¿Qué sentirías al mirar los ojos de un asesino? Vacíos, fríos, sin alma. ¿Qué harías al tenerle frente a tí? ¿Huirías? ¿Esperarías la muerte? ¿Le enfrentarías?
Entonces...
¿Qué sentirías al tener al asesino tras de tí?
Esta es la historia de Levi.
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17.
...Diis antiquis debes fidem. Ne fuge fato, crudelitatem amplectere....
Entramos a Fingertown y pasamos por un autoservicio buscando algo para comer, la chica en el asiento trasero comía mientras yo buscaba algún lugar donde pasar la noche.
— Hace rato, en la carretera, me llegó un mensaje, de que ya había cruzado el límite de la ciudad.
— Dios, no digas eso, harás que no pueda seguir comiendo.
— Tranquila, todo estará bien, vamos dentro del tiempo adecuado.
— ¿Estás seguro?
— Sí, siempre que lleguemos a Pointwest para el inicio del descenso, estaremos bien.
Estaremos bien...
12:41 A.M
Todos estábamos bailando, el efecto del alcohol empezaba a hacerse presente, entre risas todo el mundo empezó a perder inhibiciones, incluído yo.
— ¿Yo? ¡Me llamo Levi! — Sí, estaba más amistoso que de costumbre.
— ¡Mi nombre es Samantha, pero todo el mundo me dice témpera!
— ¡¿Témpera?!
— ¡Siiii!
— ¡O-ok! — Honestamente no sabía ni dónde estaba parado, o donde estaban mis amigos, pero estaba pasando bien el rato, así que no podía quejarme.
— ¡Este es mi amigo Taylor! ¡Taylor, saluda a Levi!
Todo el mundo ya estaba gritando, la música era verdaderamente fuerte.
— ¿¡Que hay bro!? — Me saludó un tipo que fácilmente medía dos metros.
— ¡Hey! — Saludé — ¿¡Ustedes también van a USR!? — Las siglas de la universidad.
Asintieron con la cabeza y seguimos bailando.
Témpera parecía una modelo de revista. Era una chica morena, de cabello afro y mirada perdida, como si siempre estuviera buscando algo, pero su mirada se acentuaba con un delineado brillante, a juego con sus labios.
Taylor era seguramente jugador de basketball, ya saben, alto y delgado, era un estereotipo probablemente, pero al menos si jugaba basketball, debía ser muy bueno.
— ¿Por qué te dicen témpera? — Pregunté mientras bailábamos.
— ¡Que raro que no habías preguntado antes! — Sonrió, se dió la vuelta y pegó su cuerpo del mío.
Empezó a bailar, tomó mis manos y hacía mi cuerpo moverse junto al de ella, sonaba alguna canción lenta con bajos fuertes.
Hizo mis manos subir desde su cadera, por su cintura y luego hasta sus hombros. Me miró y terminé abrazado a su espalda y entonces bajó la cabeza y se apartó el cabello de la nuca. Bajó un poco el cierre de su vestido y pude ver su espalda. Tenía una mancha enorme y blanca.
— ¡Mira, tengo esta mancha desde niña, mis padres me dijeron que era como si me hubiera caído pintura, y todo el mundo me empezó a llamar témpera!
Tragué saliva, esta chica tenía realmente un gran cuerpo. Pensé un poco, quizás era algún tipo de vitíligo.
— ¿¡Levi!? — Escuché una voz detrás de mí, era Mónica.
— ¡Hola, me llamo Taylor! — Se aproximó el chico hasta Mónica.
— Sí, un gusto conocerte, perdona, ¿Me devuelves a Levi un momento? — Dijo tirando de mi brazo Mónica, apartándome de la chica de la cual me despedí con la mano. Ella tuvo el mismo gesto y me sonrió.
Mónica tiró de mi brazo hasta un sitio silencioso de la casa.
— Levi, te busqué por todos lados, oye, creo que necesitas escuchar sobre esto.
Estaba algo mareado por tanta bebida y realmente la cabeza me daba vueltas.
— Oye Mónica, más lento, ¿qué dices que viste?
— Levi, tiene que ver con la amenaza del sobre.
Eso me hizo recomponerme de inmediato.
1:02 A.M
— ¿Qué ocurre con eso? ¿Pusiste cámaras en tu casa, no?
— Sí, no tiene nada que ver con mi casa. Mira — Me mostró una noticia en su teléfono.
...Autoridades en Cuzfield están desconcertadas ante la desaparición de 2 estudiantes de universidad local, si usted sabe algo de ellos, por favor comunicarse lo antes posible con los cuerpos de seguridad, o con las familias, quienes ofrecen recompensa por alguna información al respecto....
Observé la noticia y honestamente no me pareció relevante.
— Hmmm, Mónica, entiendo que estés preocupada, pero, ¿qué tiene que ver esto con lo que te pasó a tí?
— Me preocupa pensar que la gente está desapareciendo así, y la universidad local a la que se refieren, es la nuestra.
— Bueno, ciertamente tienes razón, pero esperemos un poco, quizás no tenga relación. Sigamos investigando.
— Seguimos en la nada, pero al menos esto nos da un indicio de que quizás no es un evento aislado.
Me quedé pensando y traté de tranquilizar a Mónica.
Creo que ella trataba de ocultar su preocupación, y de hecho lo hacía bastante bien, pero entiendo que quizás detrás de su interés en el cumpleaños de los gemelos, estaba su miedo por todo lo que había ocurrido.
Nos juntamos nuevamente con Elio, quien estaba haciendo de DJ en la fiesta.
— ¿¡Oigan han visto a Enzo!?
— ¡No! — Respondimos al unísono Mónica y yo.
— ¡Seguro que se fué con ojitos lindos por ahí!
Mónica y yo nos encogimos de hombros y siguió la fiesta.
3:57 A.M
La hora del desconocimiento.
En este punto, casi todo el mundo (me incluyo) estaba tan ebrio que no sabían ni dónde estaban. Aunque seguíamos en casa de los gemelos, todo era diferente. Las personas habían empezado a irse, las luces encendidas y la música apagada.
— Oye Mónica — Me levanté del sofá, aún mareado — Mónica, levántate.
Mónica hizo un esfuerzo por levantarse, en el piso estaba témpera, dormida. También la levanté.
— Oye, oye, Samantha, levántate.
Ambas se levantaron y estábamos los tres solos en el sofá.
— Oigan... — Preguntó témpera — ¿Y los gemelos?
— No lo sé... Desde hace rato no los veo... — Dijo Mónica.
Nos levantamos del sofá y caminamos por la casa, sin hallar a los gemelos.
— Quizás están en los cuartos de arriba, siendo así, no valdría la pena molestarlos, ¿verdad? — Dijo témpera
— Al menos vamos a avisar que nos vamos, creo que ya es hora, no hay nadie aquí — Dije.
Y era verdad, la casa estaba sola, no había nadie más, salvo nosotros.
Subí al segundo piso y habían cuatro habitaciones. En la primera a la derecha se veían luces debajo de la puerta, así que ahí decidí tocar.
— ¡Oigan, gemelos, soy yo, Levi, ya nos vamos!
— ¡Está bien! — Una voz de mujer respondió desde dentro.
— ¡Mjmm! — Una voz masculina esta vez.
Apreté los dientes y agaché la cabeza, creo que había interrumpido algo, así que bajé rápido, avergonzado.
— Oigan, chicas, creo que arriba están ocupados, así que no conviene molestar.
— Uy, me lo imagino — Dijo témpera sonriendo con picardía — Bien, vámonos de aquí.
Salimos de allí y subí al auto, entonces por la ventana ví la luz de aquel cuarto en el segundo piso, apagarse.
Las chicas tomaron un taxi y yo volví a mi habitación.
11:33 A.M
Me levanté con un gran dolor de cabeza.
A penas recordaba cómo había llegado a casa.
Me despertó mi teléfono. La pantalla decía "Témpera"
¿Témpera? Ni siquiera recuerdo haberle dado mi número.
Contesté.
— ¿Bueno? — Mi voz ronca estaba agotada.
— ¿Levi, eres tú? ¡Todos llevamos horas llamándote!
— ¿Témpera...? Sí, soy yo... ¿Qué ocurre?
— Levi, ¿¡No te enteraste!?
— ¿Qué...? — Me senté en la cama.
— Ayer por la madrugada, mataron a Elio.