en proceso
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CAP 8
Por favor sigue adelante. pensaba, mientras mi corazón martillaba en mi pecho. era el hombre de la camioneta en la estación.
- ¿quieres un aventón?_ escucho su voz, asi que me volteo hacia él. Esta vez lo puedo apreciar mejor, el camino no es tan ancho, así que lo tengo relativamente más cerca.
su cabello es oscuro, tiene un buen corte, su barba está bien rasurada y sus ojos son de color ámbar
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- no, estoy bien _ le digo intentando ser amable.
empiezo a andar de nuevo. no pienso subirme a un coche con un desconocido, él no se marcha, más bien conduce muy lentamente, manteniendo mi paso.
- ¿siempre eres así?_ me pregunta y me detengo.
- ¿perdón?_ le pregunto.
- bueno, casi asesinas a Mónica con la mirada.
encogí los hombros sin querer continuar con la conversación y seguí caminando.
- ¿cómo te llamas?
Seguí ignorando, esperando que se fuera. Nunca me imaginé que en este pequeño pueblo, en donde no hay más de 10 habitantes, pudiesen ser tan castrosos y entrometidos
- realmente eres alguien de pocas palabras ¿no?_ me dice.
- no, solo sé que no debo hablar con extraños y eso es lo que eres tú para mí _ le respondo, mientras camino.
- vaya, tienes actitud._ se burla
- mira, no me interesa lo que pienses de mi, así que vete, por favor. _ conteste, ya molesta por la situación.
- bueno, solo quería llevarte a casa, está oscureciendo y Mónica tiene razón. el bosque no es seguro para alguien como tú _ dice
¿qué demonios significa eso? y... ¿subir a un coche con él, es seguro? he visto demasiados documentales y he sido víctima de un crímen, como para no saber que subir a carros desconocidos, no termina bien.
- soy Henry _ dice, presentándose
- de igual manera no pienso darte mi nombre _ le digo
- siempre podría obtenerlo de tus documentos _ responde, haciéndome parar en seco.
- ¿perdón?¿A qué te refieres? ¿quién demonios eres? _ pregunto, esto ya está empezando a rebasarme.
- bueno, el lugar en que vives, es mío, soy tu arrendatario _ me dice y suspiro de alivio.
genial justo lo que necesitaba.
- entra al coche Nataly _ me dice riéndose
- si ya sabías mi nombre ¿para qué preguntar? _ bufé molesta.
- solo quería que me lo dijeras, también tengo curiosidad por saber ¿por qué te has mudado aquí? _ me dice acercándose y abriendo la puerta
_ sube, no soy un asesino en serie. _ me dice y yo miro hacia la carretera mientras muerdo mi labio inferior, pensando en que hacer.
- ¿lo admitiría si lo fueras? _ pregunto
- no, pero, no crees que ya te habría matado, además, no me abría molestado con las preguntas _ tenían lógica sus palabras
observo la sonrisa que se extiende en su atractivo rostro.
- te lo prometo, confía _ sus ojos brillan
- ¿se puede ver la confianza?_ pregunto, pero de igual forma me subo a su camioneta. la primera vez no me fue suficientemente, ya estoy tentando a la suerte de nuevo.
tras cerrar la puerta coloco la bolsa sobre mi regazo y la agarro con fuerza. siempre guardo conmigo una navaja y gas pimienta, podría segarlo y apuñalarlo si fuera necesario. a juzgar por su tamaño debo dar en el blanco porque estaré jodida cuando se levante.
- ¿qué llevas en la bolsa ¿aerosol de pimienta?_ pregunta. Me paralizo unos segundos
- una navaja, en realidad. _ por alguna razón, le respondo.
- ¿un cuchillo? _ se burla
_ enséñame, quiero ver lo que una cosita como tú, llevaría en esa bolsa tan pequeña
aprieto los labios ¿de verdad es mi arrendatario? Porque si es así, es mi arrendatario del infierno. sus palabras hacen que mi cara se sienta muy caliente.
- ¿por que deberia mostrartelo? _ fruncí el ceño, no estaba contenta con la forma en la que se estaba burlando. Desde que salí del psiquiátrico, traer un arma me hacía sentir mejor.
- apuesto a que es pequeña por eso te da vergüenza enseñarla. _ se burló de nuevo.
- no, no lo es, aún así, no pienso mostrartelo, lo podría necesitar. _ le respondo.
- hmm entiendo, para usarlo contra mí, se requiere algo más que un cuchillo, pequeña, ahora muéstramelo. _ no puedo negar que por dentro me tiembla hasta el alma.
- no quiero _ le digo, el se acerca yo jaló mi bolsa, pero él me la quita con facilidad. Después se ríe a carcajadas.
- , oh! mira, que tierno, también tiene un destornillador ¿de dónde lo sacaste? ¿de las niñas exploradoras? Pequeño para no hacerte daño _ se burla.
- ja, no es gracioso _ le digo arrebatándoselo cuando se detiene enfrente a mi casa. gracias y adiós. abro la puerta y salgo de la camioneta.
- si necesitas algo, no dudes en acercarte _ dice señalando su casa al otro lado del lago.
asiento con la cabeza y tomo mis bolsas antes de salir. Luego se marcha y me siento aliviada. las personas de este lugar son muy extrañas.
subo los escalones y dejo las bolsas en el suelo antes de abrir la puerta y entrar.
por el rabillo del ojo veo a un enorme lobo. la entrometida tenía razón.
el lobo se acerca cada vez, un poco mas a mi pequeño pórtico. busco a toda aprisa las llaves. Cuando las encuentro, se me caen y me agacho rápidamente para recogerlas.
cuando levanto la mirada, veo a la aterradora criatura peluda detrás de mí. suelto un fuerte grito asustada. corro hacia la puerta solo que hay un pequeño problema, nunca abrí la puerta.
me pego fuerte en la cara, mis compras se desparraman por el suelo, escucho garras sobre la madera, miro hacia arriba, veo estrellitas, la cabeza me palpita y recuerdo al lobo acechándome o no, tiene su nariz dentro de mis bolsas.
- ¡ey!_ le grito de manera tonta, solo para que levante la cabeza. genial Naty, porque no te sazonas para que se de un festín con tus entrañas. Me reprendo.
el corazón se me acelera erráticamente. mientras su mirada se fija en mi y un gruñido grave escapa de su boca. casi me hago pipí en los pantalones <
mis movimientos asustan al gran lobo, quien da un Salto hacia atrás. Agarro la escoba con más fuerza y la balanceo, golpeando al lobo.
El lobo gruñe y se tambalea hacia adelante. vuelvo a golpearlo mientras está vez, agarra la escoba con sus fauces. esto se convierte en un juego de tira y afloja, que por supuesto yo estaba perdiendo.
seguí jalando la escoba de sus fuertes colmillos, cuando, de repente la suelta y se va corriendo del pórtico, al mismo tiempo que yo salí volando hacia atrás.
un grito agudo sale de mis labios al trastabillar y llegar a la barandilla que rodea el pórtico. mi peso se desploma sobre ella y agito las manos para evitar caer, pero es imposible. caigo y me quedo sin aire, tratando de respirar.
un dolor me recorre la columna vertebral, al levantarme del suelo y sentarme para recuperarme, me doy cuenta de que la tierra está muy blanda.
al menos ya no hay rastro del lobo. me froto la cabeza cuando oigo que llaman a la puerta de mi casa. levanto la vista y veo a Henry en la puerta
y ahora ¿qué quiere?
- ¿Nataly?_ escucho su voz aterciopelada y mis ojos se abren de horror
intento levantarme con cuidado sin llamar la atención y me golpeo en el pie ¿dónde diablos estoy metida? al girar la cabeza veo la pequeña montaña de leñas. Uff estuvo cerca
- ¿Nataly? _ Henry dice nuevamente y yo levanto la vista. esta asomado al lado de mí pórtico
_ ¿qué haces ahí abajo? _ pregunta
quiero morir de vergüenza y termino lanzando lo primero que se me ocurre.
- no pues, fíjate que estoy mirando a las estrellas _ que estupida
-¿te gusta mirar las estrellas desde allí? ¿puedes verlas?
Que idiota, no noto el sarcasmo