Sinopsis: "La Felicidades No Está Hecha Para Mí" es la desgarradora historia de un joven que lo pierde todo. Después de que su familia muriera en un trágico accidente automovilístico, su mundo se derrumba por completo. Sumido en la desesperación y el dolor, el joven lucha por encontrar un sentido a su vida. Sin embargo, en medio de su sufrimiento, el joven encuentra un rayo de esperanza cuando conoce a alguien que logra despertaren él un sentimiento que creía perdido: el amor. A medida que su relación avanza, el joven comienza a vislumbrar un futuro más allá del abismo de la tragedia. Pero la felicidad que parecía al alcance de su mano se ve truncada cuando, de forma inesperada, su nuevo amor es brutalmente asesinado. Devastado por este nuevo golpe del destino, el joven se enfrenta a la dolorosa realidad de que la felicidad tal vez no esté hecha para él.
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Conociendo a la Familia
Capítulo 17: Conociendo a la Familia
Conforme pasan las semanas, mi relación con Nicolle se fortalece cada vez más. Hemos disfrutado de numerosas citas y momentos juntos, descubriendo más sobre nosotros mismos y construyendo una conexión que se vuelve cada vez más sólida y significativa.
A medida que nos acercamos, siento cómo una chispa especial se enciende en mi interior. Con Nicolle, me siento libre de ser yo mismo, de expresar mis emociones y de abrir mi corazón sin miedo. Ella me brinda una seguridad y una comprensión que hacía mucho tiempo no experimentaba.
Una tarde, mientras disfrutamos de un paseo por el parque, Nicolle me mira con una expresión serena y me dice: "Martín, hay algo de lo que me gustaría hablarte."
Siento cómo una leve sensación de nerviosismo se apodera de mí, pero la tranquilizo con una sonrisa. "Claro, Nicolle. Puedes contarme lo que quieras."
Ella toma mi mano y entrelaza nuestros dedos con suavidad. "Bueno, verás... Me he dado cuenta de que nuestra relación se ha vuelto cada vez más importante para mí. Y me gustaría que conocieras a mis padres."
Siento cómo mi corazón se acelera ante sus palabras, y una mezcla de emoción y nerviosismo se apodera de mí. "¿Tus padres? ¿Quieres que los conozca?"
Nicolle asiente con una sonrisa tranquilizadora. "Sí, Martín. Ellos significan mucho para mí, y me gustaría que tuvieras la oportunidad de conocerlos y que ellos te conocieran a ti."
Trago saliva, sintiendo cómo una sensación de incertidumbre se instala en mi pecho. "Bueno, yo... Me siento honrado, Nicolle. Pero también debo confesarte que estoy un poco nervioso."
Ella aprieta suavemente mi mano y me mira con comprensión. "Lo entiendo, Martín. Pero quiero que sepas que mis padres son personas maravillosas, y estoy segura de que te recibirán con los brazos abiertos."
Asiento en silencio, tratando de ordenar mis pensamientos. "Supongo que es un gran paso en nuestra relación. ¿Crees que estamos listos para eso?"
Nicolle me regala una sonrisa cálida y llena de confianza. "Sí, Martín. Creo que es el momento adecuado. Mis padres han estado ansiosos por conocerte, y me parece que es la oportunidad perfecta para que todos nos conozcamos mejor."
Suspiro profundamente y le devuelvo la sonrisa. "Entonces, si tú crees que es el momento, estoy dispuesto a conocer a tus padres."
Ella me abraza con emoción, y siento cómo una sensación de nerviosismo y emoción se mezcla en mi interior. Sé que este es un gran paso en nuestra relación, y no puedo evitar sentir una mezcla de anticipación y preocupación.
Cuando llegamos al hogar de Nicolle, siento cómo los nervios se apoderan de mí. Sus padres, Sofía y José, me reciben con una calidez y amabilidad que me sorprenden. Estrecho sus manos con firmeza, tratando de ocultar mi nerviosismo.
"Es un placer conocerlos, señores. Nicolle me ha hablado mucho de ustedes", les digo, sintiendo cómo mi voz tiembla levemente.
"¡Oh, el placer es nuestro, Martín!" exclama la madre de Nicolle, Sofía, con una sonrisa radiante. "Nicolle nos ha hablado tanto de ti que sentimos como si ya te conociéramos."
Su padre, José, asiente con una expresión amable. "Bienvenido a nuestra casa, hijo. Nos alegra mucho poder conocerte por fin."
Siento cómo poco a poco, el nudo en mi garganta se va disipando. La calidez y la sinceridad en sus palabras me hacen sentir más relajado.
Durante la cena, la conversación fluye con naturalidad. Sofía y José se muestran genuinamente interesados en conocer más sobre mí, mis intereses y mi trabajo. Me sorprendo a mí mismo relajándome y disfrutando de la compañía de esta cálida familia.
En un momento, Sofía me mira con una expresión maternal y me dice: "Martín, Nicolle nos ha hablado mucho sobre ti y sobre lo importante que has sido en su vida. Nos alegra ver cuánto se quieren y que hayan encontrado el uno en el otro."
Siento cómo mis mejillas se sonrojan, pero le devuelvo una sonrisa sincera. "Gracias, señora. La verdad es que Nicolle también ha sido muy importante para mí. Ella me ha brindado una oportunidad de volver a abrir mi corazón y de encontrar la felicidad."
José asiente con una sonrisa cálida. "Nos alegra escuchar eso, Martín. Nicolle merece ser feliz, y estamos felices de que hayas entrado en su vida."
Nicolle toma mi mano con suavidad y me mira con una expresión llena de cariño. "Y yo estoy feliz de que ustedes hayan abierto las puertas de su hogar para que Martín pudiera conocerlos."
Durante el resto de la velada, siento cómo poco a poco, mi nerviosismo se va disipando. Sofía y José se muestran verdaderamente interesados en conocerme, y me hacen sentir bienvenido y cómodo en su hogar.
Cuando finalmente nos despedimos, Nicolle me mira con una sonrisa radiante. "¿Ves? Te dije que mis padres te recibirían con los brazos abiertos."
Asiento, sintiendo una sensación de alivio y alegría. "Tienes razón, Nicolle. Han sido maravillosos, y me siento realmente afortunado de haber tenido la oportunidad de conocerlos."
Ella toma mi mano y entrelaza nuestros dedos. "Me alegro mucho, Martín. Sabes, para mis padres es importante que las personas que son importantes en mi vida también lo sean para ellos."
Sonrío y aprieto suavemente su mano. "Entonces, ¿eso significa que soy importante para ti?"
Nicolle se acerca y me da un suave beso en los labios. "Por supuesto que sí, Martín. Tú eres alguien muy especial para mí."
Correspondo su beso, sintiendo cómo una ola de calidez y felicidad me inunda. Saber que Nicolle y su familia me han aceptado de esta manera significa mucho para mí.
De camino a casa, no puedo evitar pensar en lo afortunado que soy. Después de tanto tiempo de dolor y pérdida, he logrado encontrar una nueva oportunidad para ser feliz. Y sé que, en algún lugar, mi tía Mariana debe estar sonriendo con orgullo al ver el camino que he recorrido.
Cuando llego al apartamento, Lucía me recibe con una sonrisa llena de expectativa. "¡Martín! ¿Cómo te fue? ¿Qué tal conociste a los padres de Nicolle?"