Mário, Mariano y Marisa son tres hermanos que viven en São Paulo. Mário y Mariano son gemelos, lo que hace que uno esté bastante ligado al otro. Mientras uno de ellos tiene su rutina de fiestas y chicas todas las noches, el otro se queda en casa junto con su hermana, que, por la ausencia de los padres que están viajando por trabajo, se ve obligada a cuidar de la casa y de sus dos hermanos.
Los padres de los chicos trabajan con las mayores industrias, productoras de papel higiénico y otras de chocolates y café. En un día común, Mário sale a una de sus fiestas, Mariano se queda en su cuarto acostado en su cama, y en cuanto el hermano regresa con otra de sus chicas, terminan discutiendo. Al día siguiente, los hermanos van a la escuela, y una vez más Mário está con resaca.
En la escuela hay un chico en particular con el que a los dos hermanos les encanta practicar bullying: Erick, un muchacho tierno y dulce, que sufre tanto en su casa como en la escuela. Pero un día su vida cambia de rumbo cuando es invitado a ir a una fiesta.
NovelToon tiene autorización de Juan Pereira para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 20
Mário Narrando
Nos quedamos bailando el resto de la noche, Erick todavía tomó algunos vasos más de bebida, y yo aproveché para dar algunos sorbos.
Cuando dieron las tres de la madrugada, la gente empezó a irse, y pronto solo estábamos Erick, Marisa y yo, los tres tirados en el sofá de la sala.
- Hacía tiempo que no me divertía así - dijo Marisa sonriendo
- Hasta que fue bueno - dije sonriendo
- Tienes que dar más fiestas así, cuñadita - dijo Erick casi enredándose con las palabras
- Parece que alguien exageró con el vodka - dijo Marisa sonriendo
- Para todo hay una primera vez - dijo Erick soltando una carcajada
Se notaba que no estaba borracho, solo estaba ligeramente aéreo, de los tres allí, yo era el único que estaba sobrio.
- Bueno, creo que es mejor que nos vayamos a dormir - dije levantándome del sofá
- ¿Pero ya? - dijo Erick sonriendo
- Sí, necesitas descansar, si no, tu hermana me arrancará el cuello - dije tomándolo en brazos al estilo novia
Nuestros ojos se encontraron y todo pareció detenerse, parecía que solo existíamos nosotros dos en esa sala.
- E...yo todavía puedo caminar - dijo él tartamudeando
- Ya estoy haciendo entrenamiento para cuando me case - dije dando una sonrisa
- Gente, vamos a parar con esta melosería - dijo Marisa haciendo ruido de vómito - ya no basta con que no besé a nadie hoy - dijo la chica cruzando los brazos
- Ay mana, luego el tuyo va a aparecer - dije sonriendo
- El mío un carajo, la señora me respeta - dijo Marisa soltando una carcajada
- Buenas noches Mari - dijo Erick acurrucándose en mi pecho
- Buenas noches cuñadito - dijo mi hermana sonriendo
- Duerme bien mana, si necesitas algo solo toca a mi puerta - dije ya al borde de la escalera
- Puedes dejarlo
Subí las escaleras y entré a mi cuarto, coloqué al ser dormilón en la cama, apagué la luz y me acosté a su lado abrazándolo luego en seguida.
Desperté en la mañana con la claridad del sol golpeando en mis ojos. Erick estaba durmiendo, entonces calmadamente me levanté de la cama y seguí para el baño, hice mi higiene matinal y luego bajé las escaleras. Marisa ya estaba preparando café en la cocina.
- Buenos días Mari - dije rascándome los ojos
- Buenos días, que milagro es ese, tú despierto temprano, un domingo - dijo la chica sin mirarme
- Es parte de la vida - dije sonriendo
Luego aparece Mariano, todo despeinado, y con las ropas arrugadas.
- Buenos días gente, ¿qué pasó ayer?, no recuerdo nada - dijo él rascándose los ojos y sentándose a mi lado
- Buenos días bailarín - dijo Marisa soltando una carcajada
- ¿Bailarín? - repitió Mariano
- Yo sabía que teníamos dos señoras del valle aquí en casa - dijo mi hermana sonriendo
- ¿Cómo así? - preguntó Mariano que estaba confuso
Marisa tomó su celular, y dio play al vídeo. Mariano estaba boquiabierto y con los ojos agrandados.
- No, ¿por qué me dejaron hacer una cosa de esas? - preguntó él mirándonos
- Yo no estaba en casa, había ido a llevar a la hermana de Erick a su casa - dije dando leves carcajadas
- Yo estaba dando atención para el personal - dijo Marisa dando de hombros
- Pero gente, eso es..... es... - tartamudeó Mariano
- Eso es lo que la señora esconde. Puedes hablar amiga, esta casa ya está con el arcoíris casi completo - dijo Marisa haciéndome soltar una carcajada
- Yo no soy, eh...yo - tartamudeó mi hermano
- Tú estar tartamudeando significa que tienes algo escondido - dije sonriendo
- Confía en nosotros mano, sabes que no vamos a juzgarte - dijo Marisa jalando una silla
- Tá, yo no sé, yo siento alguna cosa diferente, pero no sé expresar lo que es todavía - dijo él bajando la cabeza
- Tienes que descubrir luego, porque cuanto antes, mejor va a ser - dije sonriendo
- ¿Pero cómo?, si yo todavía no estoy enamorado por nadie - preguntó él sonriendo
- Luego va a aparecer - dije sonriendo
- Buenos días - dijo Erick apareciendo en la cocina
- Buenos días cuñadito, ¿cómo dormiste? - preguntó Marisa sonriendo
- Dormí muy bien
Tomé en la mano del chico y lo jalé para sentarse en mi colo, y así pasé mi manos sobre el cabello de él.
- Yo estoy muerto de sueño - dijo Erick encostando su cabeza en mi pecho
- Vamos a tomar un café, y después tiramos una cabezadita - dije sonriendo
- ¿Ustedes fueron a dormir a qué horas? - preguntó Mariano sonriendo
- Ah, después que Marisa te colocó en la cama, nosotros todavía bailamos un poco, cuando dio las tres de la mañana, todo el mundo empezó a irse - dijo Erick bostezando luego en secuencia - pero al final, ¿ya conversaron sobre el show de ayer? - preguntó sonriendo
- Está muy curioso ese bebé - dije apretando la mejilla de él
- Me disculpe, eso es consecuencia de la noche mal dormida - dijo él dando una media sonrisa
- No tiene problema cuña, respondiendo a tu pregunta, sí, nosotros conversamos sobre aquello, y..... - Marisa paró de hablar
- Yo estoy sospechando que me gustan los chicos - dijo Mariano cortando la habla de Marisa
- Está todo bien, después que tú descubras, va a sentirse libre - dijo Erick sonriendo
- No estoy con prisa - dijo Mariano sonriendo
- No necesita tener miedo mano, cuando tú descubras, va a gustar de las sensaciones y de los placeres - dije dando un beso en la mejilla de Erick que ya cabeceaba
Tomamos café, y luego en seguida todo el mundo retornó para sus cuartos, arreglé mi cama y cuando iba a apagar la luz, la puerta es abierta.
- Chicos ¿puedo acostarme con ustedes? - preguntó Marisa colocando apenas la cabeza en la puerta
- ¿Viste alguna asombración? - preguntó arqueando la ceja
- No, apenas quiero compañía - dijo Marisa sonriendo
- Puede ser, da para nosotros dormir apretadito - dijo Erick sonriendo pícaro
- Ih, si van a transar, yo voy para mi cama - dijo la chica soltando una carcajada
- Anda luego chica, antes que yo desista - dije sonriendo
Me acosté en la punta de la cama, Erick acostó en el medio, y Marisa acostó del otro lado. Abracé mi blanquito y luego adormecí.