Luca, un omega que ha ocultado su identidad en las sombras del crimen de Verona, es descubierto por Alessandro Moretti, el implacable capo de la mafia. Mientras Luca es arrastrado a un mundo lleno de peligro, traiciones y poder, la atracción entre ambos crece, desatando un juego mortal donde el deseo y la protección se entrelazan. En un entorno donde nadie es lo que parece, Luca y Alessandro deberán decidir si su conexión es una fortaleza o una debilidad que los destruirá.
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capitulo 24: EL LAZO INQUEBRANTABLE
El aire se volvió más denso, como si el destino mismo hubiera contenido la respiración, esperando el próximo movimiento de los Destinados. Alessandro, aunque había bajado su arma, no dejaba de mantener una postura desafiante. Sus ojos oscuros observaban al hombre enmascarado, mientras Luca intentaba asimilar lo que acababa de suceder.
—¿Qué significa esto realmente? —preguntó Luca, sintiendo la necesidad de desentrañar las palabras enigmáticas que el hombre les había lanzado.
El hombre enmascarado se acercó un paso más, su figura alta y delgada proyectaba una sombra alargada que parecía extenderse hacia ellos. La máscara dorada reflejaba un brillo tenue, y aunque su rostro estaba oculto, su presencia era imponente.
—Los Destinados no son meros títulos —explicó—. Es un vínculo que va más allá de lo físico, un lazo espiritual entre dos almas que, juntas, poseen el poder de alterar el equilibrio del mundo. Pero con gran poder, viene un gran sacrificio.
Luca intercambió una mirada rápida con Alessandro. Sentía que había algo más profundo entre ellos, algo que no podía explicarse solo con palabras o gestos. La tensión sexual y emocional que siempre había sentido hacia el capo no era solo atracción; había algo mucho más grande en juego.
—¿Sacrificio? —repitió Alessandro, frunciendo el ceño—. ¿De qué tipo de sacrificio estás hablando?
El hombre enmascarado hizo una pausa, como si considerara cuánta información debía revelar.
—La conexión entre ustedes dos es única —dijo lentamente—. Cada Destinado enfrenta una elección. Pueden fortalecer ese vínculo, dejando que su poder crezca y se desate por completo, o pueden desmoronarse, dejando que el caos consuma todo. Pero para alcanzar su verdadero potencial, uno de ustedes deberá sacrificar algo invaluable. Algo que nunca podrán recuperar.
Las palabras se quedaron flotando en el aire. Luca sintió que el peso de la profecía caía sobre sus hombros. Aunque no lo entendía del todo, algo en su interior le decía que esta decisión cambiaría todo lo que conocían. ¿Qué significaba sacrificar algo invaluable? ¿Y estaban realmente dispuestos a hacerlo?
Alessandro, por su parte, no parecía dispuesto a dejarse intimidar. Dio un paso adelante, su rostro endurecido.
—No voy a permitir que nadie nos use como piezas en su juego —gruñó—. Si crees que vamos a seguir tus reglas, estás muy equivocado.
El hombre enmascarado rio suavemente, un sonido que resonó como un eco sombrío.
—No son mis reglas, Alessandro. Son las reglas del universo. Y no puedes escapar de ellas, aunque lo desees. La única manera de sobrevivir a lo que viene es enfrentarlo juntos. O perderán más de lo que pueden imaginar.
Luca sintió que su pecho se apretaba. No estaba seguro de qué hacer o decir. Había estado en peligro antes, había enfrentado amenazas, pero esto era algo completamente diferente. El destino, el poder, el sacrificio… todo se sentía demasiado grande, fuera de su control.
—¿Y si no tomamos ninguna decisión? —preguntó Luca en voz baja, casi temiendo la respuesta.
El hombre enmascarado inclinó la cabeza ligeramente, como si ya hubiera anticipado esa pregunta.
—El caos es paciente, pero siempre encuentra su camino —respondió—. Si no eligen, el caos decidirá por ustedes. Y cuando lo haga, no habrá vuelta atrás.
El silencio que siguió fue casi ensordecedor. Alessandro se volvió hacia Luca, su mirada intensa, llena de algo más que simple preocupación. Había una conexión allí, algo que siempre había estado latente entre ellos, pero que ahora parecía estar emergiendo a la superficie.
—Luca... —comenzó Alessandro, su voz más suave de lo que Luca había esperado—. No sé exactamente lo que todo esto significa, pero lo que sí sé es que no pienso perderte. No importa lo que tengamos que enfrentar, lo haremos juntos. No voy a dejar que nada te quite de mi lado.
Luca tragó con fuerza, sintiendo el calor de esas palabras envolverlo. Alessandro siempre había sido duro, implacable, pero en ese momento, parecía haber una vulnerabilidad en él que nunca antes había mostrado. Esa confesión lo dejó sin palabras, pero también lo llenó de una determinación que no había sentido antes.
—Yo tampoco te dejaré, Alessandro —respondió Luca, sus ojos brillando con resolución—. Si estamos destinados a esto, entonces lo enfrentaremos. Pero lo haremos a nuestra manera.
El hombre enmascarado observó en silencio, como si hubiera estado esperando esa respuesta. Dio un paso hacia atrás, su figura comenzando a desvanecerse en la niebla que los rodeaba.
—El vínculo entre ustedes es poderoso —dijo mientras su voz comenzaba a desvanecerse—. Pero recuerden, el sacrificio será inevitable. Y cuando llegue el momento, deberán estar preparados para decidir si vale la pena.
Con esas palabras, el hombre desapareció por completo, dejando a Alessandro y Luca solos en la niebla, con el peso de su destino colgando sobre ellos como una espada de Damocles.
Luca respiró hondo, tratando de calmar el torbellino de emociones que sentía. Alessandro se acercó a él, colocando una mano en su hombro, un gesto que, aunque simple, le transmitió una sensación de seguridad.
—No importa lo que pase, Luca —dijo Alessandro con firmeza—. Lo enfrentaremos juntos.
Luca asintió, sabiendo que no había vuelta atrás. Estaban en el centro de algo más grande que ellos, pero mientras se mantuvieran unidos, creía que podrían encontrar una manera de salir adelante. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, no podía ignorar el miedo que se agitaba. Sabía que el sacrificio del que hablaba el hombre enmascarado estaba más cerca de lo que cualquiera de ellos estaba dispuesto a admitir.