El CEO Quiere Un Heredero

Narra mariana

Isa y yo Llegando al trabajo después de un tráfico horrendo  y ambas nos dirigimos a nuestros respectivos puestos

-¿se puede saber qué hiciste, para que el señor esté tan molesto??

¿Todavía sigue molesto??

-no hice nada señora Maritza

Es la verdad, yo no era la única en la cafetería, además de Isa y yo había más personas, no sé por qué el jefe se la agarró conmigo

-sabes, de todos los empleados eres la que peor me cae, no soporto el estúpido asentó que tienes

Estoy intentando contenerme de no brincarle arriba  y arrancarle las extensiones más puestas que tiene

-el jefe quiere verte en su oficina, y pido al cielo que sea para despedirte

Mi madre siempre me inculcó que la violencia no es la salida de los problemas  y que la vida se encarga de callarle la boca a Quines se lo merecen

Lástima que yo no lo aprendí

-sabes que quizá me despidan, fácilmente puedo buscarme otro trabajo, pero a usted esa cara de vieja mal cogida no se le va a quitar

Contrario a lo que yo creía haría, ella me mira con una sonrisa burlona Y mira destraba de mí

-buenos días, señor

Tráigame tierra

Uniendo la poca valentía que me queda giro sobre mi talón y hay están esos ojos oscuros que me miran sin ningún tipo de expresión

Es como mirar un poso si fondo, sabes que es peligroso, pero igualmente te da curiosidad saber qué pasa si caes en él

-a mi oficina ahora

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No sé si es que soy invisible, pero tengo más de 10 minutos parada frente a él y solo me ignora y se concentra en su computadora

Respiro profundo y por fin su mirada viaja de la computadora hacia mí, recorriendo mi cuerpo  de Arriba abajo, su mirada me incomoda y no porque me mire con morbo, sino porque no expresa nada en ella y eso me inquieta

-¿hace cuanto trabajas aquí??

Vuelve su mirada a la computadora tomando los papeles en su mesa

-hoy es mi tercer día señor

-¿sabes cuántas personas han trabajado y trabajan en esta empresa??

-no señor

Todo me tiembla, y lo único que quiero salir corriendo lo más lejos posible que aquí

-miles de personas y sabes cuantas le faltaron el respeto a Maritza

-no señor

-ninguna, ¿quién mierda te crees tú para hacerlo??

Sus gritos suenan en toda la oficina aumentando mis nervios

-yo solo me defendí de sus insultos

Se levanta de repente golpeando el escritorio fuertemente con su puño

-tú aquí no eres nadie, Maritza puede decirte lo que sea y tú solo tienes que quedarte callada y obedecer, está claro

Me grita y yo llego a mi límite, estoy cansada de las personas que creen que pueden hacer conmigo lo que quieran

Esta mañana estaba muy contenta porque arreglé las cosas con mi novio y esa vieja  bruja y este energúmeno amargado que tengo enfrente me arrimaron el día

-no, no está Claro, no entiendo por qué ella me puedo insultar y yo me tengo que quedar callada como si esa vieja amargada fuera mejor que yo y no entiendo por qué tengo que soportar los gritos de un cascarrabias como usted

Su cara se transforma, y mi valentía sale corriendo, pero no me arrepiento de lo que dije es un cascarrabias amargado, desde que lo conozco no lo he visto sonreír ni una vez

-estás despedida

-eso lo sabía antes de entrar a esta oficina, hasta nunca y espero no volver a verlo en mi vida, viejo cascarrabias

Salgo de la oficina azotando la puerta lo más fuerte que puedo ganándole la mirada de todo los que caminan por los pasillos del piso 9

Llamo al ascensor y mientras espero mi celular suena anunciando una nueva llamada

-hola amor

Contesto si ánimos

-mariana me dijiste que no volverías a trabajar

Otro más que se cree con derecho sobre mi vida

-hoy no estoy para soportar tus celos y tu estúpido machismo psicótico, si tengo ganas de trabajar lo voy a hacer y si no te gusta búscate otra

Subo el ascensor respirando profundo  y cuando está a punto de cerrar, entra él  con su típica cara de perro enojado

En silencio, bajamos por el ascensor hasta que lo escucho hablar detrás de mí

-Veo que usted no solo es insolente con sus jefes, sino que también su novio sufre las consecuencias de sus ataques de histeria

Respira e ignóralo no vale la pena perder el tiempo con alguien como él

Las puertas de ascensor Se vuelven abrir dándole paso a una señora de avanzada, quien saluda con una sonrisa normal en su rostro

Le devuelvo el saludo de la misma manera a la señora, pero él la ignora

-Y eso qué la insolente soy yo

Digo con  ironía con toda la intención de que la escuche, tal vez mi madre sí tenía razón y el tiempo se encarga de callar la boca que se lo merece

Salgo de ascensor y camino directo hacia mi ex escritorio y siento sus pasos imponentes detrás de mí

Al llegar al ascensor, recojo todas las pocas cosas que había traído, entre ellas mi bolso y una pequeña planta que traje para decorar el escritorio

mientras lo hago siento su mirada a través del vidrio de la sala de juntas, creo que prefiere asegurarse de que no me robaré nada, su empresa que escuchar lo que tiene que decir el chico que habla su lado

-¿Me dijeron que te despidieron qué pasó?

Mi prima llega hasta  a mí con cara de preocupación

-ahora mismo no tengo ganas de hablar sobre eso, pero en  a la casa te cuento

-está bien, nos vemos en casa

Me despido de ella y salgo de la empresa del mal como voy a llamar a la de ahora en adelante