Samantha es una chica que ha estado enamorada desde que era una niña de su vecino, James Él siempre la ha visto como a una hermana menor. Dejarán de verse por varios años, ella ha dejado de ser una niña y se ha convertido en una hermosa mujer. ¿Será que él comenzará a verla con otros ojos? ¿Ella aún seguirá enamorada o ya lo habrá superado?
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Capítulo 17
Hace poco más de seis años que llegué a Italia. En ese entonces era un chico de 20 años totalmente destruido.
El infierno que viví con Heather dejó en mí serias consecuencias.
Cuando conseguí que confesara pensé que ahí terminaría todo y que por arte de magia recuperaría mi vida. No pude haber estado más equivocado; a pesar de que el divorcio fue rápido, descubrí al volver con mis padres que ya no me sentía en casa.
Hacia ellos solo podía sentir coraje por haberme obligado a casarme sin siquiera escucharme. Descubrir que estaba enamorado de Samantha fue lo peor, porque me di cuenta muy tarde. Heather se encargó de sembrar la desconfianza y la perdí.
Después de mucho pensarlo, tomé la decisión de irme de Nueva York. Faltaba poco para terminar mis estudios, pero no podía seguir ahí. Tenía a mi disposición el fideicomiso que heredé de mi abuelo y con eso podía comen dején cualquier lugar.
Me fui sin hablar con mis padres, solo les deje una carta. En un principio no salí de Estados Unidos, recorrí varias ciudades. En una de mis tantas noches de soledad y mientras revisaba las redes sociales una publicación llamó mi atención.
Era un recorrido por un bello pueblo de Italia, desde el primer segundo me atrapó la belleza del lugar. Los días siguientes seguí buscando información de ese país y fue así como decido viajar hasta aquí.
Al llegar me sentí perdido, no sabía cuál debía de ser el siguiente paso. El destino puso a Antonella en mi camino ambos estábamos rotos y buscábamos una salida.
Nuestro encuentro resultó perfecto; ella conocía la zona, tenía el lugar y el proyecto idóneo y yo tenía el capital. Ahí más que una sociedad, nació una amistad.
Ella me ayudó a dejar de lado el rencor que sentía por mis padres y yo a que ella superará el dolor por la pérdida de si padre.
Juntos comenzamos a trabajar en el viñedo y aunque mucho se ha murmurado en el pueblo sobre una supuesta relación amorosa entre nosotros, eso jamás ha sucedido.
Somos como hermanos, ella puede ser una hermana bastante posesiva en algunas circunstancias.
A lo largo de estos años he seguido discretamente la carrera de Samantha y en cuanto tuve la oportunidad de hacer negocios con ella lo aproveche.
- ¿Estás seguro de hacer negocios con esa mujer?- pregunta Antonella.
- Totalmente, es la mejor en su ramo.
- No mientas, James. Eso es lo que menos te importa.
- Tienes razón, es la excusa que encontré para acercarme de nuevo a ella.
- Por lo que se dice es una mujer implacable y sin sentimientos.
- Lo que vivió la marcó, al igual que a ti y a mí lo que hemos vivido.
- No quiero que te hagan daño, eres lo único que tengo y te quiero como a un hermano.
- Ya no soy el chico que llegó aquí hace años. He madurado y tengo los pies en la tierra.
- Eso espero.
No puedo negar que me hace ilusión volver a verla, pero soy consiente de que ambos hemos cambiado y no hay ninguna garantía de que ella siga sintiendo algo por mí.
Solo quiero volver a estar en contacto con ella y ver si tengo alguna posibilidad. Si es así, me dedicaré a conquistarla. Si no, la dejaré libre.
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Encontrarme con Samantha en Montefioralle no fue ninguna casualidad. He mantenido contacto con Rachel durante estos años y por ella me enteré de su viaje a Italia.
No voy a mentir diciendo que me he mantenido soltero estos años. He tenido dos relaciones que en su momento creí que serían algo formal. Sin embargo, ninguna mujer ha cumplido con mis expectativas.
Desde muy joven he tenido claro que quiero formar un hogar. Soy hijo de padres divorciados y quizá a eso se deba, quiero tener la familia que mis padres no pudieron formar.
Me sorprendió verla acompañada de ese hombre, lo recuerdo de aquel club al que fuimos cuando recién la conocí.
Por lo que me ha contado Rachel, Samantha no ha derribado sus barreras con nadie y ha permanecido sola. Me intriga lo que pudo pasar para que ella se cerrará de esa forma.
Los próximos meses estaré en Londres, los negocios de mi padre me exigen que esté presente. Tal vez en ese tiempo consiga ganarme la confianza y el amor de Samantha.
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La cena con Pierce está resultando mejor de lo que imaginé.
- Y cuéntame, ¿cómo van los negocios?- de sobra sé que a Pierce le ha ido de maravilla.
- Muy bien, igual que a ti. Te has convertido en una empresaria exitosa.
- Era uno de mis objetivos y lo he alcanzado.
- Te recuerdo siempre enfocada en los estudios.
- Así es, ahora mi prioridad es el trabajo.
- Estaré en Londres los próximos meses, me gustaría que retomáramos nuestra amistad.
- Me gustaría hacerlo.
- Perfecto, ¿entonces aceptarás una invitación a cenar cuando estemos allá?
- Claro, me encantaría.
- Estoy comenzando a dudar, ¿la reina de hielo ha aceptado salir conmigo?
- Ja, ja, ja, me encanta que me llamen así.
- Te lo has ganado a pulso, por lo que he escuchado has puesto en su lugar a más de uno.
- Merecido se lo tienen, la mayoría son unos descarados que aún estando casados pretenden endulzarme el oído.
- ¿Eso quiere decir que no hay ningún novio o pretendiente rondando por ahí?
- No, no lo hay.
- ¿Y qué me dices de James Wilson?
- Casualmente, a penas este fin de semana nos volvimos a ver y estamos por firmar un trato bastante redituable para ambos. Es probable que volvamos a ser amigos, no creo que tenga ningún otro interés en mí.
- No puedo creer que no hayas notado como te mira, es claro que sigue enamorado de ti. No sé que sucedió entre ustedes hace años, pero estoy seguro de que quiere recuperar el tiempo perdido.
- Lo dudo, tenemos vidas totalmente diferentes. Empezando porque vivimos en países distintos.
- Pues quiero que sepas que competiré contra él y contra cualquier otro hombre que pretenda conquistarte.
- Wow, tú sí que vas al grano.
- Me conoces, no me gustan las medias tintas.
- Ya lo recuerdo.
- Me gustaste hace años y ahora que te vuelvo a ver confirmo que sigo gustando de ti y seré yo quien rompa esa barrera de hielo que te rodea.
- Eso lo veremos. Tendrás una ardua tarea.
- No te preocupes, estoy acostumbrado.
La conversación cambió y terminamos la cena entre risas. Caballerosamente, me lleva de regreso a la Villa y nos despedimos en la puerta con un beso en la mejilla.
Ya en mi cama reflexiono sobre este día. Ha sido un fin de semana lleno de sorpresas, volver a ver a James y a Pierce es algo que no esperaba.
Ambos son hombres muy atractivos y seguros de sí mismos. Mi historia con James tuvo muchos altibajos a diferencia de mi corta historia con Pierce.
Me sorprendí bastante con mi reacción ante los avances de Pierce, a cualquier otro hombre lo habría mandado a volar.
Con respecto a James, no veo posibilidades. Puedo vislumbrar problemas con la señorita Rossi y además vivimos en países diferentes. Eso sin mencionar ese pasado que tenemos sin resolver.
¿De verdad me estoy planteando la posibilidad de iniciar una relación amorosa? Parece que sí. Es un territorio desconocido para mí.
Hay tantas ideas dando vueltas en mi cabeza que me es imposible dormir. Mañana formaremos el contrato y después de eso volveré a mi vida en Londres y James se quedará aquí a seguir también con su vida.
El hubiera se instala en mi mente, hay tantos hubiera que podrían haber cambiado mi destino. Tristemente, el hubiera no existe y el pasado está ahí, marcando inevitablemente nuestro presente.
Amanece y me preparo para bajar. Una de las empleadas sube a avisar que el desayuno está servido. Las chicas y yo bajamos al mismo tiempo. En el comedor ya se encuentran James y Antonella.
- Buenos días- saludamos al unísono y ellos responden.
- Después del desayuno nos reuniremos en la biblioteca para la firma del contrato- anuncia James.
- Perfecto, tenemos todo listo- responde Stephanie.
Conversamos de temas sin importancia y al finalizar nos dirigimos a la biblioteca. Minutos después llega el Licenciado Conti y Rachel explica a detalle cada cláusula del contrato.
Estando todos de acuerdo, firmamos.
- Llevaré esto de inmediato a la oficina- anuncia Antonella.
- Yo también me retiro- dice el Licenciado Conti- un placer hacer negocios con ustedes señoritas- estrecha nuestra mano y se retira.
- Bueno, nosotras también nos vamos- manifiesto- debemos empacar y volver a Londres.
- Antes de que te vayas, ¿me regalas unos minutos?
- Claro, dime.
- Los dejamos, chicos. Iremos a hacer nuestro equipaje- dice Rachel y ambas salen de la biblioteca.
Creo tener una idea de lo que dirá James y comienzo a sentirme nerviosa.