No Es Un Matrimonio por Contrato

Tissa regresó a la boutique con un sentimiento de fastidio mortal. ¿Cómo era posible que esa mujer la acusara de cosas que no eran?

"¿Qué le pasa a esa? Está completamente loca..." Se quejó Ina, quien también estaba irritada con la mujer llamada Cecil. Sobre todo, por Elfan, que siempre la defendía.

"Mi relación con él terminó anoche. ¿No es suficiente con que siga molestando mi vida?" Tissa tampoco podía creerlo. ¿Acaso Elfan amaba tanto a Cecil que fue capaz de gritarle?

Tissa había tomado una decisión firme. Pero la relación que había durado tantos años hizo que Tissa no pudiera creer que Elfan cambiara tan rápido solo por una Cecil.

"No me digas que todavía estás enamorada de ese hombre sinvergüenza..." Tissa se giró hacia Ina.

"Imposible. Al principio es difícil olvidar, pero tengo que poder hacerlo. Un hombre como él no merece ser conservado." Tissa había tomado una decisión y, por supuesto, podría olvidar a Elfan lo antes posible. No quería que el hombre pensara que le costaba superarlo.

El coche que conducía Tissa llegó a su destino. Las dos mujeres de alto rango bajaron y entraron en el edificio de la boutique, cuyo nombre era famoso en todo el mundo.

"Señoritas... ¿De dónde vienen? Una señora ha venido aquí desde hace un rato gritando..." Una de las empleadas se acercó y se quejó de que una mujer de mediana edad había venido a la boutique. En lugar de comprar, solo gritaba cosas sin sentido.

"¿Quién?"

"No lo sé, señorita... Es una persona muy antipática..." Dijo la empleada.

"¿Dónde está la señora?"

"La señora Ayra salió, señorita... Dijo que tenía algo importante que hacer. Por eso se fue después de que la señorita Tissa y la señorita Ina salieran..." Explicó de nuevo. Tissa e Ina se miraron un momento antes de entrar juntas.

"Ella..." Tissa caminó a grandes zancadas hacia la mujer de mediana edad que resultó ser Wati, la madre de Elfan.

"¿Qué está pasando?" Preguntó Tissa con un tono amable pero firme. Aquí no era posible que Tissa mostrara sus garras. No quería que su imagen como asistente o el nombre de esta boutique se derrumbara si se comportaba con rudeza.

"Ah... Aquí está la persona. ¿Ves? Acabo de comprar un vestido en esta boutique, pero ¿qué recibo? Mira... La tela es fea y áspera..." Wati habló como si se quejara del vestido que había comprado en esta boutique.

"¿Puedo verlo?" Wati le entregó la ropa que tenía en la mano con brusquedad. La madre de Elfan sonrió con cinismo. Detrás de su visita a la boutique había una intención oculta. Wati quería difamar a Tissa para que la boutique donde trabajaba la mujer se fuera a la quiebra y su salario disminuyera.

Wati no sabía que la dueña de esta boutique era una empresaria rica e inigualable.

"Esto... Llévese su ropa, señora. He comprobado que el material de esa ropa no es el mismo que el de esta boutique..." Explicó Tissa a Wati. Los clientes que aún estaban allí empezaron a susurrar.

"¡Mentira! Claramente..."

"Claramente... en esta ropa está el logo de la boutique donde lo compró." Interrumpió Ina con firmeza. "Si lo compró en otra tienda, no se queje ni nos eche la culpa. Esto ya es difamación... Puedo denunciar este acto a mi jefa para que la denuncie a las autoridades, ¿quiere?" Wati finalmente se calló. Sus ojos miraron a su alrededor donde era objeto de comentarios de otras personas.

Su intención de venir a esta boutique no era buena. Y finalmente, después de gritar cosas sin sentido, Tissa habló.

"No se olvide, señora... Además de gritar y quejarse sin sentido en esta boutique, también quiero recordarle una cosa. ¿No lo ha olvidado, verdad?" Wati, que ya estaba avergonzada, se marchó de allí sin pedir permiso.

Al llegar al umbral, Wati se cruzó con Ayra.

Ayra, que no sabía nada, solo se sorprendió al ver a la mujer de mediana edad salir apresuradamente del lugar con el rostro contraído.

"¿Qué pasa? Esa mujer salió con una expresión aterradora..." Ayra preguntó a Tissa e Ina tan pronto como llegó al interior.

"No es nada, señora... Solo una queja equivocada... Entienda que ya es mayor y tal vez esté un poco senil..." Respondió Tissa al azar. Ina solo se quedó callada conteniendo la risa al escuchar la respuesta de su amiga.

"Oh... Pensé que era algo... Tissa, ven conmigo adentro..." Ina codeó el brazo de Tissa para que entrara inmediatamente en la habitación de Ayra.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Tissa pensó que su jefa iba a hablar de algo. Pero resultó ser algo fuera de lo común.

"Aquí hay un regalo de Kak Joe... Esta noche te invita a la fiesta de uno de sus compañeros de trabajo. Te pide que seas su pareja esta noche..." Tissa tragó saliva con dificultad, ¿qué era esto? Tissa no podía creer lo que había en el cerebro del hombre al que le había sido difícil contactar anoche.

Además, confió un vestido a su jefa. Tissa se sentía incómoda con la hermosa mujer frente a ella. Era difícil contactarlo, pero Joe siempre tenía una sorpresa.

"Eum, señora... Yo..."

"Ven aquí..." Ordenó Ayra a alguien por teléfono. Tissa seguía callada, no sabía qué hacer ahora.

Toc

Toc

"Adelante..."

Un hombre con uniforme negro entró en la habitación.

"Aquí estoy, señora..."

"Hm, lleva a Tissa al salón donde suelo hacerme tratamientos... Ya me he puesto en contacto con ellos..."

"Sí, señora..." El chófer obedeció, el hombre miró a Tissa que todavía estaba un poco confundida.

"Vamos, señorita Tissa... La llevo..."

"E, pero... Señora, yo..."

"Solo puedes entrar medio día más tarde. Ahora vete, tienes que hacerte tratamientos antes de asistir a la fiesta. No es posible que vayas a la fiesta solo con ese vestido..." Dijo Ayra sonriendo. No había ni rastro de un rostro antipático en la mujer que le había estado pagando cada mes.

"Señora..."

"Date prisa, Tissa... No quieres que Joe Joe me regañe..." Tissa bajó la cabeza, finalmente asintió obedientemente. A regañadientes, Tissa salió de la habitación de Ayra después de despedirse y saludar. En su mano no olvidó sostener el regalo del vestido.

"Anoche no se le podía contactar... Y ahora de repente envía un vestido. Esto es muy extraño... No es posible que de repente supiera que quería aceptar la oferta de ser su esposa...

"Parece que la señorita será la próxima señora..." Dijo el chófer que llevó a Tissa al salón.

"Qué dices... Tal vez solo sea una coincidencia..." Respondió Tissa. No quería hacerse muchas ilusiones sobre todo esto. Como ya había oído, Joe era un hombre al que le gustaba jugar con las mujeres.

Entonces, ¿qué pasaría con ella más tarde? Las hermosas y ricas pueden ser juguetes, y mucho menos ella que solo es una migaja de rengginang. Esto realmente asustó un poco a Tissa.

"No... Estoy segura de que el señor Joe habla en serio sobre su oferta... Eso espero..." Pensó Tissa, tiene que estar segura de que sus oraciones se hagan realidad.

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Continuará