Alquilé una esposa

Elena se despertó temprano al día siguiente, estaba entusiasmada por su nuevo trabajo y decidió arreglarse bien para causar una buena impresión. Hizo ondas en su cabello y se maquilló de manera suave.

(Mira Elena)

Ella salió de la habitación y se dirigió al comedor, donde encontró a Charles sirviendo el desayuno a Ethan.

Charles: Señorita, ¿va a algún lugar tan temprano? El conductor no vendrá...

Ethan: Ella va a trabajar conmigo a partir de hoy, Charles. Por favor, sírvela.

Elena sonríe a Charles y él sale a buscar las cosas y a servirla. Elena se sienta y comienzan a comer.

Ethan: Realmente me estás sorprendiendo... si no fuera por ese lugar, podrías haber sido una buena cirujana. Eres muy dedicada...

Elena: Trabajaré hasta pagar el precio que pagaron por mí. Después de liberarme de ese lugar, ahorraré dinero para buscar a mi hermana... luego pensaré en la universidad. (Sonrisa triste)

Ethan la observó y ella volvió a comer. Terminan y van juntos a la empresa. Todos los miran cuando pasan juntos. Ethan dijo que deberían tomarse de las manos y así lo hicieron. Elena observó que la niña ya no estaba en la recepción y se puso nerviosa.

Se detienen en el último piso y cuando las puertas se abren, Elena ve a la niña en el mostrador y mira a Ethan, quien la mira rápidamente con una pequeña sonrisa. Se dirigen a la oficina y la niña levanta la mirada, sonriendo ampliamente.

Secretaria: ¡Señora Elena! Qué placer verla de nuevo...

Ethan: ¡Señora Elena?!

Elena mira a Ethan, quien tenía una expresión de disgusto hacia la niña.

Elena: Ethan, tranquilo... ella solía llamarme Señora Heddle, pero le pedí que me llamara por mi nombre.

Ethan la mira fijamente a los ojos y no aparta la mirada.

Ethan: Hm...

Elena saluda a la niña con un gesto y Ethan la lleva a una sala con el rótulo de CFO justo al frente de su propia oficina. Él golpea la puerta y aparece un joven de aspecto amigable.

Ethan: Buen día Theo, esta es Elena, mi esposa.

Elena: Mucho gusto, Theo...

Theo toma la mano de Elena y la saluda con una sonrisa mientras Ethan los observaba.

Theo: El gusto es mío, Señora Heddle, espero que seamos un buen equipo, por favor, pasa.

Elena: Gracias... llámame Elena, por favor...

Elena suelta la mano de Ethan y entran a la sala, ella queda maravillada, no era tan bonita como la sala de Ethan, pero estaba muy bien organizada, al fondo había una mesa central y otra un poco más pequeña al lado.

Theo: Esta mesa es la tuya (señalando la mesa más pequeña) y puedes colocar lo que quieras en la estantería detrás de ella, entonces... ¿empezamos?

Elena: ¡Claro!

Elena mira hacia atrás y ve a Ethan con los brazos cruzados y una cara de enfado, como ella sabía que todavía estaban fingiendo, se apoya en su brazo y se estira para darle un beso en la parte inferior de su mandíbula, ya que fue lo único que pudo alcanzar.

Elena: Hasta luego, cariño...

Ethan la mira profundamente a los ojos y rápidamente se inclina tomando su cuello y tomando posesión de sus labios con urgencia, separa sus labios de la misma manera que los tomó y la mira fijamente, Elena se pone roja al instante y baja la mirada porque Theo está presente en ese momento.

Ethan: Hasta luego, cariño...

Se da la vuelta y rápidamente sale de la sala, Elena siente como si él hubiera absorbido su alma y se gira para mirar a Theo, quien parece estar muy avergonzado y mira al suelo.

Elena: Bueno... ¿vamos?

Theo: Ah... claro.

Los dos trabajaron durante un largo periodo y Theo iba explicando lentamente, haciendo todo muy fácil para Elena, ella siempre había sido buena estudiante, pero Theo parecía haber nacido para enseñar, trabajaron mucho, Elena almorzó con Ethan en un restaurante cerca de la empresa y una vez que volvió, se sumergió en las hojas de cálculo nuevamente, al final del día Theo terminó sus cosas primero y Elena aún tenía algunos papeles, como él tenía más experiencia, terminó más rápido.

Theo: Bien... yo he terminado los míos, ¿quieres ayuda ahí?

Elena: ... ¿Hum?

Theo: risas Estás muy concentrada, ¿te preguntaba si quieres ayuda?

Elena: Ah, no... no es necesario, puedes irte a casa...

Theo: Está bien, hasta luego, Elena.

Elena: Uhum... hasta mañana.

Theo recoge sus cosas y sale de la sala, dejándola solo con los papeles y el bullicio de la ciudad en la noche, ella se queda un poco más y termina el trabajo, antes de salir quiere echar un vistazo y se acerca a las grandes ventanas y mira la ciudad en frenesí a pesar de ser de noche, se distrae recordando su infancia y no se da cuenta de que la puerta se abre, vuelve a la realidad al sentir un beso en la nuca, que está al descubierto porque se había recogido el cabello antes, se sobresalta y se gira con la mano en el pecho, cuando ve que es Ethan, exhala todo el aire en un suspiro.

Ethan: ¿Pensaste que era quién, Elena?

Elena: Nadie... solo me asusté porque no te esperaba y no te oí entrar...

Ethan: ¿En qué estabas pensando?

Elena: ¿Qué?

Ethan: Te llamé tres veces y no me oíste, ¿en qué estabas pensando?

Elena lo mira intentando entender por qué la pregunta.

Elena: En nada... solo estaba pensando en mi infancia... eso es todo.

Ethan: Hum, vámonos.

Ethan no espera y sale rápidamente, Elena corre y recoge sus cosas y lo sigue, cuando llegan a casa él va directo al dormitorio y no dice nada más y Elena no entiende por qué, cada vez ese hombre parece más complicado, pero a ella no le importa. Elena se da una ducha larga y se acuesta, pero por alguna razón no puede dormir, tal vez por la agitación del trabajo, así que baja a la cocina y encuentra a Ethan sentado en la barra, ella no dice nada y pasa junto a él hacia la nevera.

Ethan: ¿Sin sueño?

Elena: Uhum...

Ethan: ¿Por qué?

Elena: No sé... creo que estaba muy emocionada con el trabajo...

Ethan: suspiro Ojalá el mío fuera el trabajo... (refunfuñando)

Elena: ¿Qué?

Ethan: Hum... nada.

Elena coge una tetera, calienta la leche, añade azúcar y la toma mientras Ethan la observa.

Ethan: ¿Por qué no usas la cafetera y tomas un chocolate caliente?

Elena: Mi mamá solía hacer eso para mí cuando era pequeña, así que después de que ella falleció, seguí haciéndolo cuando no podía dormir...

Ethan: Al menos tenías una madre que cuidaba de ti cuando eras pequeña...

Ethan se levantó y se acercó a Elena, mirándola a los ojos. Pasó los brazos por los lados de su cuerpo y colocó la taza en el fregadero, saliendo sin decir nada. Elena soltó el aire y lavó su vaso y la taza de él. Luego subió a dormir, se durmió como una piedra abrazada a su osito de peluche, Sofie.