Cuando la desesperanza te invade pueden soplar vientos de paz si encuentras el verdadero amor, esta verdad la comprobaron Estrella y Samuel, dos jóvenes que tienen un huracán de problemas pasados y presentes encima, pero con ayuda mutua logran salir adelante, aunque no se sabe si esten destinados a ser más que amigos.
Pese a que su padre ha sido acusado de un delito muy grave, entre ambos lucharán no solo para revelar la verdad, sino para curar todo el dolor que el mal tiempo dejó.
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Un recuerdo doloroso
Samuel trató de calmarse, sabía que debía hablar con Estrella sobre su pasado, pero nunca pensó que sería de esta manera.
Samuel: Estrella, necesitamos hablar y aclarar este asunto.
Estrella: No te preocupes, lo más importante ahora es que estés bien.
Sin embargo, Samuel pidió al gerente, brindarles un espacio privado y tranquilo. Para el gerente Samuel era un cliente VIP, por este motivo lo condujo hasta la terraza reservada solo para clientes especiales, hoy estaba vacía, porque nadie la había reservado. Una vez ahí, Samuel se fue calmando gradualmente aunque se sentía nervioso, porque no sabía cómo reaccionaría Estrella.
Samuel: Quiero hablarte de una parte de mi pasado que me causa mucho dolor. No he compartido esto más que con mis padres, mis tíos y mi prima y ahora tú.
Estrella: Si no lo quieres hacer por mí estará bien.
Samuel: Ya había pensado en contártelo. Cuando tenía dieciocho años conocí en la universidad a Karelia Ferrer, ella tenía 19 años, en ese entonces yo estaba en segundo año de mi carrera de ingeniería y ella estudiaba Idiomas, también en su segundo año. Nos hicimos amigos, pero pronto descubrí que ella me gustaba así que nos hicimos novios, pero no hubo más que besos. Ella no era tan aplicada en sus estudios porque sus padres no le exigían, en cambio, a mí mi padre mi exigió aprobar con notas excelentes, así que debía cumplir. Logré graduarme con honores en cuatro años de estudio y a ella no le iba tan bien. Yo la consolaba y la consentía mucho porque la quería. Así pasó el tiempo, yo entre la empresa y el estudio con mis padres detrás vigilando. Cuando tenía 23 años escalamos un paso más e iniciamos nuestra vida sexual, no me sentía bien porque yo quería casarme antes de dar este paso, pero así pasaron las cosas. Nunca les dije a mis padres, pero ellos lo sospechaban. Mi papá me aconsejó que éramos jóvenes y que nos tomáramos las cosas con responsabilidad. En variadas ocasiones hablé con mi ex sobre el deseo de casarme con ella, pero ella decía que era muy joven y que no veía una vida de hogar a su edad.
Así que me quedaba esperar. Después de un tiempo ella se peleó con su mejor amiga, discutieron por algo y se separaron, ella me decía lo mucho que la extrañaba y me aseguró que se había enfermado porque la extrañaba demasiado. Al verla tan triste yo decidí a escondidas de ella hablar con Rosa, su amiga y tratar de que se reconciliaran.
Samuel hizo una pausa para respirar profundo y tomar un poco de agua, se notaba que estaba nervioso. Estrella le tomó sus manos y lo reconfortó con una caricia
Samuel: Al hablar con Rosa, ella no quería saber nada de Karelia, pero de tanto insistirle que le hiciera una visita porque se sentía mal por su distanciamiento, ella me respondió que se sentía así por lo que hizo y que esperaba que nunca encontrara paz. Yo me sorprendí y le reclamé molesto. Rosa me contestó que era un gran idiota, que Karelia me tenía segado. Sacó su celular y me mostró una foto, se trataba de un fet* en formación, me dijo que Karelia se había practicado un aborto terapéutico y que se trataba de mi hijo. Nunca lo creería, mi Karelia no haría eso. Rosa me dijo que ella había intentado persuadirla, pero que hace dos días lo hizo, eso fue lo que rompió totalmente su amistad.
Por mi parte fui y la confronté, ella lo negó, pero había algo dentro de mí que me decía que era verdad. Le dije a mis padres lo que sucedía así que mi papá mandó a investigar, cuando hay dinero de por medio casi todo se puede. En un día los resultados salieron y todo era cierto. No podía sacar de mi cabeza esa imagen que Rosa me mostró. Mis padres decidieron hablar con los padres de ella, por supuesto ellos no lo creyeron, la obligaron a realizarse un análisis médico que confirmó que ella se había realizado un aborto recientemente. Ella lloró y se disculpó aduciendo que no estaba preparada para esa responsabilidad, pero al verme a mí y a mis padres enojados y que la situación estaba tensa se puso más nerviosa y terminó confesando que no me preocupara que no era mío. Pidió hablar a solas conmigo y me dijo que se había acostado 'solo una vez' con alguien, por supuesto que ella me juró que no volvería a pasar y que se arrepentía, que por eso se hizo el aborto porque no era mío.
Todo esto me descontroló en gran manera, ella resultó ser una mala y repugnante mujer, no la perdonaría por haber matado a un bebé inocente solo por encubrir sus errores. Pero, yo aun seguía con la duda y luché porque en la clínica me ayudaran a realizar un ADN con el feto, sucede que ellos dejaban los restos y después de cinco días los incineraban, pero no los tenían identificados así que realizaron el ADN con todos los abortados de ese día. Todo esto lo hicieron bajo fuertes amenazas de mi parte. Después de una angustiosa espera los resultados llegaron y desgraciadamente, había uno que coincidía en 99.9%. Yo era su padre. Mis padres y los de ella quedaron impactados y yo destrozado, ella mató a mi hijo. No lo pude superar hasta después de tres meses de terapia con el Psiquiatra. Todos se enteraron de que rompimos nuestra relación cuando se oían rumores de nuestra boda y pensaron que la causa fui yo. Únicamente los familiares de ambos se enteraron del verdadero motivo. Así que Mario dice que yo fui la causa de que ella tomara esa decisión, porque se sintió presionada, según él. Es un estúpido descerebrado.
Ella y su familia vendieron todo aquí y se mudaron a otro país. No he vuelto a saber de ellos ni me interesa. Yo por mi parte me sepulté vivo en estudios y trabajo, quería entumecer ese dolor, pero con esto ocasioné muchas aflicciones a mis padres. Ahora estoy tratando de retomar mi vida y viene Mario y la quiere hacer miserable una vez más.
Estrella: Lo siento, Samuel, es una historia muy lamentable. Pero no te preocupes, yo no te culpo. No sabías lo que ella iba a hacer. La culpable fue ella y aunque no hubiera sido tuyo era de ella, era su hijo y aun así tomó esa decisión.
Samuel: ¿No estás molesta porque no te había dicho esto?
Estrella: No, tal vez era muy pronto, además hemos estado ocupados con lo de mi padre, no hemos tenido tiempo, pero sobre todo no estabas preparado. No te preocupes.
Samuel: Gracias, Estrella, pensé que no me perdonarías esta vez.
Estrella: (dándole un beso en la mejilla) No soy tonta, pude ver las intensiones de ese tal Mario y esperaría tu explicación. Así que no te preocupes, te quiero, Samuel, y deseo poder ser de ayuda para tí, puedes contar conmigo en cualquier momento.
Samuel: (levantándose la abrazó) gracias, también te quiero, me enamoré de tu sencillez y de tus valores como hija, respetas y amas a tus padres. Eres una gran mujer.
Ambos se besaron y estuvieron un poco mas ahí, luego regresaron a sus hogares.