Abriella, una princesa es obligada a escapar de su hogar, teniendo que aprender a sobrevivir fuera de este. En el camino se encontrará con personas que la ayudarán a recuperar lo que le robaron. ¿Será capaz de conseguirlo?
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Primer día
Me duele la cabeza, me levanto de la cama. Anoche fui acostarme bastante tarde, me dirigí al cuarto de baño que hay en mi habitación y me arreglé el pelo.
El rubio de este todavía está. Cuando era más joven era bastante más claro, pero a medida que uno crece se oscurece.
Salí de mi habitación y me encontré con Alex.
— Bastian ¿Qué ocurrió ayer? — Preguntó — Siempre discuten con Ryan, pero esa fue mucho más intensa ¿Qué pasó?.
— Nada — Le contesté — No creen que será mejor que vayan a remodelar esa casa en vez de hacer este interrogatorio.
Evadí todo lo que puede el tema de ayer. La única persona que mejor me conoce es Ryan, a él le cuento todo, tiene toda mi confianza. Ryan sabe la identidad de Abriella, pero no ha dicho nada por respeto. La discusión de ayer giró en torno a todo lo que ha estado ocurriéndonos.
— Vamos a tomar desayuno juntos, luego iremos a buscar a la señorita Eloísa. — Dijo Ed mientras preparaba todo para caer un desayuno digno.
Hemos estado viviendo en esta casa varios años, ocultándonos. Tenemos suerte que todavía no nos hayan encontrado.
— ¿Cuánto tiempo vamos a seguir en este pueblo? Yo creo que hemos estado suficiente tiempo acá y se está volviendo peligroso. Mejor translademonos a otro sitio. — Dijo Ryan mientras salía de su habitación.
¿Lo dice para molestarme?
— No, no nos iremos ahora. Lo más probable es que se hayan olvidado de nosot… — No logré terminar la frase cuando me interrumpió.
— Nosotros nada, ni a mi ni a los chinos nos buscan, solo a ti. No generalices, lo digo para tu seguridad. Mejor irnos ahora. — Dijo Ryan.
Él no se va a cansar de mencionar el mismo tema, a veces se vuelve agotador.
No pienso irme de aquí, me reencontré con Abriella, aún que ella no me recuerde, quizá pueda hacer algo para que vuelva a su mente.
— No seas tan malo Ryan, cuando accedimos a quedarnos con Bastian hemos sido perseguidos nosotros igualmente. Quizá lo que diga Bastian es cierto, probablemente ellos se hayan olvidado de nosotros, por eso no los hemos vuelto a ver. — Dijo Alex mientras me apoyaba.
Ed simplemente estaba preparando el desayuno, por lo que no ha mencionado ni una palabra, simplemente se limita a escuchar.
— Yo digo que mejor nos vayamos, no tenemos nada que perder acá — Dijo mientras me mira.
No dije nada, para no empeorar la situación. Pero supongo que él sabía lo que le hubiera dicho.
— Tomen — Dijo Ed mientras colocaba el desayuno en la mesa — Comamos mejor, así no nos molestamos.
Trajo con él huevo, tomate, queso. Muchas cosas para el desayuno.
Comimos todos en silencio, sin decir ni una palabra.
— ¿No creen que es mejor que comamos más rápido? — dijo Alex — Así tendremos más tiempo para ayudar.
— Ya — Dijo Ed — Nosotras igual ya terminamos — Dijo mirando a todos — Nos vamos. Lava los platos tú Bastian, ya que te quedas más rato.
Así todos se fueron por la puerta principal.
Miro a mi alrededor, hemos tardado años en lograr tener todo lo que tenemos.
La casa en donde vivimos es bastante grande, tiene piezas de sobra. Estamos pensando en hacerle un segundo piso, pero ahora que Ryan mencionó el tema que había quedado en el olvido supongo que no van a acceder.
Llevábamos años yendo de pueblo en pueblo, de reino en reino, para que no nos encuentren. Supongo el miedo va a ganarle a mis amigos, a mi no quedará nada más que ceder.
Lavo los platos mientras que miro por la ventana, todo verde por fuera. Este lugar es muy acogedor, razón principal por la cual nos hemos tranquilizado y no nos hemos movido de este lugar.
Termino de terminar de lavar los platos y me dirijo a mi habitación. Me levanté, pero no había ordenado nada del lugar.
Partí recogiendo la ropa de ayer que quedó en el suelo para luego dirigirme a mi cama y organizarla.
Abrí las ventanas y ordené todo lo que se puede ver desde la puerta principal, para que Abriella, o mejor dicho, Gabriela, no vea todo el desorden.
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Es verdad, la casa no queda tan lejos.
Cuando llegó el grupo, me volvieron a dar las indicaciones para llegar a su casa.
Mi amiga con su hijo se fue con ellos para diehard a Erik donde Margarita y luego hacer todo el trabajo de la remodelación.
Yo me arreglé, esta vez no me vestí con un vestido, ahora fue con unos pantalones y una camisa. La misma que utilizo para entrenar.
Toqué la puerta que estaba en frente a mi, y ahí apareció.
Bastian estaba vestido con una ropa ajustada, su camisa tenía los botones de arriba abiertos, lo que dejaba esa parte descubierta.
“Está bastante marcado” pensé.
— Hola Brie, o Gaby. No se cuál te acomoda más — Dijo Bastian.
— Gaby, Gaby está bien — Le dije.
— Okay Gaby, hoy vamos a ver tu resistencia ya que es nuestro primer día. Se que viniste para practicar el tiro con el arco, pero es bueno saber usar todo tipo de armamento. — Dijo mientras me entregaba una daga — Las dagas son bastante pequeñas en comparación de un arco o espada. Está te ayudará en momentos riesgosos, como por ejemplo, cuando te agarran por atrás.
Dijo mientras él me agarró por detrás y me sujetó.
— Si no tuvieras una daga, liberarte de este agarre será bastante complicado, por eso — Dijo mientras me mostraba la daga — Tienes que tener eso — Y con eso me soltó.
Me entregó la daga.
— El punto débil al que debes apuntar es aquí — Dijo mientras señalaba su costilla — Si logras penetrar en su piel con esto será una muerte segura.
Me quedé mirando la daga, sabía que existía cierta posibilidad de que me encontrara en una situación como esta en algún momento.
Ahora estoy tratando de memorizar el punto débil, seguramente algún día eso me sirva.
— Créeme, cualquier persona que te agarre por detrás no pensará que tendrás una daga. Y menos que sepas usar una.
— Si, tienes razón. — Dije mientras miraba la nueva arma. — ¿Solo la tengo qué usar en emergencias? — Pregunté.
— Esa es la idea, ya que es una arma que se utiliza de corta distancia. — Dijo — Sabes, igual puedes aprender a lanzarlas.
Dijo mientras tomaba otra daga que tenía él.
— Así se hace — Y lanzó una de esas.
La clavó en un árbol que tenía por detrás mío.
— Wow ¿ Crees que yo logré hacer eso?
— Si, pero necesitarás mucha práctica.
Así estuvimos mucho rato, lanzando y lanzando dagas a árboles.
No se si esta sea mi habilidad.