¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
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Capítulo 15 : El testamento de Runhui.
...⚘...
Un llanto ahogado resonó en el templo, haciéndonos voltear.
—Runhui —la voz era un hilo —Cariño, mi querido emperador, ¿cómo es que has podido irte y dejar sola a tu emperatriz?
La poca gente presente bajaron la cabeza abatidos.
Odette entró al templo de manera lamentable, en una silla de ruedas que era empujada por el gran sacerdote. Sollozando y clamando el nombre de Runhui con la cabeza gacha y la mirada perdida en el suelo.
Supongo que, esos hombres de verdad le destrozaron las piernas hasta el punto de no dejarla caminar.
La gente se inclinó en revenrencia y, mostrando sus condolencias a la emperatriz “abatida” por la muerte del emperador.
El sacerdote estacionó la silla de rueda frente a nosotros y, nos hizo una mueca.
—Sus condolencias —nos fulminó a Cai y a mí —ahora.
Cai no refunfuñó e inclinó el cuerpo aunque no dijo nada.
Entonces el sacerdote me fulminó solo a mí.
Odette levantó la cabeza, dejándome verle la cara golpeada e hinchada. Me miró, esperando mi reverencia.
“Vamos, inclinarte ante tu madre. Todos están viendo, así que aquí no podrás desobedecerme ni ofenderme”—los pensamientos de Odette podían ser leídos con facilidad.
Solo hagamos esto rápido. Si puedo evitarlo, no quisiera hacer de esto un escándalo.
Incliné el cuerpo.
—Madre —miré al sacerdote —¿cómo has estado?
La cabeza se me volteó cuando me cacheteó con fuerza.
—¡Su alteza! —gritó el sacerdote; desconcertado.
Volví la cabeza y la miré. Esbocé una sonrisa.
—De casualidad, ¿he ofendido a madre de algún modo?
La vi reírse, disfrutaba verme mostrar un poco de obediencia.
Entonces, volvió a doblarme la cara de un golpe; haciendo enrojecer mi otra mejilla.
—¡Su alteza emperatriz, pare ya!—volvió a gritar el sacerdote.
Se llevó la mano a la boca. El cuerpo le tembló, aguantando la risa. Disfrutaba esto.
Pero, sus malditas risitas cesaron tras el manotazo que le di, haciéndola caerse de la silla.
Me miró asustada desde el suelo.
¿Creíste que porque estamos rodeados de gente importante iba a quedarme quieta?
Maldita vieja. Ya comienzas a cansarme.
—¡Princesa Gwshan!—ahora el sacerdote me gritó a mí.
Se agachó y, con la ayuda de los otros hombres levantaron a la mosca muerta, que no podía mover las patas.
—¡¿Cómo te atreves a abofetear a tu-?!
—Cállate.
Tu voz me repugna.
—¡Silencio! ¡Respeten la memoria de su alteza, el emperador!
Que molesto.
Un hombre extraño que vestía telas finas y espléndidas se presentó entre la gente, sosteniendo un rollo de papiro en las manos.
Ese hombre es el notario imperial y, ese rollo en su mano, es el testamento de Runhui.
El templo quedó vacío, únicamente con miembros de la familia imperial de Gwshan.
—No es necesario que se presente o nos dé sus condolencias, notario Yang.
Odette, como toda una sinvergüenza, quiso ahorrarse las formalidades.
—Entonces, iré directo al grano.
Conseguí ver la mueca de superioridad que llevaba Odette plasmada en la cara.
Aunque me causaba repugnancia, la realidad es que, estoy muerta.
Runhui murió antes de cambiar sus escrituras, y también adoptó a la hija de esa mujer, por lo que, en ese pergamino, es muy probable de que ni siquiera esté mi nombre.
El hombre abrió el pergamino y comenzó a leerlo.
—...tras mi fallecimiento, todos mis bienes y propiedades, en términos generales, el imperio Gwshan, por ley serán cedidos a mi primogénita y única hija Mei Lu Gwshan...-
¿Qué?
—... Sin embargo, todo lo antes mencionado pasará a sus manos solo si mi primogénita se compromete en el plazo de cuarenta y nueve días a partir de mi muerte, con la intención de casarse en el plazo de un año. En caso de que nada de esto ocurra en el plazo determinado, lo recién mencionado pasará a manos de mi hija adoptiva, el cual está dispuesta a aceptar dicho matrimonio sin protestas. Hasta que pase el período ya mencionado, el imperio Gwshan quedará temporalmente a manos de la duquesa viuda Gwshan (madre de Cai).
El notario enrolló el pergamino otra vez y lo guardó.
Incluso después de morir, el anciano sigue siendo muy terco.
—¡¿Qué?!
El grito chillón de Odette resonó en el templo.
Cayó miserablemente al suelo cuando tuvo la intención de levantarse. Se arrastró como un gusano a los pies del notario.
—N-No, ¿n-no leyó algo mal? ¡S-Se suponía que todo quedaría a manos de mi hija!
—Pero, ha quedado a manos de tu hija, madre.
Le mostré una sonrisa.
Me ignoró y siguió arrastrándose en los pies del notario.
—Tengo una carta de parte de su alteza, el emperador Runhui para usted, princesa Gwshan.
Ignoró por completo a Odette e inclinó el cuerpo ante mí, extendiéndome una carta sellada.
...⚘...
Han sido tres días desde la muerte de Runhui. La celebración del compromiso de la prima del emperador Hwanhuan y, por lo tanto, el Baijiaji que estaban pautados para llevarse a cabo hace dos días, fueron pospuestos debido a la “amistad” que tenía el emperador Hwanhuan y mi padre. Aunque solo lo pospusieron cuatro pobres días, lo que significa que, esta es mi última noche en Gwshan.
He decidido asistir luego de leer la carta de Runhui.
| Seguro te has llevado un gran susto cuando escuchaste que me morí, ¿verdad? Pero, no soy tan mal padre después de todo, a pesar de tener una hija tan testaruda como tú. Probablemente, para entonces ya habrás escuchado lo que he escrito en mi testamento. Ciertamente, si eres terca, entonces yo lo soy aun más, lo que me ha llevado a arrinconarte. Solo tienes dos opciones, ¿por qué lo piensas tanto? Incluso sabiendo eso, te di al menos un mes para que pudieras pensarlo detenidamente. Si después de esto sigues decidida a no casarte, entonces tu padre se molestará, ¿si? Esa hija ilegítima de tu madre...no me cayó bien.
Volviendo al tema, sé que asistirás a la celebración en Hwanhuan. Asegúrate de probar a esos dos hombres. Uno de ellos será el futuro esposo de mi única hija después de todo.
Había discutido con Odette acerca asignarte una dama de compañía proveniente del imperio Hwanhuan. Al principio estaba de malas, pero luego aceptó sin protestar. Es algo extraño, ¿no lo crees?
Sé que eres inteligente, Mei. Sinceramente, me he regocijado de haber sido tu padre. Cuando seas feliz, entonces este anciano será capaz de descansar en paz.
Posdata: Dame lindos nietos. |