Rayo. Juego De Troyanos.

Aurora, lo lamento mucho, no fue a propósito.

Alberto se sintió mal por despertarla de esa manera; sin embargo, la chica quedó embobada con su mirada. Nunca lo había visto tan relajado. Sus pupilas estaban contraídas y el celeste de sus ojos resaltaba aún más. Por alguna razón, Alberto despertó con muy buen ánimo, como si nada sucediera.

—No te preocupes, no fue para tanto —respondió ella, logrando que el joven sonriera.

Minutos después, Alberto se levantó con prisa.

—¡Hoy es domingo! Mis padres acostumbran a desayunar en el jardín. Nos vemos ahí, y por favor, no comentes nada de lo que pasó entre nosotros.

La mirada de Aurora cayó de inmediato al suelo. No esperaba escuchar tal cosa.

—Ey… no te pongas así, déjame manejar esto, solo dame tiempo. Con esas sutiles palabras salió de la habitación.

En el jardín, Santiago miró a su alrededor, parecía buscar a alguien.

—Abuela, ¿mi tío no se ha despertado? Era a Alberto a quien esperaba ver.

—Ya está por venir, solo dale tiempo —contestó Rayo por Nicole, evitando que ella subiera a buscarlo.

En ese momento, Aurora bajó con un vestido floreado. Era un poco holgado, pero no se veía mal.

—Buenos días, señorita, ven, siéntate aquí —le dijo Santiago, señalando el asiento a su lado.

Pero el que se sentó allí fue Alberto.

—Gracias, sobrino. Aurora, ven aquí.

El joven Beach la colocó lejos de su sobrino. Evidentemente no permitió contacto entre ellos.

Esa mañana, nadie tocó el tema de lo sucedido la noche anterior; respetaron el desayuno familiar.

Nicole se dedicó a hablar de Jimena, quien últimamente era su mayor compañía. Pero hubo algo en particular que dijo:

—Mi niña se parece mucho a Kenneth.

A lo que Thiago murmuró:

—Me arrepiento de haberlo aceptado en la familia.

Inmediatamente, Alberto captó el mensaje y la molestia de su padre.

—Papá, sigues enojado… Ese pobre muchacho no tiene la culpa. Jime es una niña muy hermosa, aunque hayan predominado los genes de los Loría, ella sigue siendo una Beach y es muy bella.

Lo que tenía molesto a Thiago era que Kenneth se parecía demasiado a su padre. En conclusión, la niña también se parecía a Ricardo… y eso lo disfrutaba el señor Loría, pues su otra nieta, Antonella, era como ver a la señora Amelia. Ricardo aprovecha cada momento que pueda para recalcar a Rayo su parecido con Jimena, él sabe perfectamente, que Victoria es la niña de los ojos de Thiago.

—Lo importante es que yo soy su abuelo favorito —se jactó Rayo. Y en eso no mintió. Como Victoria pasaba trabajando, era Nicole quien cuidaba de la niña cuando no estaba en clases. Y claro, Rayo la consiente en todo.

—Ya tendré tiempo para verla. Por cierto, también tengo que resolver lo de la universidad. Además, Aurora estará por aquí un tiempo, y ella no puede dejar los estudios.

—Pueden hacerlo en donde yo asisto —interrumpió Santi.

—No… jamás lo haría, no soportaría dormir ahí —se negó de inmediato Alberto.

Esa universidad es la mejor, y no era obligatorio una estadía, sin embargo, había sido decisión de Douglas, solo para que Santiago no fuera una carga para sus padres.

—Ya lo veremos con más calma —intervino Nicole.

Aurora permaneció en silencio mientras ellos se ponían al día y habían planes a futuro.

Lejos de ahí, Victoria corría con unos preparativos.

—El salón de eventos está confirmado, cada pieza de la colección lista para mostrarse. La pasarela mide tres metros, y las modelos también están confirmadas… —decía caminando de un lado a otro, con el teléfono en altavoz.

A su lado, Susana recogía el cabello de la niña.

—Tu mami hoy está muy estresada. El lanzamiento es el próximo fin de semana, y tiene que asegurarse de que todo quede perfecto.

Victoria terminó la llamada e instantáneamente recibió una fotografía con un mensaje:

> Señora Victoria, las modelos Katty, Brisa y Dorothy sufrieron un accidente. Una de ellas está grave. El auto en que viajaban chocó en la autopista. Esto es una tragedia.

—¡Madre mía! —exclamó al ver la fotografía del auto destrozado.

La chica Beach respondió de inmediato con un audio:

> Casa Moda cubrirá los gastos del hospital. Mantenme informada de todo. Sobre todo el estado de ellas, cualquier cosa me lo haces saber.

Tras enviar el mensaje, se dejó caer en el sofá.

—Pobres chicas… —comentó a su suegra, quien le hizo ver la realidad.

—Vicky, ¿acaso ellas no son las modelos principales del lanzamiento? —Por lo visto ellas mantienen una buena comunicación..

—Oh… por Dios… —Victoria se frustró—. Mi madre me dejó a cargo de la compañía, está confiando en mí, pero no sé si voy a poder…

Kenneth, que la observaba, se acercó al verla al borde del llanto.

—Recuerda lo que te dijo la señora Nicole: puedes acudir a ella. Aunque te haya dejado a cargo, siempre está pendiente. Estoy seguro de que podrá conseguir una modelo estrella. También está tu cuñada, que siempre apoya a Casa Moda. Así aprovecho y veo a mi hermana.

Kenneth se sentó a su lado y le sujetó las manos.

—Todo va a salir bien. Tu madre no se enojará por esto, es un accidente.

Victoria respiró profundo.

—Tienes razón. Se lo diré mañana; hoy está con mi padre y no me gusta interrumpir su descanso.

Kenneth asintió al ver que su esposa se relajaba un poco. Sabía que Nicole tenía gran trayectoria en la industria de la moda, con magníficos lanzamientos. Una experta como ella sabría cómo salir de apuros como ese. Además, en su equipo podía conseguir tres figuras importantes para sustituir a las chicas accidentadas.

Aunque, en realidad, no había sido exactamente un accidente… pero los detalles se sabrían más adelante.

En el estudio, el señor Ricardo hablaba por teléfono. Bueno, no hablaba exactamente: reclamaba a uno de sus amigos incondicionales.

—Rayo, ¿cómo demonios no me avisaste? ¿Sabes cuánto tiempo llevo sin sentir una verdadera emoción? Ya casi me siento como un viejo cascarrabias. Si sigo así, terminaré sufriendo de la espalda, caminando con bastón o en silla de ruedas…