Vuelve

Estos días fueron intensos con los recientes descubrimientos, pero hoy, Don Nicola Casiraghi fue a hacer una visita a don Honorato Delgado. El motivo de su visita es que sus hijos sanen las heridas ocasionadas por un acto de maldad por parte de una ex compañera de Santino. Él tiene la esperanza de que los jóvenes vuelvan y fortalezcan su unión.

- Señor presidente, - la secretaria toca la puerta - alguien ha venido a hablar con usted, pero la visita no ha reservado ninguna cita.

- Puede que sea urgente, dile que pase.

-S í, señor.

Don Nicola entra a la oficina.

- Buon giorno, Honorato [Buenos días, Honorato] – el tono de una voz era alegre y amigable.

- Buenos días. – su tono de hablar era apático.

- ¡Después de cuánto tiempo sin vernos! – mantiene su tono amigable.

- ¿Qué quieres? - fue tajante y frío.

- Me gustaría llegar a un acuerdo contigo.

- No pienso hacer ningún tipo de negocios con los Casiraghi.

A Nicola se le desencaja el rostro, sólo le queda una esperanza.

- Honorato, por el bien de nuestros hijos, que sanen sus heridas y vuelvan a ser una familia feliz.

- Nuestros hijos ya han firmado el acuerdo pre-divorcio. Tu hijo humilló a la mía en público, que cruel de su parte.

- Fue la ex de mi hijo, ha vuelto de manera inesperada.

- Las fotos de tu hijo – siendo muy enfático esta última parte – con su ex son genuinas, en cambio las fotos de mi hija – muy enfático en esta frase – son todas montadas.

-Lo sé, me enterado de ello recién. – su voz suena a lamento – pero mi hijo piensa disculparse. Ha anulado el proceso de divorcio. Quiere una reconciliación con tu hija, está decidido a salvar el matrimonio.

- Hombre que humilla a mi hija, es hombre muerto.

- ¡Una oportunidad! – le pone sobre el escritorio las fotos de la boda – se aman los muchachos. Tómalo como una crisis, como parte del aprendizaje para que esa unión se fortalezca.

- No hay trato con los Casiraghi. La vida te da una oportunidad, una oportunidad y escuche bien Casiraghi, tu hijo la tuvo y la desperdició.

- Mi hijo está decidido a salvar su matrimonio.

- Tu hijo debió haber hecho funcionar su cerebro antes de humillar a mi hija ¿No fue suficiente para tu hijo lo que le hicieron la primera vez? ¿No fue suficiente dolor? ¿Tan iluso es?

- Santino está tomando cartas en el asunto, mi hijo está triste y se siente tan miserable por una mala decisión. El acuerdo de pre-divorcio está anulado.

- Puede ser una estrategia para culminar la etapa de humillación.

- Yo no he enseñado hacer ese tipo de cosas a mi hijo.

- Pero en las familias como la suya siempre hay una oveja negra.

- Mi hijo no es una oveja negra, mi esposa y yo nos hemos esmerado en darle una buena educación.

- Con lo que veo, lo dudo.

- Nadie es perfecto, todos cometemos errores en nuestras vidas.

- ¿Acaso tu hijo usó la cabeza para analizar y dialogar primero? No, porque nunca le enseñaron a controlar sus impulsos y menos a usar siempre la cabeza fría.

- Cuando el amor es verdadero todo lo puede, todo lo soporta.

- El amor jamás lastima, el amor no humilla a otro sin antes haber investigado debidamente el asunto. La confianza se murió, y es la confianza lo que nutre un matrimonio. - don Honorato ataca.

- Mi hijo quiere pedir perdón, quiere salvar su matrimonio. Esta dispuesto a trabajar en la reconstrucción de la familia. – le suplica.

- Santino mató a su familia. Que la deje en paz, por ahí encontrará a alguien con quién rehacer su vida.

- Ellos se casaron por amor, ellos se aman. Una oportunidad, mi hijo se está esforzando, piensa en ella. Intenta hablar con ella por teléfono, pero tu hija lo ignora, eso le duele, la indiferencia, el no estar dispuesta a un acuerdo. Habla con ella, que se vean, que hablen, que curen sus heridas.

- Mi hija ya es una mujer en proceso de divorcio. Por lo tanto, ella sabe lo que hace.

- Es que no va a haber divorcio. Santino ya canceló el proceso. – intenta mantener firme sus palabras.

- Has sido insistente con eso, se le comunicaré a mi hija. Ella tendrá la última palabra.

- Que dialoguen los muchachos. Si vieras como está hijo.

- Ya dije, mi hija tendrá la última palabra. - levanta la voz para aclarar.

- Está bien. Esperaremos la respuesta de su hija. Gracias por permitirme expresar el pesar de mi familia.

Honorato hace movimiento de cabeza en señal de afirmación, pero se mantiene callado. Nicola sale de la oficina de don Honorato, siente que de algo puede ayudar a su hijo para que recupere y salve su matrimonio. Lo único que preocupa es la decisión de Belice.

La negociación fue algo tensa, los Delgado están firmes en su decisión, no dan su brazo fácilmente, Don Nicola está preocupado, si la palabra de Belice es un no ¿Qué será de su hijo? ¿Si recae en el alcoholismo y depresión? ¿Quién podrá ayudarlo? Don Nicola no quiere ni soñar con la desgracia, recordar ello es como oprimir el corazón estando bajo una prensa.

Por la tarde, don Honorato hace una visita sorpresa a la pastelería de su hija.

- ¿Está disponible la princesa para atender a papá? – mientras toca la puerta.

- La princesa está disponible. - responde Belice.

Don Honorato entra al espacio privado de su hija.

- ¿Cómo estás hija?

- Bien papá, ¿Quieres algún postre?

- No, gracias. Si como dulces ya no podré almorzar y tu madre hará un sermón.

- Si, es verdad.

- Hija, seré directo para no quitarte el tiempo.

- Está bien, te escucho.

- Está mañana tuve la visita de Nicola. Santino ya ha anulado el proceso de divorcio. Que él está intentando comunicarse contigo, pero tú lo ignoras.

- ¿Santino anuló el proceso de divorcio? Pero está con Paola.

- Según Nicola, Santino quiere volver, quiere recuperar y salvar el matrimonio.

- No entiendo a Santino ¿Qué está pasando? ¿A qué juego está jugando?

- No lo sé hija. Tendrías que hablar con él, escucharlo tú misma y sacar tú misma las conclusiones.

Belice sopla con pesadez. – Está bien papá, hablaré con él. Prestaré atención a lo que me dice y tomaré una decisión.

- Presta mucha atención antes de negociar ¿De acuerdo?

- Si, papá.

Honorato besa la frente de su hija y sale de área de trabajo de su princesa para ir a casa a comer. A los cinco minutos, el celular de Belice suena y es Santino. Ella respira hondo antes de contestar.

- ¡Aló! – habla sin ganas.

- Hola Belice. No sabes cómo te extraño.

- Ya, ¿Y? - no muestra interés, le llega altamente lo que dice Santino.

- Podemos almorzar. Estoy en la entrada de tu pastelería.

- ¿Qué? ¿Estás esperándome allí afuera?

- En estos días es lo que estuve haciendo. Necesito tanto verte.

- Voy.

Belice colgó la llamada, y sale para dar el encuentro. Santino tenía un semblante totalmente cambiado, la mirada irradia felicidad y esperanza, él bajó del auto con un ramo de flores y camino hacia ella.

- Hola, Belice – intenta dar un beso.

- Hola. – esquiva el beso volteando la cara sin emoción.

- Estás bonita hoy.

- Gracias. - su voz es neutra, sus gentos igual.

- No quería incomodarte, sólo quise saludarte como tal, cómo mi esposa. Te he traído este ramo de flores.

- Son bonitas. Gracias. – al recibirlas las manos de Santino acarician las de Belice.

Ante este gesto, las miradas de ambos se cruzan, y se quedan estáticas por unos segundos.

- Me gustaría ir a almorzar contigo.

- Tengo trabajo. – quiere evitarlo.

- Eres mi esposa, quiero almorzar contigo. - sigue negociando.

- ¿Estás bien?

- ¿Me veo mal?

- Tienes ojeras, te veo descuidado.

- Pienso en ti, cuando no tengo nada que hacer, y pienso tanto en ti que olvido de mí mismo.

- ¿Piensas en mí? Pero si hemos firmado un acuerdo de pre-divorcio ¿No será que el divorcio no te deja dormir?

- El proceso ha sido cancelado. Estoy empezando a hacer investigaciones y descubrí la verdad. Todo fue un montaje.

-Te lo dije a su debido tiempo, pero no me creías. En ese momento me hiciste pedazos el corazón.

- Perdóname, Belice. Quiero volver a ti, empezar de nuevo.

- Ya se acabó la confianza.

- Una oportunidad, amor mío. Sólo una oportunidad. – intenta abrazarla.

Belice da un paso hacia atrás.

- Santino, quiero olvidarte.

- No, Belice. No me digas eso. Ya anulé el proceso de divorcio, apenas descubrí la verdad. Eres mi esposa, mi amiga incondicional, eres mi soporte. Intentemos volver, ven conmigo para almorzar.

Belice deja caer unas lágrimas, Santino se siente mal, le limpia las lágrimas.

- Belice, déjame curar tus heridas.

- Pero fuiste tú quien me hirió.

- Belice, te juro que todo va a cambiar desde ahora, sólo hay que volver.

- Tú amas a Paola.

- No. Ella no significa nada para mí.

- Tus fotos son genuinas.

- Ella, ya tiene un pie en la cárcel.

Belice está sorprendida. Nunca pensó escuchar esto de Santino. Él aprovecha ese momento de distracción de Belice para robar un beso. Belice quería morir, sentir los labios de Santino fue una sensación extraña, sumando los cambios visuales, lo mira aterrada. Para Santino, era como volver a probar miel, la miel que da vida, su mirada lo decía todo, está encantado, quería más.

- ¿Cómo pudiste? – al fin pudo pronunciar palabras.

-Ío ti amo, Belice. [Yo te amo, Belice]

Santino volvió a besar a su esposa, Belice no reacciona, pero la pasión con que él lo hace nubla su mente. Quiere dar un paso atrás, pero Santino usa sus largos brazos, para acercar el cuerpo de Belice al suyo.

Así es como hace negocios Santino con Belice. Pero el almuerzo de reconciliación no se concretó.