El Precio De Tenerla

Amalia se despegó de él con fuerza, Bruno sintió que le había faltado como hombre, no sólo por ser casada, si no porque se estaba comportando como un completo patán...

— Perdón señorita Amalia... yo... me deje llevar...

— Yo... yo me tengo que ir...

Amalia se iba a ir pero Bruno la tomó del brazo

— Señorita Amalia... — Dijo él, pero se quedó paralizado, no supo que decirle, Amalia lo ponía demasiado nervioso, ella se soltó de su agarre y salió rápidamente de la oficina

Bruno sabía que se había comportado como un completo canalla con ella, pero con ese beso obviamente que su deseo aumento...

Mientras tanto Amalia llegó a su lugar, nerviosa y agitada...

— Pero ¿Que te ha pasado?... estas muy pálida... — Preguntó Angelo

— ¿Eh?... nada, nada, todo bien...

Amalia se quedó sentada en su lugar, y Bruno se quedó sentado en su escritorio pensando, Amalia seguramente lo tomaría de la peor forma, o que a lo mejor con ese beso Amalia entraba en razón y dejaba a su marido...

Terminó el turno, Amalia se fue a cambiar de ropa y a desmaquillarse, llegó a su lugar para irse, ella no quería encontrarse a Bruno, pero él salió rápidamente, Amalia tomó sus cosas de prisa para irse, pero Bruno llegó rápido...

— Señorita Amalia... — Dijo tomando su brazo

— Licenciado, me tengo que ir...

Dijo ella

— Espere por favor!

— No puedo, lo siento... Simón ha llegado por mí...

Ella se safo de Bruno y se fue corriendo, él se quedó sorprendido por su actitud y Angelo que presenció todo mucho más...

— ¿Todo bien con Amalia señor?...

— Sí...

— ¿Tuvo algún problema con ella?...

— No...

Bruno se fue rápidamente y Angelo lo miró confundido...

Mientras tanto Amalia salió, y se dio cuenta que en el auto de Simón no venía él, si no su amigo el informante...

— ¿A donde fue Simón?, ¿A un bar de prostitutas?...

Dijo ella sentándose dentro del auto

— No tengo idea, solo me dijo que te recogiera...

— Claro...

Respondió Amalia de mala gana, sabía que era el día en que Simón llegaría ebrio y con aroma de otra mujer...

Angelo y todos los demás ya se estaban yendo, Anna antes de irse paso a despedirse de Bruno pero lo notó raro...

— ¿Te vas a quedar?... sí no, podemos ir por algo de cenar...

— ¿Eh?... no, me quedaré a atender unos asuntos, ya será después...

— Claro, nos vemos!

Anna salió pero no le convenció su respuesta, mientras tanto Angelo pudo entender que algo malo había pasado con ellos, pero no se atrevió a preguntar...

— Señor, ya me retiro, solo para recordarle que mañana llega el señor Marco de Milán...

— Ah es verdad, ojalá que sean buenas noticias y haya ganado el caso...

— Ojalá señor... ¿Le pasa algo?...

— No, todo está bien...

— Bien me retiro...

Cuando se fueron, Bruno salió de su oficina, miro el lugar de Amalia y lo miró vacío, se sentó en el, cerró los ojos y recordó el beso, Amalia también le mostró deseo, pues se mostró ansiosa y acalorada con él...

Mientras tanto Amalia llegó a su casa, guardo sus cosas que se llevó e hizo la cena para Simón...

Ella sabía perfectamente que él iba a llegar tarde, pero no quería reclamos, también sabía que le esperaba una noche infernal, se sentó un poco para descansar y se acordó de ese beso con Bruno, se tocó los labios y cerro los ojos, de ser de otra forma ella tal vez podría iniciar una relación con él, pero no podía, ella estaba casada y se sentía muy poca cosa para Bruno y sin nada que ofrecerle...

Se recostó y se quedó dormida, lamentablemente a las 2 de la mañana llego Simón y como siempre ebrio, se acostó y comenzó a acariciar las piernas de Amalia, pero ella puso resistencia...

— Suéltame!

— ¿Que?... A mi no me respondes así!!!

Simón le dio una fuerte bofetada, Amalia comenzó a llorar y obviamente Simón abuso de ella, él siempre se protege cuando tiene sexo con Amalia y la llena de marcas para marcar su territorio, Amalia paso una noche terrible, como no la había tenido hace mucho tiempo...

Al día siguiente Simón se levantó con resaca, miró a Amalia hacer el desayuno llorando y torció los ojos...

— ¿Lloras por qué te obligo a cumplir conmigo tus obligaciones de esposa?...

— No, lloró por qué vas a cumplir tus obligaciones a otro lado, y después vienes conmigo...

— Pues no tengo porque darte explicaciones Amalia! — Dijo él levantando la voz

— Si no me quieres, ¿Por qué no me dejas libre?... — Dijo Amalia armándose de valor

— ¿Que?...

Respondió él y se comenzó a reír

— ¿Y tú vas a mantener a tu familia?... a la interesada de tu madre, al enfermo de tú padre y al parásito de tu hermano?...

— No te permito...

— No me permites ¿Que?... — Dijo él interrumpiendo — Olvidalo Amalia! además tienes un contrato por un año, sin sueldo, así que tu familia seguira viviendo de mí!

Amalia se quedó con un nudo en la garganta por tragarse todas las palabras que quería decirle...

Después se fue a arreglar y se tapo la marcas que él le había dejado...

— ¿Por qué te las tapas?... ¿No quieres que ese maldito abogado te las vea?... — Dijo Simón acercándose a ella — ¿Te gusta verdad?... claro es millonario, atractivo y tú cómo eres una zorra no te puedes resistir! ¿Verdad? — Añadió Simón jalandola

Mientras tanto en el bufete, Bruno llegó muy temprano, quería ver a Amalia y hablar con ella...

Amalia llegó, en su bolsa había guardado una bufanda para ponérsela en el cuello y tapar las marcas, y se sorprendió ver qué Bruno estaba sentada en su lugar esperándola...

— Buenos días señorita Amalia!

— Buenos días licenciado, ¿Necesita algo?...

— Sí... yo quería decirte que lo de ayer...

— Por favor licenciado, no quiero hablar de eso, eso fue una equivocación, un error!

— ¿Un error?... — Dijo Bruno sintiendo un golpe en el pecho

— Sí, yo soy casada y además la licenciada Anna quién se ha portado tan dulce conmigo es casi su novia...

— ¿Que?... No, Anna y yo no...

— Solo ya no toque ese tema por favor, si no necesita nada por favor déjeme trabajar... — Amalia miró que venía Angelo con Anna — Ahí viene Angelo con la licenciada Anna y no quiero que lo vean aquí, por favor...

Amalia se sentó rápidamente, y Bruno se quedó sorprendido pero se fue a su oficina, Anna y Angelo llegaron y saludaron a Amalia...

— ¿Ya llego Bruno?... — Preguntó Anna

— No se licenciada, yo acabo de llegar... — Respondió Amalia

— Bueno, con permiso, buen día!

Dijo Anna y se fue

En todo el día Bruno tenía en su cabeza que Amalia le había dicho que era un error, cuando él se la había pasado pensando en ella, Amalia había herido el ego de hombre y la virilidad de Bruno, y por supuesto que había roto su corazón...

Mientras tanto Amalia estaba distraída escribiendo y Angelo notó las marcas en su cuello y se preocupo, así que fue con Bruno a decirle ya que se preocupo...

— ¿Que?... no es posible, lo más seguro es que abusó de ella! — Dijo Bruno enojado

— Lo más seguro, con razón la bufanda... no había entendido porque con este calor la traía puesta...

— Dile que venga...

— Si señor, con permiso...

Angelo salió y le dijo a Amalia que fuera con Bruno, cuando le dijo ella sintió su corazón latir fuerte pero se armó de valor y fue...

— ¿Me necesitaba?...

— Sí, es referente a algo que noté en la mañana y quiero que me seas sincera...

— Sí...

— ¿Por qué traes marcas en el cuello?, ¿A caso abuso de ti?... quiero que seas sincera Amalia, porque no voy a permitir que te siga maltratando!

— No, es mi marido ¿No?, también pueden pasar cosas con mi consentimiento!

Bruno sintió su corazón partirse

— Claro, perdón por meterme en sus cosas señorita Amalia, puede retirarse...

Bruno se volteo y sintió mucha ira dentro de él, Amalia no quería decir que su esposo la había violado, le daba mucha vergüenza, aunque en su interior ella quería gritarlo y salir de ahí...