Un Matrimonio Por Conveniencia.

Después del altercado con su esposo, Abi se encierra con llaves en el cuarto, no quiere verlo por un buen tiempo, por suerte Lucca se fue a la empresa y no vendrá hasta entrada la noche. Se toma una ducha, se pone ropa cómoda y va a la cita con la doctora.

En el camino su madre la llama por teléfono, ya que ella le había contado que hoy tenía la cita.

—Hola mamá—contesta Abi desde el altavoz del auto.

—Hola mi niña ¿como estas?

—Como quieres que este, mamá, hoy es el primer mes de este martirio, quedan 11 meses todavía—exclama resignada, si tan solo todo fuera diferente...

—Lo siento tanto, mi amor, siento tanto que estés pasando por todo esto, fue nuestra culpa y tu estas pagando nuestros errores—se disculpa Analia.

—No digas eso, mamá. Ustedes me dieron la posibilidad de elegir y yo elegí. Solamente estoy dolida por todo lo que sucedio con Lucca, haciéndose pasar por Francesco, enamorandome, eso no se lo voy a perdonar nunca—inesperadamente, unas pequeñas lágrimas traicioneras caen de sus ojos.

—Te entiendo, hija mía—a Analia le duele ver y sentir el dolor de Abi, una persona como ella no merece pasar por un momento así, ese Lucca Chiaraviglio es un desgraciado.

—No te imaginas lo que me entere anoche, mamá. Tiene un amante, la tenía antes de casarnos, y anoche durmió con ella.

—¡Oh Dios mío! Abi debes decirle que te respete—manifiesta Analia enojada con su yerno.

—No espero nada de él mama, lo único importante en mi vida ahora es mi hijo, este bebé es el único recuerdo que me queda del viejo Francesco, de la persona de la cual me enamore y que ahora desconozco por completo.

—Hablando de mi nieto, ¿estas yendo a tu cita con la Ginecologa?

—Así es, mamá , estoy un poco preocupada, según mis cálculos estoy de pocas semanas, no debería estar tan indispuesta, no puedo comer nada. Es un milagro que todavía Lucca no se haya dado cuenta, hasta el abuelo hoy me dijo que se notaba que estaba Embarazada.

—Es injusto que debas pasar por esto sola, como me gustaría estar allí contigo en este momento.

—No te preocupes, mamá estoy casada con el mismísimo diablo, puedo con esto.

Abi finalmente llega a la clinica de maternidad donde será atendida por la doctora. Cuando le toca su turno una señora entrada en años, unos 50 para ser exactos la hace pasar y muy amablemente le pide que se acueste en la cámilla.

—Hola señorita ¿puede decirme su nombre?—pregunta muy amablemente, tomando nota de sus datos.

—Me llamo Abigail Moreno, doctora.

—¿De cuantas semanas crees que estás?

—Si no saco mal las cuentas, mi último periodo se retiro hace seis semanas, pero me siento muy mal, muy indispuesta, no puedo comer nada, quiero saber que este todo bien.

—Es extraño que con tan pocas semanas tengas síntomas tan fuertes, a menos que....

—¿A menos que, doctora?—pregunta Abi preocupada, llevándose, inconscientemente, la mano a su vientre.

—Que estemos frente a un embarazo múltiple—responde la doctora, desconcertando a Abi.

—¿Un embarazo múltiple? ¿Se refiere a mellizos o gemelos? —pregunta Abi, sin poder salir de su asombro ¿podrá ser Eso posible? Piensa, Si es así la herencia Chiaraviglio tendrá dos herederos.

—Ahora lo veremos —exclama dulcemente la doctora, que le pone un poco de aceite y con un ultrasonido, recorre, cuidadosamente el vientre y como ella sospechaba, Abi esta embarazada de gemelos— mira la pantalla, Abigail — Abi no puede controlar su emoción de ver dos pequeñas manchitas en la pantalla, jamás imagino tanta felicidad y emociones juntas— efectivamente son gemelos ,están dentro de la misma bolsa y estas de 7 semanas.

—No puedo creerlo, voy a tener gemelos.

—¿Quieres escuchar sus corazones?—pregunta la doctora.

—¡Por supuesto que si! —cuando Abi escucha los latidos de los Corazones de sus hijos, comienza a llorar de la emoción — dígame que ambos están bien, doctora.

—Están en perfectas condiciones, Abi, ahora la que debe cuidarse mucho eres tu, un embarazo múltiple no Es fácil de llevar, necesitarás mucha ayuda... dime ¿eres Madre soltera? —pregunta la doctora al ver que ella fue sola a la consulta.

—No, mi esposo aun no sabe del embarazo, no quería decirle hasta estar tranquila de que esta todo bien.

—Muy bien, porque vas a necesitar muchos mimos, cuidados, paciencia, y sobretodo seguir al pie de la letra las instrucciones que voy a darte.

Después de escuchar todos los consejos de su doctora Abi, regresa a la casa, allí se encuentra con Lucca que regreso temprano del trabajo, con que intención no sabe, Abi no quiere escucharlo, esta subiendo las escaleras para encerrarse en su habitación, pero el insiste

—Abi necesitamos hablar—dice Lucca siguiéndola por toda la casa hasta la habitación.

—No tengo nada que hablar contigo.

—¿Hasta cuando seguirás enojada? —pregunta resignado, las mujeres son tan difíciles.

—Hassta que me respondas algo. ¿Te acostaste anoche con juliet?—el rostro de Lucca se pone blanco pálido, sin saber que responder.

—Abi yo...

—¡Respóndeme!—Grita muy enojada.

—Si lo hice Abi, estaba enojado contigo. Se que fue un error. Pero de verdad se termino todo con ella —de repente el celular de Lucca comienza a sonar y es Juliet, quien no se ha cansado de llamarlo en todo el día y no quiere bloquearla porque ella fue siempre muy buena con el y no quiere dejarla desamparada.

—Veo perfectamente, que se termino. ¿Por que no te vas con ella y me dejas en paz?

—Lo único bueno de todo esto es que estas muerta de celos y eso significa que aún me amas.

—En tus sueños, Lucca Chiaraviglio, en tus sueños volveré a enamorarme de ti, del único que me enamore fue de Francesco Capelli y ese no eres tu.

—Sabes muy bien que fui yo.

—fingir ser algo que no eras, ya no me engañas.

—Sabes que, Abi? Has lo quieras, queria que lleváramos este matrimonio lo mejor posible pero veo que va a ser imposible.

—¡Imposible Lucca! Y la próxima vez que me llames Abi, juro que no respondo de mi.

-¿Acaso vas a pegarme?¿ Y crees que yo me quédare con las manos cruzadas sin defenderme.? ¡No me conoces abigail!

—Jajajaj no me digas que eres capaz de pegarle a una mujer.

—Jamas le levantaría la mano a una mujer. Tengo mis propias armas, yo devuelvo golpes con besos, querida Abi —Abi intenta levantar la mano para golpearlo pero el se la detiene —recuerda querida, golpes por besos.

—te detesto Lucca Chiaraviglio, con toda mi alma

—Tus gestos y tus ojos no dicen lo mismo. Avísame cuando se retire tu regla, recuerda que debemos tener un hijo antes del año de matrimonio.

—Ni lo sueñes...

—Tan bien que la pasamos esa semana Abi, oh no lo recuerdas — comenta Lucca acercándose a ella, acorralandola contra la pared.

—Me puedes dejar en paz, Lucca déjame salir.

—No sabes lo que te deseo Abi, te necesito tanto — Lucca comienza a besarle el cuello y el lóbulo de la oreja y el cuerpo de su esposa, reacciona al instante a sus caricias.

—Ve a sacarte las ganas con ella, Lucca conmigo no.

—Tu también me deseas. No puedes negarlo, tu cuerpo responde a mis caricias — Lucca comienza a acariciarla bajo la blusa, le toca el abdomen, y le da un beso en los labios apasionadamente, sin embargo, Abi se separa de él y le pega una cachetada.

—¡No vuelvas a tocarme en tu vida.!—Grita Abi

—Sabes que no tienes opción, o tenemos un hijo o te quedas en la calle tu decides.

—Tendrás que abusar de mi para eso.

—No creo, tu cuerpo me Desea al igual que el mio te desea , no puedes negarlo, pero sabes que no te volveré a tocar, tu me pedirás que lo haga.

—¡Nunca lo haré!

—Nunca digas nunca, querida Abi —acota Lucca yéndose dejando a Abi muy enojada.