Bruno se niega a una vida impuesta por su padre y acaba cuidando a Nicolás, el hijo ciego de un mafioso. Lo que comienza como un castigo pronto se convierte en una encrucijada entre lealtad, deseo y un amor tan intenso como imposible, destinado a arder en secreto… y a consumirse en la tragedia.
NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
SENTIMIENTO
Ernesto nos dejó justo frente a una de las entradas principales del hospital. El movimiento era constante: gente que entraba con pasos apresurados, familiares que salían con semblantes cansados, enfermeros empujando camillas. Un ir y venir interminable que me resultaba tan extraño como fascinante.
Nunca había estado en un hospital. Aquella sería mi primera vez. Y no pude evitar sentir un leve cosquilleo en el estómago, una mezcla de nerviosismo y curiosidad.
—Bien… creo que es momento de entrar —murmuré, como si buscara darme ánimo.
El edificio se alzaba imponente, con sus ventanales que reflejaban la tarde y esa sensación de ser un lugar donde la vida y la muerte podían cruzarse en un mismo pasillo. Me intimidaba.
—Tú guíame —dijo Nicolás con voz tranquila, apretando mi mano—. Sigo dependiendo de ti.
El contacto de sus dedos me ancló a la realidad. Tomé su mano con más firmeza y entrelacé nuestros dedos como si de verdad pudiera guiarlo. Sentí su calor en mi piel y, por un instante, olvidé todo lo demás. Caminamos así, unidos, hasta atravesar las puertas de cristal que se abrieron con un suspiro eléctrico.
La recepción estaba llena de voces, de pasos, de el ruido constante de máquinas expendedoras y teléfonos. A un costado, una cafetería de Starbucks desbordaba aroma a café recién hecho y pan dulce. El olor me golpeó con fuerza, haciéndome salivar.
—¿Sabes dónde quedan las escaleras? —pregunté mientras buscaba con la mirada alguna señal.
—¿Escaleras? —repitió Nicolás, frunciendo el ceño bajo sus gafas oscuras.
—Sí… ¿cómo vamos a subir al décimo piso si no encuentro por dónde?
Su risa estalló cálida, espontánea, y me hizo sentir torpemente expuesto, como si acabara de decir la cosa más ingenua del mundo.
—No necesitamos usar las escaleras —respondió, divertido—. Iremos en el elevador.
—¿Elevador? —pregunté, arqueando las cejas.
—Nuestro método para subir al piso diez —dijo con naturalidad.
Me quedé en silencio un segundo.
—Nunca me he subido a uno de esos…
Dirigí mi atención hacia su rostro. Sus gafas oscuras le daban un porte elegante, pero era su sonrisa lo que realmente me desarmaba: amplia, genuina, como un secreto compartido solo entre nosotros.
—Bueno —respondió él con un dejo juguetón en la voz—, siempre hay una primera vez. Hoy te subirás a un elevador.
—Supongo… —esbocé una sonrisa tímida.
Seguir tomados de la mano era una sensación a la que, de alguna manera, ya me había acostumbrado. Se sentía natural, como si mi lugar estuviera justo ahí, entre sus dedos.
—Llévanos —continuó él— hacia donde veas gente esperando tras unas puertas metálicas.
Asentí, pero mi atención se desvió. El olor a café espumoso seguía persiguiéndome, despertando un antojo difícil de ignorar.
—Se ven buenos los cafés de esa cafetería… —dije casi sin querer.
—¿Quieres que te compre uno? —preguntó con calma.
—No… solo decía. Hay mucha gente.
Mentía. Claro que se me había antojado. Y mucho.
—¿Seguro? —su tono sonaba incrédulo, como si adivinara lo que callaba.
—Eso no importa ahora —respondí rápido—. Buscaré el elevador.
Lo encontré justo cuando unas puertas metálicas se abrían y la gente salía en tropel. Intentamos avanzar, pero las puertas se cerraron demasiado pronto. Encima del marco, unos números rojos comenzaron a ascender de manera ordenada.
—¿Ya llegamos al elevador? —preguntó.
—Sí. Ahora debemos esperar a que vuelva a abrirse. ¿Y qué se supone que debo hacer cuando estemos dentro?
—Muy fácil: buscas el tablero numérico y presionas el uno y el cero. Piso diez.
Asentí, aunque la idea de aquel “viaje vertical” me generaba cierta tensión.
Segundos después, las puertas volvieron a abrirse. Esta vez, solo nosotros dos entramos. El espacio era reducido, iluminado por una luz blanca que rebotaba en los espejos laterales. Me observé reflejado en ellos y noté lo nervioso que parecía.
Tal como me indicó, presioné el número diez. Las puertas se cerraron con un sonido seco y, de inmediato, una sacudida recorrió todo mi cuerpo. Sentí que mis intestinos daban un brinco.
Me aferré sin pensarlo al brazo de Nicolás y terminé abrazándolo.
—¿Se te espantaron las tripas? —preguntó con tono burlón.
—Sí —admití, con una mueca de incomodidad.
—No te preocupes. Todo está bien.
Su voz era como un calmante. Me aferré con más fuerza a su mano. Noté que él, sin dudar, rodeaba mi cuerpo con su otro brazo, acercándome hasta sentir su calor contra mí.
Hundí el rostro en su pecho. Olía a perfume masculino, elegante, profundo. El aroma se mezclaba con algo más: el latido firme de su corazón bajo la tela de su camisa.
El tiempo se detuvo. El mundo entero podía estar afuera, moviéndose, pero en ese instante solo existíamos él y yo, suspendidos en aquella cápsula metálica que ascendía sin prisa.
Otra sacudida me recorrió el vientre y luego una ligereza extraña me indicó que ya habíamos llegado. Las puertas se abrieron, pero cuando intenté apartarme para recuperar mi papel de guía, su abrazo me lo impidió.
Me sostuvo más fuerte que antes. Su calor se impregnaba en mí, y la firmeza de su pecho me daba una paz que jamás había sentido.
¿Por qué no me dejaba ir? ¿O era yo quien no quería apartarse?
El elevador permanecía abierto, invitándonos a salir, pero sus brazos me mantenían allí, protegido en un silencio cargado de algo nuevo, casi eléctrico.
Me sentía tranquilo, demasiado tranquilo. Y al mismo tiempo, expectante.
Como si, en aquel instante, algo entre nosotros estuviera cambiando.
Nico me gusta... quiero saber más!!!
unos capítulos más, porfaaaaa
Estoy encantada de leerte nuevamente 🤗
Voy leyendo todas tus novelas de a poco...
Dejo unas flores y pronto algún voto!!! por favor no dejes de actualizar, me gusta mucho como viene esta historia 💪♥️