Una Princesa Sin Fronteras

La archiduquesa no entendió mucho la situación, solo notó a su esposo más serio… aunque el rostro del General se suavizo, al ver la sonrisa de sus hijas.

Beatriz: ¿todo bien?

Felipe: si mi amor…

La fiesta de cumpleaños de las hijas de Beatriz y Felipe fue hermosa, llena de risas y cariño… Elena a pesar de todo, se sentía inquieta…

[tenía que haberle contado a Bernard, es que ciertamente, Ignacio ya no me importa, no quiero que él lo vaya a malinterpretar]

Felipe Lennox, miró a la princesa y a Bernard con tranquilidad

Felipe: me alegro verte contento cuñado…

Bernard: estoy muy feliz…

Felipe: que bueno…

Beatriz: Princesa recuerdo que un día en el imperio, vi a su padre… es todo un emperador…

Felipe: jajaja querida mia, no asustes al cuñado, seguramente después conocerá al emperador Vitorio…

Beatriz asintió, pero mostró su preocupación en su rostro, lo que le indico a su esposo que debía manejarlo… él no permitía que nada perturbara a su amada mujer, por lo que decidió hablar de inmediato con los príncipes.

Aun la fiesta no terminaba, cuando Felipe salió con Ignacio y Leandro hacia su oficina.

Felipe evidentemente molesto, habló con seriedad y la experiencia que le había dado, ser un General Imperial.

Felipe: Primero que todo, sí los vuelvo a ver discutir o preocupan a mi esposa… yo mismo los atacaré a los dos… y estarán desapercibidos atacándose entre ustedes… entienden a lo que me refiero…

Ignacio y Leandro asintieron.

Felipe: Empezaré con mi hermano… Ignacio, te vuelves a acercar a la princesa Elena o a mi sobrina y nunca obtendrás la información que viniste a buscar… ni de mí, ni de mi padre…

Ignacio: eso no es justo… lo sabes…

Felipe: tampoco lo es, que acoses a las señoritas, además solo estas cosechando lo que has sembrado por años…

Ignacio: es mi hijo…

Leandro: ¿hijo?

Felipe: Príncipe Leandro, ¿Qué intenciones tiene con mi sobrina?

Leandro: Felipe Lennox, entiendo la molestia por lo sucedido en tu casa, pero, no es a ti a quien tengo que darle explicaciones…

Felipe: Bernard, piensa que Berenice sabe tomar buenas decisiones y confía en su juicio, pero, yo no confío en usted

Leandro: ¿Cómo sabe lo que él piensa? además, mis intenciones con ella son serias…

Felipe: ¿de verdad?

Ignacio: ¿en serio?

Leandro: príncipes, nos conocemos hace años, nuestros padres como emperadores coincidieron muchas veces… puedo asegurarles que esta vez, hablo con la verdad…

Felipe: nos conocemos, te he visto con varias señoritas o mujeres casadas… este cambio es algo sorpresivo

Ignacio: es verdad…

Felipe: tú eres igual…

Leandro: si Berenice me acepta, quiero llevarla a la isla… que sea mi esposa, por las leyes del imperio de Oro.

Felipe: mmmmm aun así, si ella no te acepta, espero que tengas la decencia de dejarla en paz.

Leandro: esta bien…

Felipe: sobre mi cuñado y su hermana…

Leandro: créame que le he buscado defectos a Bernard Rhys, pero es un maldito bonachón… asi que, yo no me opongo, Elena está feliz… aun así… usted conoce a mi padre… será difícil tratar con él…

Felipe: lo entiendo…

Leandro: por eso, príncipe Ignacio, no se acerque a mi hermana, ella ahora está feliz, con Rhys, no quiero verla llorando nuevamente por usted… ni menos que se acerque a Berenice…

Ignacio: esta bien, no lo haré a la princesa Elena, la respeto, nunca fue mi intención hacerle daño… hoy solo quería disculparme con ella… A la señorita Berenice, también, no me interpondré entre ustedes, pero si ella no lo acepta…

Felipe: Ignacio, eso lo verá su familia, nosotros nos preocuparemos de ella, tú tienes otras cosas en las que ocupar tu tiempo…

Ignacio: bien…

Ignacio y Leandro salieron de la oficina y Felipe mandó a llamar a su sobrina.

Felipe: ¿Cómo estas Berenice?

Berenice: bien tío, ¿usted? ¿todo bien?

Felipe: hablé con Leandro Volt…

Berenice: eh… ah…

Felipe: al parecer el príncipe va en serio…

Berenice: ¿de verdad?

Felipe: a mi también me sorprendió…

Berenice: mmmm

Felipe: no quiero que te sientas presionada… sabes que cuentas con nuestro apoyo.

Berenice: gracias tío… pero, aun tengo muchas cosas que pensar…

Felipe: entiendo… Berenice, tu siempre has sido independiente, pero sabes que tu familia te apoyara en lo que decidas, tanto tu familia de Barnes, como tú familia aquí en el Imperio.

Berenice: Gracias tío… por cierto, mis hermanos menores, te mandaron un mensaje

Felipe: jajaja me imagino, acerca de nuestra siguiente pelea

Berenice: jajaja si, ahora se están entrenando con Boris

Felipe: jajaja eso es bueno… todavía tengo tiempo para convencerlos de que se inscriban en la academia militar aquí en el imperio jajaja

Después de despedirse de su tío, Berenice subió directamente a su habitación, recordando las palabras de había escuchado…

[Al principio, yo no quería nada serio. Me parecía más fácil así: sin promesas, sin ataduras, sin el riesgo de que alguien entrara demasiado en mi vida. Y luego apareció Leandro, con su sonrisa fácil y esa forma de decir lo que una quiere escuchar… o lo que cree, que una quiere escuchar. No puedo negar que él me gusta, pero también sé quién ha sido, lo que todos dicen del famoso príncipe Volt, ese historial que lo persigue como una sombra. Cuando me dijo que fuera con él a la isla… realmente pensé que era parte del calor del momento, pero ahora habló con mi tío Felipe… No sé si pueda creerle, porque sé que las palabras pueden ser dulces trampas… lo vi con mis padres tantas veces… Tal vez sus palabras sean sinceras… o tal vez sólo sea otra historia que terminará como todas las demás. Me debato entre las ganas de creer y el instinto de protegerme. Quizá sea injusto juzgarlo por su pasado, pero también sería ingenuo ignorarlo. Por ahora, prefiero observar, escuchar, y dejar que el tiempo demuestre si sus palabras son semillas que florecen… o promesas que el viento se llevará.]

Mientras, Bernard hablaba con Elena, pero él notaba la preocupación en su rostro…

Bernard: sabes que cuando cumplí 15 años, me gustó una mujer aquí en el imperio…

Elena: ¿de verdad?

Bernard: si, fue cuando vine por primera vez al imperio, a la boda de mi hermana, allí conocí a la maestra del príncipe Ethan…

Elena: ¿a usted le gustó la emperatriz Arely?

Bernard: jajaja fue un día de ilusión, pero si…

Elena: wow eso es sorprendente…

Bernard: solo era un niño de campo que recién conocía el mundo… los negocios de las posadas aun estaban empezando… creí que es deslumbramiento era importante… pero, no se compara con lo que siento por usted…

Elena: lo entiendo…

Bernard: ¿de verdad?

Elena: ciertamente, yo también me ilusioné con un Lennox, creí en las palabras de Ignacio… pero, ahora, él no me provoca nada… sé que debí decirle antes…

Bernard: esta bien… no se preocupe… yo quiero ser su futuro…

Elena: no será fácil… mi familia es muy especial…

Bernard: lo entiendo… pero, usted todo lo vale…

Elena se acercó a él y le dio un suave beso en los labios, ambos sonrieron y se mantuvieron abrazados conversando.