COMO DOS GOTAS DE AGUA #Contraataque Del Inútil

SIMÓN CALZONE

Veía a mi amigo afligido como nunca, jamás lo ví así, de verdad estaba interesado en Simone. Tenía una lucha en su interior por lo que sentía y lo que debía hacer.

Cuando recibí el mensaje de Will a la mañana que debía ir a entrenar junto a Simone aproveche a invitarlo para que la vea.

-Acompañame... Debo entrenar para enfrentar a Raúl. Le anuncio a la mañana.

-Tan temprano. Dice mirando la hora.

-Si vamos. Le digo.

Al salir me resulta raro que nos siga el vehículo negro, me pone incómodo.

-Son los que te cuidan. Me dice Leo divertido mientras conduce su vehículo.

-No te burles... Es todo nuevo para mí. Le respondo.

-Que no te resulte raro que debas mudarte a la residencia donde viven... Para tu seguridad. Me dice Leo.

-¿Tú crees?. Le pregunto.

-Oh podrían mudarse con tu familia a un vecindario privado... Cómo donde vivo. Me dice.

Llegamos al gimnasio, al ingresar nos quedamos mirando sorprendidos como Simone está en el Rin enfrentándose a uno, a quien le está dando la paliza de su vida, parece muy enojada y que descarga su furia contra él.

-SIMONE... NO ES UNA LUCHA DE VERDAD. Escuchamos que le dice su entrenador desde el costado.

-ESTOY FURIOSA... DEBO CAMBIAR MI GUARDARROPAS... MI ESTILO DE VIDA... SER UNA FINA MUJER... PARA UN MALDITO DESGRACIADO A QUIEN NO SE COMO LUCE. Grita teniendo contra el suelo a quien tiene como contricante.

Vemos que suben Will y su entrenador a sacarla.

-FUE SUFICIENTE . Le dicen bajandola del rin.

-Siento pena por quién vaya a ser su esposo. Le digo a Leo.

-Imagino que lo noqueara si quiere besarla. Me dice Leo con una mueca en los labios.

Vemos que Simone se va hacia él sector de baños y Will resopla nervioso hasta que nos ve.

-He... Chicos. Nos dice saludandonos.

-Vine a practicar. Le aviso.

-Si... ENTRENADOR. Lo llama.

-EL ES SIMÓN... SI LE PUEDE ENSEÑAR LOS PASOS BASICOS DE DEFENSA. Le indica.

-SIMÓN... SI CLARO... PASA... INICIAREMOS CON ESTIRAMIENTO Y LUEGO TE MOSTRARE LO NECESARIO. Me dice.

En eso vemos que regresa Simone cambiada con su buzo habitual.

-Buen día. Nos saludo.

-¿Cómo te fue anoche?. Le pregunta Leo y vemos que pone los ojos en blanco y suspira pesado.

A Will vemos que nos hace señas de atrás que no digamos nada.

-Debo ir con él estilista. Nos dice Simone frunciendo los labios.

-Leo te puede acompañar. Le digo a Simone.

-Yo ¿Por qué?. Me susurra Leo estirándome.

-En serio... Eso sería agradable... Así no tendré que aguantar al pesado del estilista... Y puedes darme tu punto de vista que no me elijan nada muy de barby... Apóyame en mi estilo deportivo. Le pide animada Simone.

-Si... Claro ... Si mi opinión te ayuda. Le responde Leo.

-Si ... Me sentiré más cómoda contigo... Y no tan abrumada con todos esos extraños... Creyendo tener la libertad de vestirme y desvestirme a su antojo. Dice Simone.

-Hecho... Leo te acompaña. Le digo empujándolo y rio por dentro de como me mira Leo frunciendo el ceño.

Me prepare junto al entrenador que fue guiandome para hacer los estiramientos.

-Simone... Debes hacer un poco de abdominales, piernas y brazos. Le indica el entrenador a ella.

-Leo puedes acompañarla... Así me enseñan aquí. Le digo.

-Puedes parar. Me susurra Leo con los dientes apretados.

-Leo tu sostén aquí para que haga las abdominales... Mientras hablo por teléfono así acordamos la hora en que estarán los estilistas. Le dijo Will.

-Ok... Cómo sostengo. Le pregunto Leo.

-Aqui... Así debes apoyar tus rodillas sobre sus pies y sostienes así sus pantorrillas. Le enseñan mostrándole que debía hacer.

Sonrió por dentro viendo la cara de Leo al ver a Simone hacer las abdominales, suspira hondo como conteniendo el aire en sus pulmones.

- MUÉSTRAME COMO PELEAS... LO QUE SABES. Me dice el entrenador.

-¿Cómo?. Le pregunto.

-Atácame... Y te muestro como se bloquea. Me dice el entrenador.

Por lo que le lanzo una piña y en un movimiento rápido me tomo el brazo y con un movimiento de cadera me lanzó al piso.

-VES... LO QUE HICE... AHORA HAZLO TÚ. Me indico.

El entrenador me hizo soltar la gota gorda, varias veces tuve que repetir los movimientos y varias veces me hizo caer.

-Toma un descanso... harás abdominales. Me señaló.

Tome agua como si me moría de sed en pleno desierto y aun no terminaba el entrenador conmigo. Me dice que tome un descanso haciendo abdominales.

-Ya debo irme. Me anuncia Simone y veo que se ducho cambiándose de ropa para salir.

-Te vas. Le pregunto con la voz ahogada y ella sonríe.

-Te estás muriendo. Me dice en una mueca de sonrisa.

-Me mata... Es muy exigente... Cómo aguantas. Le pregunto.

-Ya verás que aprenderás con él... Es su manera para que saques lo mejor de ti... Gracias a él ganó siempre. Me dice Simone.

-Confio en lo que dices. Le digo inclinado hacia adelante recuperando el aliento.

-Nos vemos luego. Me dice Leo pasándome la mano.

-Aprovecha. Le susurro de paso.

-Ya... No jodas. Me dice Leo nervioso.

-Animate. Le digo haciéndole señas hacia Simone con los ojos.

-SEGUIMOS. Me indica el entrenador y suspiro profundo tomando fuerza de no sé dónde para seguir.

-Animo amigo... Cuando te acostumbres esto será como un paseo en bicicleta. Me dice Leo de forma burlona.

- Ve... Y no dejes pasar la oportunidad. Le insisto en señal a Simone.

-Ya te dije ... Que no es posible. Me dice.

-Vive un poco... Al menos hasta que debas cumplir con tu obligación... No te parece que preferirás decir que lo viviste a quedar con la duda de que hubiera pasado. Le digo a Leo.

El quedó pensativo mirando en dirección a Simone que hablaba con su entrenador.

-Puede que tengas razón. Dice suspirando.

-Listo... Ya estoy... Vamos. Aparece Simone.

-Mensajea como te va. Me dice Leo al despedirme.

-Si aún estoy vivo. Le digo en un jadeo.

-Te irá bien. Me dice palmeandome el hombro y me quejo del dolor frunciendo el ceño.

(...)

*SIMONE CASARES

Anoche mi padre me reprochó que no me quede hasta el final de la fiesta para hacer el fórmal anuncio.

-TE ESCONDISTE TODA LA NOCHE CON TU HERMANO Y SUS AMIGOS, DE MI VISTA... Y CUANDO DEBIA ANUNCIAR TODO, NO ESTABAS... FUE MUY INMADURO DE TU PARTE. Me gritaba mi padre mientras estaba sentada ante él.

-SEGUI TODAS TUS INDICACIONES... HASTA ACCEDI USAR UN VESTIDO... QUE MAS QUIERES DE MI. Le respondí.

-DE ACUERDO... VAS A VER AL ESTILISTA... ÉL TE HARA UN CAMBIO DE GUARDARROPAS... YA NO USARAS ESOS ATUENDOS QUE TE HACEN PARECER UN VARON. Me indico.

-ESTO ES EL COLMO... ME GUSTARIA QUE ME ACEPTEN COMO SOY. Le digo.

-ESTO ES IMPORTANTE... SI VAMOS A SEGUIR EN ESTE CAMINO PARA QUE NO TE ATOSIGUEN... PARA QUE LA PRIVACIDAD DE LO QUE PASO CON TU HERMANO NO SALGA A LA LUZ ... DEBES SEGUIR MIS INDICACIONES... O QUIERES QUE SE SEPA QUE FUISTE LA QUE OCASIONÓ LA MUERTE DE NAHUEL. Me dice mi padre.

-SABIA QUE LO QUE DIJISTE ANTE SIMÓN SOLO FUE UNA ACTUACIÓN... ME CULPAS DE TODO... JAMÁS VAS A ACEPTAR QUE TÚ LO EMPUJASTE A ELLO. Le grito molesta.

-NO ME LEVANTES LA VOZ... SI NO FUERA POR MI NO TENDRIAS NADA DE ESTO... ME LO DEBES. Me grita golpeando con su puño su escritorio.

-SOLO ACEPTO CASARME PARA ESTAR LEJOS DE TI... CUALQUIER INFIERNO ES MEJOR QUE A TU LADO. Le respondo.

-NI EL DIABLO TE QUERRA POR TU TEMPERAMENTO... TE REGRESA Y PAGANDO PARA QUE TE ACEPTE. Me responde.

-LA FRUTA NO CAE MUY LEJOS DEL ÁRBOL... O DE QUIEN CREES QUE HEREDE EL CARÁCTER. Le digo parandome y Will se puso a mi lado tocándome el brazo como marcandome que no reaccione por lo que gire y salí molesta del despacho.

-NO TE DIJE QUE TE FUERAS. Me grita mi padre.

No pude conciliar el sueño de la bronca que sentía por toda la situación y me fui al gimnasio a las seis de la mañana a descargar mi furia contra la bolsa de boxeo.

Will llamo a mi entrenador para comunicarle que entrene a Simón así pueda defenderse al enfrentarse con Raúl.

Cuando vino aprovecho que tenía energía, para que practique ante él y corregir mis movimientos dónde falle la última vez.

Simón llegó con su amigo Leo justo que terminaba mi entrenamiento. Por decirlo de algún modo, solo descargaba mi frustración al no poder hacerle eso a mi padre.

Me sentía abrumada al tener que ir con él estilista, imaginando tener que probarme cada prenda, no era mi gusto, no quería hacerlo. Por suerte Leo se ofrecío a acompañarme, el sería el punto neutral, confiaba que me apoyaría para que no me obliguen a usar un vestido.

-Por favor Leo... Apóyame a que no me quieran meter un vestido en el guardarropas, aunque considero que eso lo va hacer de todos modos mi padre, pero soy la que va a tener que usar esas prendas.

-Por lo visto no te gusta mucho la idea. Me dice.

-Para nada. Le respondo.

-¿Qué te gusta?. Me pregunta.

-Mmm... Las luchas... Carreras en Karting... Jugar a la play... Y pasar tiempo con ustedes. Le respondo.

-¿Te gusta el ciclismo?. Me pregunta Leo

-Le gustan las carreras de velocidad y no sabe andar en bicicleta. Responde Will que escucha nuestra conversación.

-Nadie te pregunto. Le digo sería.

-No sabes andar. Me pregunta Leo.

-No... Me quisieron enseñar y me estrellé contra un arbusto. Le cuento suspirando.

Leo ahoga una risa ante mi mirada que lo avalúo de arriba a bajo su reacción.

-Ajam... Lo siento... Me imaginé cómo fue. Dice Leo reponiendo su compostura.

-Termino con la bicicleta sobre ella... Ja...Ja... Era cómico de ver... Aunque en el momento no nos reímos porque tenía las manos con sangre. Le cuenta Will divertido.

-A mi no me causa risa. Le digo sería.

Llegamos a la tienda donde nos esperaba el estilista.

-Señorita Simone... Me tomé la libertad de apartar unas prendas. Me anuncia el estilista.

-Espero que siguió mis indicaciones. Le digo.

-Si ... Hay una gran variedad... Que puede usar y verse femenina. Me responde el estilista.

-Probemos. Le digo ingresando al cambiador.

-Tu puedes sentarte aquí. Escucho que le indica a Leo.

Salgo con el primer atuendo que me eligieron que consiste en un pantalon elastizado tipo metalizado en negro, una remera en tiras del mismo tono, un saquito de hilo en color gris, una cartera y un abrigo que decido no ponerme.

-La cartera no es necesario. Digo al salir y miro a Leo para que me diga algo.

-Se te ve muy bien. Me dice el estilista.

-Podria ser una mochila pequeña y no una cartera. Insisto al no gustarme cargar con una.

-Se te ve bien el atuendo... Y tienes razón. Me dice Leo apoyando lo que digo.

-Bien... Lo anotaré. Dijo el estilista. - Pasemos al siguiente. Me dice para que me pruebe el otro conjunto.

- El cierre de la campera debes abrirlo. Me indica el estilista.

-Es un top lo que tengo abajo... Me pide que enseñe mucha piel. Me quejo al ser un conjunto en tono negro de Jean elastizados, un abrigo tipo buzo con capucha, pero corto que revela mi ombligo y un top claro que deja al descubierto todo mi abdomen y un par de zapatillas negras brillosas.

-Es lo que usan las jóvenes... Está muy de moda. Me dice el estilista.

-Que opinas Leo. Le consulto.

-Se te ve bien. Me dice y suspiro pesado.

-Oh vaya... Mira quien está aquí. Escucho la voz chillona de una mujer y me giro a ver encontrándome con una prima lejana.

-Simone... Siempre igual (Dice de manera despectiva)... No esperaba encontrarte... Pero ya que estás aquí aprovecho a anunciarte que Julio y yo vamos casarnos. Me dice como esperando una reacción mía.

-Felicidades. Le respondo restándole importancia.

-Linda... Aquí estás. Aparece Julio, un chico de cabellos negros y ojos verdes a quien atraía, pero Linda lo engatusó.

-Mira querido... Me encontré a Simone. Le señala en mi dirección.

"¿Encontrarme?, si por lo visto me vio por la vidriera y se metió para jactarse de su actual condición. Pienso.

-Simone... Tanto tiempo. Me dice Julio mirándome de arriba a bajo.

-Pensar que estabas interesada en Julio, pero él me eligió a mi y nos vamos a casar. Escupió Linda queriendo envenenarme, al competir siempre conmigo.

-Segun recuerdo era al revés y lo emborrachaste para que se acueste contigo. Le dije

-Ja... Qué vil mentira... Él me eligió por ser más femenina que tú... Qué pareces una marimacho... Solo un sucio lagarto se fijaría en ti. Largo todo su veneno que se ve tenía en la punta de la lengua.

Siento que me giran y es Leo que me posa un beso en los labios.

-Vamos amor... No merece tú atención. Me dice.

-Y ¿tú quien eres?. Pregunto Linda sorprendida.

-El sucio lagarto. Le respondió Leo y me llevo de adelante de ellos.