Amor Prohibido

Una semana después llegué a mi nuevo hogar, mis padres decidieron ir a nuestra antigua casa, ya que en este lugar había mucha luz de día y para ellos esto significaría la muerte, yo por tener sangre "especial" puedo sobrevivir a la luz del sol, agradezco al cielo por eso, llegue a mi apartamento, no era un apartamento cinco estrellas, pero para mí era suficiente, tenía una habitación, su cocina, sala era un aparta estudio amoblado, una vez estuve instalada fui a comprar algunas cosas que necesitaba, estando en el supermercado, percibí un olor, ese olor lleno mis fosas nasales, era tan atrayente, sentí tantas cosas dentro de mí, era como si Gabriel estuviera cerca, fue en ese momento que reaccione, como era posible que estuviera pensando en Gabriel en este momento, sé que lo extrañaba y mucho, pero ahora que sé lo que soy, él y yo jamás podremos estar juntos, su manada no se lo permitirá, además el vínculo de pareja es muy fuerte y él ya encontró la suya, olvide seguir aquel olor y regrese a mi departamento y como apenas era fin de semana y mi primer día de trabajo sería el lunes decidí organizar algunas cosas y descansar un poco, ya que mi ex jefe me dijo que en esta galería tenía que trabajar el doble.

El día domingo lo pasé en mi departamento y no tenía muchas ganas de salir, pase a un pequeño estudio que había improvisado y empecé a dibujar, recordé aquel lago tan hermoso de mi querido pueblo lo extrañaba tanto, mi pueblo donde crecí, tuve los mejores amigos del mundo y conocí a mi amor imposible, mi amor prohibido, de nuevo me llene de nostalgia y empecé a dibujar con aquel sentimiento oprimiendo mi corazón, no me di cuenta de la hora, solo sé que termine muy tarde mi cuadro, al terminar vi lo hermoso que me había quedado, me fui a descansar al día siguiente empezaría a trabajar y necesitaba despertar temprano.

A la mañana siguiente desperté como nueva, fui al baño me asee, escogí un hermoso vestido, era negro con corte en V en la parte delantera, era ceñido a mi cuerpo en la parte de arriba y de la cintura para abajo caía en una falda ancha, para completar este atuendo me puse un cinturón rojo, mis zapatos eran negros con suela roja, recogí mi cabello en una cola alta elegante, llevaba un maquillaje muy sutil, al verme al espejo vi lo hermosa que me veía, cuando estuve lista pedí un taxi que me llevará a aquella galería, está era muy famosa en esta ciudad, así que tenía que ir a la altura, una hora después llegue a mi destino, en la entrada me presenté y la recepcionista me recibió muy amablemente, esta me indico el camino hasta el ascensor, este me llevaría hasta la oficina de presidencia, estaba extrañada pensé que me recibirían en recursos humanos, pero veo que no fue así, seguí sus indicaciones y llegué al piso diez, puesto que este edificio no era tan alto, pero si era bastante grande aquí cualquiera se podría perder, las personas que trabajan aquí estaban todas vestidas de manera elegante, al menos no estaba fuera de lugar.

— Buenos días, señorita, disculpe hacia donde se dirige. — Pregunto un hombre muy amable.

— Buenos días, estoy buscando la oficina de presidencia, la recepcionista me indico este pasillo para llegar a esa oficina. — Respondí lo más calmada que pude.

— Bueno vamos la acompaño, por cierto mi nombre es Bruno García, soy el encargado de recursos humanos. —

Caminamos hasta la oficina de presidencia, en la parte de afuera de esta había una mujer muy hermosa, al parecer era la secretaria, Bruno al verla se acercó y coqueteo con ella un poco, al parecer este hombre es todo un Casanova.

— Hola estelita, cada día estás más hermosa.— Le dijo Bruno a la mujer acercándose a ella.

— Gracias Sr. Bruno usted siempre tan amable. — Respondió ella con una sonrisa.

— El jefe este en la oficina? — Pregunto Bruno.

— Así es, está esperando a alguien, al parecer es una nueva artista.

— Bueno la señorita aquí presente busca a nuestro querido jefe. — Dijo Bruno sarcástico

— Usted es la señorita Layla Suvillan? — me preguntó la secretaria.

— Así es señorita, un gusto en conocerla. — Respondí extendiendo mi mano.

— Bienvenida señorita, el señor la está esperando, ya la anunció. — Dijo Estela con amabilidad.

Unos minutos después me pidió pasar, no sin antes desearme suerte, al parecer el jefe no era tan amable como los empleados, toque a la puerta y desde adentro una voz muy sexi me pidió pasar, solo que esa voz me sonaba muy familiar, no le di importancia y entre a aquella oficina, era realmente enorme, toda decorada en tonos grises, las ventanas eran enormes, desde mi posición se veía el exterior y un hermoso paisaje era como un jardín o algo así, busque con la mirada a mi nuevo jefe, hasta que lo encontré, este estaba de pie mirando hacia afuera a través del enorme ventanal.

— Buenos días, señor. — Hasta ahora me doy cuenta de que no sé su nombre, pero ese olor que emana me recuerda tanto a Gabriel y no solo eso en mí se despertó algo muy extraño un sentimiento que solo había sentido junto a Gabriel, solo que ahora era más intenso.

— Buenos días, señorita Suvillan. — Respondió aquel hombre dando la vuelta a verme, quedé en schok no podía creer que mi nuevo jefe fuera él, el hombre que hace mi corazón latir, el hombre que me hizo sentir por primera vez amor, el hombre que me reveló mi origen, mi Gabriel está frente a mí.