AURORA: LA PERDICIÓN DEL SR. ALEMÁN

BASTIAN.

Me siento completamente dominado por el deseo mientras miro y toco a Perdición. Su cuerpo es perfecto, sus curvas me hacen sentir como si estuviera ardiendo en una caldera. Me acerco a ella, mi mano se desliza por el valle de sus pechos, y luego por su vientre, hasta llegar a su ombligo.

_ ¡Oh, señor alemán!

Su puto señor alemán, me tiene como un motor, quiero f0llarlª de mil maneras, ya imagino su c0ñ0 colorado por mis embates. Mi mano sigue descendiendo hasta colarse en sus minúsculas bragas, me gusta lo que palpo.

_ ¡Oh maldición! _ jadea cuando separo sus labios y deslizo mi dedo corazón en medio de ellos, empapandolos de su humedad, se pone en puntillas cuando agrego otro dedo y peñizco su perla roja _ ¡Maldición, maldición, que rico se siente!

_ ¿Te gusta? _ pregunto cerca a su oído. Mi otra mano viaja por sus n*lg*s dándole otra n*lg*da que la hace g3mir más alto, mi dedo anular viaja a la separación de sus n*lg*s y da un respingo cuando tocó su zona *nal.

_ ¿Te asusta?_ le pregunto sin dejar de tocarla con mis dedos en  ambas zonas. _ ¿Nunca lo haz hecho por ahí? _ su negación me hincha más la p0lla. _ ¿Te gustaría intentarlo conmigo, está noche?

_ Ya le dije que puede f0ll4rm3 lo que quiera _ suelta en un sonoro g3mido cuando introduzco un dedo en su c4n4l.

_ Eres atrevida, arriesgada, empoderada, valiente, sensual, decidida, aguerrida y eso me gusta.

La nueva palmada que le doy en me hace sentir un escalofrío. Me gusta la forma en que reacciona su cuerpo, la forma en que se estremece bajo mi toque. Me doy cuenta de que estoy completamente bajo el control de la lujuriª, pero lo que me importa es quiero sentir más.

_Me encanta la forma en que te mueves_  le digo con mi voz baja y ronca mientras ella se mueve sobre mis dedos. _Me encanta la forma en que me miras_. Me acerco a su boca mordiendo sus labios, luego mi boca se desliza por su cuello dejando besos húmedos y pequeños mordiscos que la hacen acelerar el movimiento de sus caderas, y luego bajo por su clavícula, hasta llegar a su pecho, atiendo uno y luego el otro.

La forma en que reacciona es increíble. Su cuerpo se estremece, su respiración se vuelve más agitada. Me doy cuenta de que está completamente dispuesta a dejarse llevar por el deseo.

Muevo mi dedo pulgar en círculos por su perla roja mientras chupo con hambre su montaña izquierda y sigo tocando su 4n0.

_ ¡Ahhh, maldición! _ la llegada de su primer org4smo inunda mis dedos de su hum3dad.

Saco la mano que estaba en su coñ0 y la paso por sus pechos para luego recoger con mi lengua toda esa hum3dad.

_ Delicioso _ murmuro cuando suelto  la primera montaña y paso a la otra.

Las piernas de ella tiemblan, su frente está pelada por el sudor, la tomó en brazos y la llevo hasta la cama.

_ Abre bien esas piernas que voy a l4m3rte. _ ordeno

Ella obedece, me arrodillo en medio de sus piernas, besó sus musl0s y con mis dientes le quito la braga dejándola solo con los tacones, la imagen de su s3xo es hermosa, es rosado y su perla roja está hinchada, intenta cubrirse con las manos, pero no sé lo permito.

_ Me dejarás ver y disfrutar todo de ti.

_ Sí, sí, sí.  _ dice cuando mi lengua le recorre el c0ñ0, lamo, chupó toda su humedad, en estos momentos no me importa nada ni nadie más que no sea disfrutar de este manjar que me están ofreciendo.

Mi lengua sigue causando estragos en su cuerpo y la boca se me inunda de su liberación cuando el segundo org4smo llega como un tsunami.

_ Dos, segundo org4smo, perdición.

_ Faltan ocho.

_ ¿Soportarás?

_ Dios quiera que si.

Con mi lengua llevo de su humedad hasta su zona 4n4l.

_ ¡Madre mía, que bien se siente eso, señor alemán!

La lamo toda y me 3xcit0 más cuando veo como se toca los p3chos, como se peñizca los pe3zon3s

_Quiero sentirlo dentro de mí_  me dice con su voz baja y sensual. _ Me siento como si estuviera en el infierno, pero no quiero salir. Quiero sentir más, señor alemán.

Me separo de ella un momento, la miro a los ojos y veo el deseo que hay en ellos. Me doy cuenta de que estoy a punto de cruzar un límite, pero no me importa. Quiero sentir más, estoy decidido a dejar tantos años de sequía.

_ Mírame _ le pido y lo hace, me encanta ver como me come con los ojos. Me quito el cinturón, luego los zapatos de un solo punta pie, para rápidamente quedar ante ella completamente como mi madre me parió.

_ ¡Madre santísima! _ me gusta la impresión que causa en ella mi mi3mbro _ ¿Cuánto mide esa bestia? _ su pregunta me hace soltar una carcajada aguda.

_ Creo que unos 24 cm _ sus ojos se explayan más. _ ¿Te asusta?

_ Un poco...

_ ¿Nunca te has metido uno como éste?

_ Creo... que no... _ si no estuviera en este lugar, creería que es virg3n.

Comienzo a m4sturb4rm3 con su imagen sobre sábanas negras y ella completamente d3snud4 y abierta de pi3rnas para mí.

_ Bueno al parecer te voy a hacer sentir cosas que nunca has sentido antes_  le digo con mi voz baja y ronca. _Te voy a hacer sentir como si estuvieras en el cielo, pero te haré arder como si estuvieras en el infierno, en mi infierno.

_ Sí, eso quiero _ responde y yo sigo trabajando con mi mano a lo largo de mi masculinidad.

Ella sonríe, su boca se curva hacia arriba y me hace sentir como si estuviera en el infierno de verdad. Me doy cuenta de que estoy completamente bajo su control, pero no me importa. Quiero sentir más, la voy a p3n3trar, la voy a disfrutar y la voy a hacer que olvide a sus otros amantes.

_ ¡Ohh! _ gruñe cuando mi llegada se acerca _ Tócate _ le ordeno y de inmediato lo hace, lleva sus dedos a su c0ñ0 y comienza a tocarse con destreza, me acerco más a ella y mi explosión cae sobre su vientre y noto como su tercer org4sm0 llega también _ ¡Oh, maldición! Serás la primera mujer que me disfrutará después de cinco años.

La miro a los ojos y debo sacudir la cabeza cuando la imagen de otra persona se me cruza por la mente.