extralimitando al pedirte que nos casemos— dijo René — Pero no soporto ver cómo te llaman amante... Aun que yo lo sugerí, ahora me molesta.

Osiris lo miró con una expresión vacía, sin mostrar ninguna emoción. No parecía importarle lo que René estaba diciendo.

— ¿Qué importa cómo me llamen? — respondió Osiris con una voz monótona — Al final solo soy eso para todos... Pero si te hace feliz hagámoslo.

René se sintió desanimado por la respuesta de Osiris, pero no se rindió.

Osiris se levantó de su silla y se dirigió hacia la puerta del penthouse.

— Necesito estar sola—.

René se levantó y la siguió, tratando de detenerla.

— Osiris, por favor — dijo René — No te vayas así.

Pero Osiris no se detuvo. Salió del penthouse y se dirigió hacia la calle. René la siguió, pero se detuvo en la puerta del edificio.

Osiris caminó por la calle, sin rumbo fijo. Se sentía vacía y sin propósito. De repente, vio a un hombre que caminaba hacia ella. Era idéntico a Dominik, el mismo cabello, los mismos ojos, la misma sonrisa.

Osiris se detuvo en seco, su corazón latiendo con fuerza. Se sintió como si estuviera viendo un fantasma.

— ¿Dominik? — susurró Osiris, su voz temblando de emoción.

El hombre se detuvo frente a ella y la miró con una sonrisa. Siguiendo su camino decidió ignorarla.

Osiris se quedó parada en la calle, mirando al hombre que se alejaba. Su corazón latía con fuerza y su mente estaba llena de confusión. ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué se parecía tanto a Dominik?

Osiris comenzó a caminar detrás del hombre, sin saber por qué lo hacía. Solo sabía que tenía que seguirlo, que tenía que saber más sobre él.

El hombre se dirigió hacia un edificio antiguo en el centro de la ciudad. Osiris lo siguió, entrando en el edificio detrás de él.

Dentro, el hombre se dirigió hacia una habitación en el último piso. Osiris lo siguió, su corazón latiendo con fuerza.

Al llegar a la habitación, el hombre se dio la vuelta y la miró. Osiris se detuvo en seco, mirándolo fijamente.

— ¿Quién eres? — preguntó Osiris, su voz temblando de emoción.

El hombre sonrió y se acercó a ella.

— Soy alguien que ha estado buscándote — dijo, su voz baja y suave.

Osiris se sintió confundida y asustada. ¿Qué quería decir con eso? ¿Por qué la estaba buscando?

Pero antes de que pudiera hacer más preguntas, el hombre se acercó más a ella y la besó. Osiris se sintió sorprendida y confundida, pero también sintió algo más. Algo que no había sentido en mucho tiempo.