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Corazón De Piedra

Corazón De Piedra

Status: Terminada
Genre:Completas / Contratadas / Dominación / Malentendidos / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:1.9M
Nilai: 4.7
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Liliam es una chica campesina cuya vida cambiará cuando el Rey Evans se presente en la hacienda de su padre a cobrar una antigua deuda. A partir de allí empezará una historia de odio, romance y pasión entre ambos.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

EMPAPADA

...LILIAM:...

Apenas salí de la habitación a la mañana siguiente, me dirigí a los jardines del palacio para recorrerlos y a ver si podía toparme con el General Itans, quería disculparme por meterlo en problemas, fue mi culpa y debía remediarlo.

Supuse que si aún estaba de guardia seguramente tenía hambre y le llevé una manzana y una cantimplora con agua que conseguí gracias a Adelaida.

Ella había hecho un escándalo cuando me encontró durmiendo con el vestido puesto, alegando que lo iba arruinar de esa forma pero moví mis manos con desdén y me volví a arropar con la manta, tampoco recordaba haberme abrigado cuando caí rendida pero seguramente lo hice dormida. Me ayudó a buscar otro vestido de ese modelo, era más cómodo, no tenía hombreras, ni esa falda gigantesca, ni tampoco era necesario usar corsé. Me coloqué uno de tono rosa que me llegaba hasta los tobillos con otras zapatillas sin tacón.

Ésta vez me recogió el cabello en una trenza sencilla y no quise que me colocara maquillaje. Adelaida me guió a las afueras del palacio diciendo que no había problema en que saliera un rato ya que el rey iba a estar ocupado con los preparativos de la fiesta de compromiso del día siguiente. Lo había olvidado y me pregunté si el rey había reaccionado bien con la loca idea de Eidan, si estaba organizando posiblemente no se lo tomó para mal. Tal vez así la mentira sería más creíble y tal vez había encontrado una forma de deshacer el compromiso.

El día estaba soleado y no había ni una nube en el cielo cuando bajé las escaleras.

Observé hacia los muros y la entrada, recorriendo cada rostro son expresión de los soldados para hallar al general.

Lo encontré en medio de las puertas, parecía neutral, con su cuerpo firme y sus manos a los costados pero podía ver en su expresión que estaba cansado de estar toda la noche ahí, el rey era injusto.

Noté que en el jardín estaba la estúpida de Anabella, una sirvienta sostenía una sombrilla para ella y estaba sentada en unas sillas de metal junto a una mesa, tenía un libro en las manos y una taza con té sobre la mesa. Al verme elevó su barbilla mientras me reparaba con despectiva.

No le presté la mínima atención y me senté en uno de los escalones a esperar que el General Itans fuera revelado y pasó mucho tiempo cuando otro soldado llegó para sustituirlo.

Su expresión fue de alivio, noté que Anabella estaba evaluando la situación y que seguramente ya iba ir con otra mentira al rey. El general empezó a caminar y pude ver la tensión en sus piernas, las tenía acalambradas. Se acercó y al notar mi presencia se detuvo frente a mí, me levanté.

— Señorita Liliam — Saludó con una reverencia.

— Buenos días, general... Estaba esperando a que le dieran descanso...

Alzó sus cejas — ¿ Tiene mucho rato aquí?

La Duquesa Anabella se tensó, podía ver por el rabillo de mi ojo como ponía atención a nuestra conversación, no me alejé ni nada, yo no tenía nada que esconder.

— No tanto tiempo como el que usted a permanecido de pie en las puertas de la entrada — Dije y negó con la cabeza.

— El sol está fuerte, no debió esperar a qué mi castigo acabara...

— Si debía, vine a disculparme por haberle dado problemas ayer — Dije mientras mantenía el ceño fruncido por el sol — Fue mi culpa, usted pagó por algo que no hizo y todo porque me ayudó.

Sus ojos brillaron.

— No tiene porque disculparse, no fue su culpa lo que ocurrió — Me observó desconcertado.

— Si lo fue y quiero hacerlo, por mi culpa pasó toda la noche apostado en la entrada, sin comer, sin descanso... Así que también le traje de mi desayuno — Sonreí mientras le tendía la manzana y la cantimplora — Solo es algo para que se hidrate— Se quedó atónito pero no las tomó.

— No debió preocuparse por mí¿ Quién soy yo para que lo haga? — Preguntó y noté que Anabella se removía en su silla.

— Es mi amigo, de ahora en adelante usted también debe considerarme como su amiga... Así que tome esa manzana, beba el agua — Dije y se la acerqué a su pecho.

La tomó a regañadientes, parecía incómodo ante las miradas jugadoras.

— Muchas gracias, es muy amable — Dijo y me encogí de hombros.

Al parecer le estaba pareciendo gentil a dos hombres por primera vez. Bebió un largo sorbo de la cantimplora.

— Soy amable con los que lo son conmigo y créame, casi nadie lo es, así que es mi retribución.

El General Itans terminó de beber e hizo otra reverencia.

— Gracias por su gentileza... Iré a tomar un descanso.

Era demasiado cortés y formal, jamás había visto un hombre tan firme que mantuviera su caballerosidad en todo momento, ni el príncipe se mostraba así.

— ¿ Quedamos como amigos ? — Pregunté.

Asintió con la cabeza — Sí, por supuesto.

— Descanse General Itans — Sonrió y se llevó la manzana a la boca mientras subía las escaleras y entraba al palacio.

Sonreí y caminé hacia el jardín, la mirada de Anabella me recorrió hasta que me perdí en la inmensidad del jardín. No le presté atención porque si lo hacía terminaría dejándola calva y sin dientes. El jardín me pareció precioso, las fuentes eran espectaculares y bien estructuradas, con esculturas en el medio de ángeles y animales. No me atreví a entrar en el laberinto pero si observé la entrada, ese lugar me daba escalofríos.

Todo olía a flores y me senté al borde de una de las fuentes.

Me sentía inútil, tenía ganas de hacer algo, yo siempre estaba acostumbrada a trabajar pero allí no había nada que hacer. Para eso tenían los empleados, pero que flojos eran los millonarios, hasta les tenían que limpiar el trasero, no hacían nada por si mismos.

Estaba tocando el agua, hundiendo mi mano de forma distraída mientras tarareaba una canción. El agua estaba deliciosa.

Alguien me empujó y caí de cabeza en la fuente.

Me empapé entera y casi me ahogo, por suerte no era profunda, yo no sabía nadar . La fuente era lo suficientemente alta para hundirme entera hasta la cintura. Me levanté mientras jadeaba y apartaba el agua de mi rostro.

Una risa de cuerva se escuchó y fulminé con la mirada a Anabella, estaba de pie muy cerca de la fuente. La maldita quería que la dejara sin dientes al parecer.

— Pero que torpe es la prometida del rey, se cayó por accidente a la fuente — Se burló mientras se abanicaba el rostro.

— Maldita, tú me empujaste — Gruñí mientras la señalaba con el dedo índice.

— Mentirosa como siempre — Dijo y la salpiqué de agua, soltó un grito exagerado.

— No me afecta en nada que me hayas aventado aquí, a diferencia de tí, no le temo al agua — Dije y empecé a caminar hasta el borde.

— Deberías agradecerme, el olor a cerdo no se te quita fácilmente, te hice un favor al aventarte allí — Se burló y salí de la fuente para lanzarme hacia ella.

Se alejó bastante como si me temiera.

— No te conviene atacarme, tienes mucho en contra... Si me vuelves a atacar como en el salón el Rey Evans no te lo perdonará, capaz y te da otro bofetón por agresiva y por seguir comportándote como una marginal, así que no puedes tocarme — Sonrió con desafío y apreté mis manos en puño.

— Maldita, me vas a pagar por todo esto — Gruñí, conteniendo las ganas de darle un par de golpes.

Pero no podía, tenía mucho en contra, por ahora debía aguantarme pero me iba asegurar de desenmascarar a la víbora, a veces era mejor usar la inteligencia a la brutalidad.

Me alejé y se rió de mí, estaba escurriendo agua, la falda de mi vestido se llenó de yerba que se adhirió por el agua. Cuando salí al frente todos se quedaron observando mi apariencia pero nadie se atrevió a decir nada. Subí las escaleras y dejé una huella de agua en cada escalón. Entré al palacio esparciendo gotas por todo el mármol pulido.

Caminé rápidamente para que nadie me viera así, me estaba dirigiendo a las escaleras cuando aparecieron unos miembros de la corte junto al rey. Iban hablando cosas de política, me apresuré pero los miembros me observaron y también el rey quién tenía una mezcla de asombro y rabia por mi ropa y mi cabello mojado.

El rey observó el suelo mojado.

— Pero... ¿ Qué le ha sucedido Lady Liliam? — Preguntó uno de los hombres, el de la peluca excéntrica que ví cuando llegamos el primer día.

No me atreví a contestar mientras temblaba de frío. El rey frunció el ceño.

— ¿ Qué rayos le sucedió ? — Exigió cuando no respondí a la pregunta del hombre.

— Me caí en una de las fuentes — Dije con temor, esperando un regaño de su parte.

— Oh, pero que pena — Jadeó otro de los hombres.

El Rey Evans me observó sin ninguna expresión, mientras yo temblaba frente a él y escurría agua por todas partes. Repentinamente se quitó la chaqueta que cargaba encima, me quedé desconcertada cuando la colocó sobre mis hombros y se apartó. Me sonrojé cuando sentí la calidez de la tela.

— ¡ Adelaida! — Llamó y en seguida Adelaida apareció.

Hizo una reverencia — ¿ Qué sucede majestad?

El rey me observó de nuevo.

— Mi prometida ha caído a una de las fuentes por accidente, por favor... Llévala a que se cambie para que no le dé un resfriado — Dijo y cualquier persona pensaría que ambos éramos prometidos de verdad.

Adelaida se notó preocupada cuando me observó.

— Oh, por el Creador, mira como haz quedado... — Dijo y me tomó suavemente del brazo.

Guiandome a las escaleras.

— Después volveré para limpiar el desastre majestad — Avisó al rey mientras subíamos las escaleras.

El rey asintió sin dejar de lado la seriedad.

— Señorita Liliam — Llamó y me detuve para observarlo por encima del hombro — Tenga más cuidado al caminar por el jardín, las fuentes no son para bañarse.

Claro, no podía ser tan bueno, siempre con su arrogancia masculina activada.

No dije nada y subí las escaleras mientras aferraba la chaqueta del rey a mis hombros. Olía a esa fragancia masculina. Por un momento sonreí, era la primera vez que tenía un gesto caballeroso conmigo.

1
Mireya Marquez
excelente historia
Gertrudis Abreu Robles
bueno rey Evans ahí tiene a la dueña de sus quincenas 😂😂😂 creo que por querer poner una correa, quien terminará domado y con correa será ud...😗😗😗 sin ofender...
Gertrudis Abreu Robles
empezamos fuerte... tu padre, el antiguo rey sí que era malo en su gestión...20 años de deuda!!!!! y ninguno de esas personas canceló su deuda ... sospecho...🤔🤔🤔
GABRIELA VERGARA
Excelente
Lisbeth Vasquez
me encantó al principio no me gustó la forma de tratar a la mujer pero después de dió riso y emoción felicitaciones excelente novela
Erika Suarez
que bello final. para tan buena historia
Erika Suarez
yo pensé y deseaba q lo hiciera sufrir un poco al menos
Erika Suarez
ay lo perdono muy rápido
Erika Suarez
yo también lo presiento al otro día la mandara a su casa ya me d Arabia la estupidez de ese hombre
Elizabeth Pech
Excelente
el amor de mi vida
sin comentarios
Erika Suarez
vamos bien. está entretenida la historia
Erika Suarez
jajajaja. le sacará canas verdes jjajaja
Myleidi Yoselli Papel Sosa
Excelente
Ceci del Castillo
yo los detesto a ambos
Ceci del Castillo
🤮🤮
Ceci del Castillo
es una estúpida masoquista sin valores,ni dignidad,es una calenturienta
Ceci del Castillo
como quiere que lo trate,si es una porquería de persona,el rey apesta!
Ceci del Castillo
otra idiota que le gusta el maltrato,ya se enamoró del abusador,una estúpida sin dignidad,pensé que iba hacer diferente,pero no
Natalia Beatriz Leguizamon
decepsionada con los protagonistas
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