ERROR: Rojo Carmesí

No era justo, estaba siendo demasiado injusta con el ¿Cómo podía aparecer así de repente en su gran sala de estar con ese vestido que acentuaba sus curvas?

Miró hacia otro lado cuando Rouse comenzó a dar vueltas en su lugar. Hasta su sonrisa parecía brillar como lentejuelas en el sol.

—¿Que me ves?—Le preguntó la chica.

Damián miro hacia otro lado, solo quería escapar, huir y empujarla para que lo dejara en paz. La odiaba.

—¿Ya te vas?—pregunto evadiendo la pregunta anterior.

—Querras decir, nos vamos.—Le corrigió ella y dió unos pasos hacia el de manera elegante.

—Yo no iré a ningún lado.

—No creo haberte dado una opción, Damián.—Elimino su sonrisa.— ahora tu eres mis ojos en otro plano, necesito que estés un poco cerca de la acción.

—Ni loco.—Se rehusó el y se levantó de la silla.

Rouse lo siguió con la mirada, parecía que estuviera tratando de descifrar cuáles eran cada uno de sus pecados.

Sus dos psicópatas compañeros lo miraban también, dividir y conquistar sería una tarea difícil.

Se detuvo un momento y se giro para ver a Rouse de brazos cruzados y los otros mirándolo con indiferencia.

—Vaya, reflexiona más rápido de lo que creí.—Se burló Rouse ladrando si cabeza.

.........

Quédate en la camioneta Dami.

Hackea las cámaras para que John entre y le robe el collar de diamantes que quiero Dami.

Dami te vez lindo.

Dami estaciona aquí y cómprame un helado de vainilla, no, de vainilla no, de fresas y chocolate.

Ahora soportaba menos su voz y el camino en el auto comenzaba a ser insoportable para sus oídos y cuestionó su fuerza de voluntad para no estrellar el Lamborghini contra una farola.

—¿Despues de esto puedo irme a mi casa?—Pregunto Damián a Rouse que comía plácidamente su helado en el asiento del copiloto.

—Por supuesto, Dami.

Seguía comiendo helado, y riendo de las tonterías que decía John, al parecer lo había perdonado por casi chocar su preciado Lamborghini al cual había apodado Victoria.

Damián no quiso preguntar porque le puso ese nombre pero ya lo suponía.

Denisa paso el resto del camino callada, hablaba de vez en cuando para darle instrucciones que aceptaba a regañadientes.

Llegaron a las afueras de la calle más cara de la ciudad.

—¿Cómo piensas pagar lo que gastes aquí?—Penso Damián en voz alta cuando estacionó. Rouse lanzo un bufido.

De la guantera tomo unas servilletas y se limpio sus manos, su helado se había acabado. Luego tomo un labial rojo y en el espejo del retrovisor retoco el rojo de sus labios.

—Para eso estás aquí.—Termino con el labial y abrió la puerta y salió del auto lentamente, despreocupada.—Denisa y John te explicaran.

Sacó un pequeño audífono de la cartera roja y brillante que tenía en sus manos y se lo coloco en la oreja.

—Bye.—Se despidió con una sonrisa y entró en el restaurante.

Era como una llama roja que llamaba la atención de todos, era como ¡mirenme! ¡Soy mejor que todos ustedes porque visto de rojo!

Era ridícula pero el era el único que la veía como una gran loca tonta e inteligente a la vez. Se maldijo en su mente por pensar eso, ahora era su oportunidad de comenzar a escapar de su dictadura.

—Muy bien hacker blanco ahora avanza y cruza en ese callejón.—Le ordenó Denisa y Damián se puso en marcha.

—Eres como la voz de Rouse cuando ella no está. Vaya...—Damian forzó su risa, era tiempo dividir y conquistar.—Me sorprende que tú no te vistas de rojo tampoco.

—Detesto el rojo, me gusta más el azul.—Replica Denisa indiferente mirando por la ventana.

—Quizas Rouse un día se despierta creativa y nos obligue a todos a usar vestidos rojo y brillantes.—Suspiró y estacionó.—Es muy creativa y como aquí nadie más tiene voz.

—No tienes ni un día con nosotros y ya entendiste todo.—Le dice John se forma relajada.—Me caes bien, aunque seas un idiota.

—¿Por qué soy un idiota?—Damian se volteo para mirar a John con el seño fruncido.

—Mmm...—John pienso un momento.—No lo sé... Eres idiota porque simplemente te resistes a las órdenes de Rouse.

—Eso era lo que estaba pensando.—Concuerda Denisa.—Deberias escucharla más.

—Y ustedes deberían dejar de tratarla como si fuera su Dios y su creadora.—espeta Damián y pasa las manos por su cabello.—¿Al menos pueden decidir algo de este loco plan?

La puerta trasera se abre y escucha un sonido de la puerta cerrandose. Mira hacia atrás y ve como Denisa da la vuelta para sentarse a su lado en el asiento del copiloto. Cerro la puerta con fuerza.

—Numero uno.—Dijo y coloco su dedo índice frente a el.—No tratamos a Rouse como una diosa, la tratamos por lo que es "nuestra jefa" además es nuestra amiga.—Levanto el dedo medio.—Dos, para tener voz en estas misiones tienes que ganartelo, tu no lo has ganado porque eres nuevo y no tienes la confianza suficiente. Yo me encargué de organizar la mitad de esta misión con Rouse. John fue desplazado porque aún no lo perdona por casi chocar a Victoria.

—Pense que ya lo había perdonado.

—¿En serio crees que es tan fácil?—Intervino John.— Rouse tiene dos moods, el primero es como te trata en las misiones y el segundo es cuando no estamos en misiones y ella trata de ser "normal".

Vaya, dividir y conquistar será más difícil de lo que Damián había pensado. Rouse tenía un sistema equilibrado donde su trabajo no se juntaba con a extraña vida personal. Ahora, tenía que conocer ambas.

— Y tercero.—Dijo Denisa después de unos segundos.—Estas muy lejos de lo que sea que estés planeando. Y si, Rouse me entreno bien.

.........

No pudo evitar reír por lo bajo mientras oía la pequeña discusión que se armó en su amada Victoria a través de su audífono, sabía que poner micrófonos en su Lamborghini era una fantástica idea.

Era simplemente hilarante para ella. Varias personas la miraron el el ceño fruncido mientras con una sonrisa llevaba la copa a sus labios.

Oh, Damián, Dami. Apuesto a que estará pensando en dividir y conquistar.

¿Dividir y conquistar tan rápido? Por favor, a penas y se sabe el nombre de su equipo. Así no funciona, pero era malo.

No pudo evitar enojarse a la vez, esperaba que Damián comenzara a verla de otra manera cuando se dió cuenta que Velaria Nuñez es una criminal ¡Le está dando pruebas de que no es tan mala! Y aún así no confía en ella.

Pero entonces ella tampoco confíaria en el, ¿Dividir y conquistar? Ni hablar, mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos mas cerca.

—Oh por Dios, si tan solo eres un aseñorita

Y hablando de enemigos...

—¿Usted es la famosa Valeria Nuñez?—Sonrió tratando de reflejae dulcura.—Un placer.

—Oh, llámame Vale. Valeria Nuñez es demasiado formar para un jovencita de que ¿22 años?

—21 de hecho.—afirmó y Velaria Nuñez se sienta en la mesa. Al fondo logra ver a John, vaya que fue rápido, le sobrará tiempo.

—Y bien querida, aquí estoy para formar estos negocios contigo, uno de los socios dijo que era buena impulsando más allá los negocios.—Valeria Nuñez tomo la carta del menú y comenzó a leerla mientras hablaba despreocupadamente.

—¿Eso dicen?—Pregunta con una sonrisa fingiendo sorpresa.—Bueno, he estudiado bien como hacer las cosas.

—Tus padres deben estar orgullosos.

Una punzada en el pecho, esas palabras casi hacen que Rouse escupiera todo el vino delante de ella.

—Quien sabe. Soy huérfana.—Tomó unas servilletas, limpio su mandíbula y un poco en la mesa.

—Lo siento tanto.

Rouse sonrió, era triste recordarlo, pero la cara de pena de las personas cuando se enteraba no tenía precio.