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Aria De Vida

Aria De Vida

Status: En proceso
Genre:Acción / Superpoder / Sci-Fi
Popularitas:418
Nilai: 5
nombre de autor: Koh

Ella siempre fue un experimento y nunca había visto el mundo exterior. Cuando al fin la dejaron salir, experimentó de primera mano la complejidad de los humanos y sobre todo, la vida en sí misma, salpicada de melodias alegres y tragicas.

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Capítulo 15

Chang cayó pesadamente al suelo. Tenía moretones en la cara, heridas en la espalda y posiblemente una costilla rota. Lo dejaron solo en la celda oscura insonorizada, querían intentar romper su espíritu, pero Chang solo se río ante sus tácticas.

Aunque su risa le hizo gemir por el dolor de su tórax.

Miró el techo, o bueno, lo que debería ser el techo porque el lugar estaba totalmente oscuro, mitigando sus sentidos para ponerlo ansioso. Chang suspiró de alivio saber que había enviado a esos cuatro fuera de la ciudad a tiempo o nadie lo contaría. Estaba seguro que no se había filtrado nada, pero lo más probable es que hubiera un traidor en sus pocos hombres de confianza; sin embargo, ya nada importaba. Ellos se habían ido y él mismo solo moriría ante sus torturas, no había manera de pasar alguna última información, todo había terminado para él.

Esperaba, realmente esperaba que esos cuatro lograran llegar a la base Berserke. Porque ahí recibirían la ayuda necesaria para pelear, pues la guerra ya era un hecho no una posibilidad. Por eso le había arrojado la carnada a Ryan. Realmente su hijo estaba ahí, había vivido en ese lugar por muchos años y no lo hizo en vano. Chang logró rescatarlo y esconderlo en ese grupo “terrorista” como un seguro, y ciertamente no esperó usar esa información de esa manera; Chang hubiese querido confesarle la verdad a su amigo, pero no sabía que reacción tendría Ryan si supiera todo lo que hizo para que él volviera al escuadrón.

En se entonces no creyó que las cosas escalaran tan rápido en los últimos cinco años; toda la información que había llegado a sus manos, toda la corrupción que aún pudría a este mundo ya acabado, parecía que la esperanza de la humanidad se esfumaría como el humo; tomó la elección de meter las manos para evitar la destrucción total de todo lo conocido en el mundo. No quería ser un héroe, y tampoco tenía el poder para serlo, pero ciertamente no estaba solo, no era el único que quería que todo esto acabara.

El contacto con ese grupo catalogado como terrorista, le dio la esperanza de emprender un plan. Esperaba que no llegasen a eso, sin embargo, no todo el mundo compartía la misma idea de paz y armonía; tendrían que luchar a tres bandos y el panorama no era alentador. Pero no había opciones si querían luchar por un fututo menos siniestro y esconderse no era la solución, porque tarde o temprano también les darían caza y ningún lado sería seguro, aunque ahora mismo tampoco lo era del todo.

Los sentidos de Chang empezaron a silenciarse y lo único que lo mantenía en el presente era dar vueltas en su mente y pensar en su hermano fallecido. La guerra mató a su hermano, como muchas familias de tantos soldados. Xiao Ting solo quería salvar gente, dar alivio a los soldados heridos, intentar curarlos para que regresaran con sus familias, por eso no le importaba ser médico militar y estar en esas bases improvisadas, llenas de soldados sin miembros gritando de dolor, la sangre por todos lados y las explosiones a lo lejos.

Cerró los ojos Chang. Ante la oscuridad casi podía escuchar esa explosión, justo en esa base donde su hermano operaba a los soldados.

Corrió con el corazón en la garganta, los oídos pitando por el sonido del estallido y el aire en sus pulmones quemando. Quitó los escombros con urgencia sin importar si sus manos se desgarraban o se desprendían sus uñas, incluso un metal arañó una de sus mejillas, pero no le importó; necesitaba encontrar a Xiao Ting. Y al fin, aun en los escombros vio el cuerpo, o lo que quedaba de él, de su hermano, tendido, con sangre por todos lados. Lo vio mover los ojos y lo abrazó con prisa.

Su garganta se apretó, y no pudo evitar sollozar mientras le temblaban las manos al sentir la sangre del cuerpo roto de Xiao Ting, escurrirse en la tierra.

-Estarás bien – mintió descaradamente – Estarás bien… Xiao Ting…

-Her… hermano – jadeó Xiao Ting con la voz ronca, escupiendo sangre – Yo… yo… ha… hace fri… frío… frío…

Chang solo pudo apretar los ojos, con las lágrimas quemándole; su cabeza zumbaba, su cuerpo temblaba y su pecho ardía.

-Solo… solo cierra los ojos… ya no habrá frío… te lo prometo

-Yo… Young… Young… n… no… llores…

Chang vio el último exhalo de su hermano, cómo la luz de sus ojos se pagaron, mirándolo. Como si no quisiera olvidar a su hermanito Young Chang. El pecho de Chang se contrajo ante el dolor de ver morir a su único pariente en este mundo, lo abrazó con fuerza contra su torso, gritando ante la desgracia mientras las explosiones a su alrededor desgarraban el entorno, y el mundo se desmoronaba ante sus ojos, pero nada lo alejaba del cuerpo inerte y destruido de su hermano.

Xiao Ting solo quería a salvar a las personas.

El ruido de la celda abriéndose lo sacó de sus pesadillas, se removió alertado y se sentó rápidamente a pesar del dolor de su costado derecho. Las luces blancas se encendieron por el lugar frío y gris de metal, y por la puerta se asomó un hombre que reconoció. Leo Martínez. Era uno de sus hombres “leales”, pero ya no estaba seguro.

-Mayor Chang – se agachó para abrazarlo en un costado y levantarlo – No tengo tiempo, logré crear una distracción improvisada pero dudo que los tenga entretenidos tanto tiempo.

-¿Realmente viniste a rescatarme o es para terminar mi vida?

-Vine a salvarlo – lo cargó en su espalda y corrió por los pasillos hasta llegar a una bifurcación y salir por una puerta vacía – Sé quién es el traidor y estoy seguro que ya notó mi ausencia.

Chang aun no creyó, pero como de todas formas iba a morir, no le importaba si lo que decía era verdad o no, si lo ayudaría o no.

Lo llevó hasta la cabaña donde se quedaban Ryan y los demás, detrás de la casa había un coche blindado, al acercarse, salió un hombre y Leo se puso en alerta.

-Perro bastardo, sabía que eras tú – escupió Leo con ira reprimida.

Un soldado con cabello negro y ojos oscuros le saludó con una mueca burlona.

-Hablando de perros, a ¿dónde llevas al prisionero?

-¡Solo muere, imbécil!

No le dio oportunidad de reaccionar al traidor, con su poder de telequinesis lo golpeó contra el auto, solo pudiendo aturdirlo por un momento. Dejó a Chang en el suelo, apoyado en al auto y su cuerpo se modificó, para verse como una bestia mítica. Cuernos y cabeza como toro, brazos y piernas grandes y fuertes, haciendo que el uniforme se expandiera hasta casi romperse.

Chang estaba impresionado. Su subordinado era un daimon de alto nivel.

Entonces lo vio arremeter contra Max, el traidor, quien se había levantado de nuevo. Asombrado por la transformación de Leo, no pudo evitar la embestida y cayó pesadamente al suelo, convulsionando por el dolor de los huesos rotos, pero el daimon no tuvo piedad y con su mano enorme, le apretó el cuello hasta romperlo.

Luego de cerciorarse que Max estaba muerto, Leo regresó a su forma humana; se acercó a Chang y lo subió al auto, pero antes se cercioró que no haya alguna bomba, luego de estar seguro, se subió al auto y condujo a gran velocidad, alejándose del cuartel en el que se veía un humo saliendo en la zona de oficinas del lugar.

-Eres un daimon – reclamó Chang.

Leo solo sonrió con burla.

-Lo siento, mi gente no confiaba mucho en ti. Tuve que infiltrarme. No sabíamos si podíamos fiarnos de ti, de tus hombres, ni de la información que pudieras darnos.

Chang quería maldecir, pero ciertamente, gracias a ello, estaba saliendo con vida del lugar.

-Ya no importa – suspiró cansado. Pensó en Alice – ¿Podremos llegar con ellos?

-Lo siento, no – el coche se tambaleó ante el suelo accidentado – Necesitamos llegar a la base primero y luego mandarlos a buscar. Esperemos que sigan vivos, los están persiguiendo.

¡Qué! – Chang se enderezó con brusquedad y jadeó por el dolor.

-No te preocupes, vi lo que podía hacer esa niña. Sin duda no morirán tan rápido.

-No es un consuelo – replicó Chang molesto.

-Ten fe en ellos.

Ciertamente es lo único que podía hacer Chang. Realmente esperaba que estuvieran vivos para cuando los fueran a buscar.

1
YueYue
Brillante
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