Curvas Al Exito

Al día siguiente Benjamín hizo una llamada para que la mafia se comience a mover a su favor, les ordenó a sus hombres que consiguieran pruebas de lo que hacía Leonardo y no pasó ni medio día y varios papeles ya estaban llegandole, él sabía que no era todo, pero que daría tiempo para que busquen más a fondo, al menos ya tenía lo necesario para asustarlo y hacerlo entrar en pánico.

Con una nueva determinación, Benjamín salió de su empresa y se dirigió directamente a la oficina de Leonardo. Sabía que enfrentarse a él no sería fácil, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para proteger a su familia.

Al llegar, irrumpió en la oficina de Leonardo sin previo aviso. Leonardo, sorprendido por su aparición, intentó mantener la compostura.

Leonardo: (con una sonrisa forzada) Benjamín, ¿qué te trae por aquí tan de repente?

Benjamín: (con frialdad) Directo al grano, sé lo que has estado haciendo, Leonardo. He descubierto tu plan para sabotear mi empresa, alejar a Ariel de mí y sé que Valery ha estado ayudándote.

Leonardo: (riéndose) ¿Y qué vas a hacer al respecto? No tienes pruebas.

Benjamín: (mostrando un expediente) Aquí tengo todo lo que necesito. Los correos, los mensajes y las confesiones de tus cómplices. No solo vas a enfrentar las consecuencias legales, sino que me aseguraré de que todo el mundo sepa lo que has hecho.

Leonardo: (perdiendo la calma) ¡No puedes probar nada!

Benjamín: (con firmeza) Ya lo veremos. Esto no es solo por mí, es por Ariel y nuestro hijo. No permitiré que sigas interfiriendo en nuestras vidas.

Mientras Benjamín se encontraba confrontando a Leonardo, Ariel decidió salir a despejar su mente.

Fue a una cafetería cercana, un lugar que solía frecuentar cuando necesitaba tiempo para pensar. Estaba sentada, tomando un cappuccino, cuando vio a Valery entrar. La rabia y la cólera se apoderaron de ella al ver a la mujer que había causado tanto dolor en su vida.

Ariel: (enfrentando a Valery) ¡Tú! ¿Cómo se atreve una "AMANTE" a salir de la perrera donde debe estar?

Valery: (con una sonrisa cínica) Vaya, Ariel. No esperaba verte aquí. ¿Cómo está el bebé? ¿Cómo está mi futuro hijastro?

Ariel: (con ira) ¿Cómo te atreves a hablar de mi bebé? Has intentado destruir mi vida y mi relación con Benjamín, pero escúchame bien, bajate de tu nube que una sucia y vulgar como tú, jamás sera la esposa, tu jamás estarás dentro de un hogar, tu siempre del tapete para afuera como la p*rra que eres.

Valery: (con desprecio) Benjamín nunca fue tuyo realmente. Siempre volverá a mí. Deberías acostumbrarte a eso.

Ariel: (con determinación) Eso es lo que tú piensas. Pero no voy a dejar que tú destruyas lo que he construido. No permitiré que sigas manipulando mi vida y creo que fui demasiado amable contigo, pero se acabó, desde ahora voy yo.

Valery: (riéndose) ¿Y qué vas a hacer al respecto? No tienes poder sobre mí.

Ariel, sintiendo la adrenalina correr por su cuerpo, decidió tomar el asunto en sus propias manos. Se lanzó sobre Valery, empujándola haciendo que caiga al piso, la coje del cabello mientras pone su rodilla en su espalda, impidiendo que Valery se levante, causandole dolor y temor por su repentino ataque, ella creía que Ariel nunca seria capaz de tocarla, pero no sabia que Ariel una vez enojada no tenía piedad.

Ariel: (con voz firme y mirada amenazadora) Escucha bien, Valery. No voy a dejar que tú o Leonardo sigan arruinando nuestras vidas. Voy a hacer todo lo posible para proteger a mi familia, y si eso significa destruirte yo misma, lo haré.

Valery, sorprendida por la revelación de que sabe sobre su plan con Leonardo y la determinación de Ariel, no supo cómo reaccionar. La mirada en los ojos de Ariel era de una mujer dispuesta a luchar y matar por lo que amaba.

Valery: (intimidada) ¡Suéltame! ¡Te estás volviendo loca!

Ariel: (sin soltarla) No estoy loca. Estoy decidida. Y te aseguro que no descansaré hasta que pagues por todo el daño que me has causado.

Ariel finalmente soltó a Valery, pero no antes, le dió un par de cachetadas, quedando con las mejillas hinchadas y el cabello alborotado, luego se apresuró a salir de la cafetería, visiblemente alterada. La confrontación había dejado en claro a Ariel que no estaba sola y que tenía la fuerza para luchar por su familia.

Mientras tanto, Benjamín, tras su confrontación con Leonardo, decidió redoblar sus esfuerzos para proteger su empresa y a su familia. Sabía que el camino hacia la reconciliación con Ariel sería largo y complicado, pero estaba dispuesto a hacer lo necesario para demostrar su amor y su compromiso.

La batalla contra Leonardo y Valery no había terminado, pero Ariel y Benjamín ahora estaban más unidos en su propósito de proteger a su hijo, sin importar los desafíos que aún tuvieran que enfrentar.