Leonardo es un joven y atractivo CEO que no cree en el amor, ni en el matrimonio. Ama su libertad y su licenciosa vida y así es muy feliz, pero una cláusula dejada en el testamento por su padre antes de morir, lo obliga a casarse en el plazo de un año para obtener su herencia. Dispuesto a no perderla, a Leonardo se le ocurre una brillante idea. Le ordena a su secretaria publicar un anuncio buscando una hermosa mujer que finja ser su esposa por dos años. No ha sido nada fácil la elección, las que responden el anuncio no son de su agrado. Pero entonces un día se presenta en la empresa una bellísima y sensual mujer buscando empleo. Cuando Leonardo la vió no dudó ni por un instante en elegirla. ¡No busquen más! Ella será mi futura esposa. ¿Aceptará Anya casarse con este playboy? ¿Y si se casan, se convertirá este falso matrimonio en UN AMOR DE VERDAD?
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CAPÍTULO 16.
Amaneció. Llegó un nuevo día. El sol resplandece en el horizonte. En el hogar de Anya todo es nerviosismo y agitación. Las tres mujeres se acicalan. Se ven hermosas. La primera en estar lista es la madre. Así que va donde su pequeña hija y la ayuda a peinarse.
Anya, frente al espejo se mira y siente que ese vestido es muy escotado, pero ya no hay nada que hacer. Demasiado tarde para hacer un cambio. Lo debe dejar así. No le debió haber hecho caso a la vendedora. Como sea, quiere creer que así se ve atractiva y elegante.
Su madre la observa cuando va bajando la escalera y se siente muy orgullosa. —Hija, cómo me gustaría que tu padre estuviera hoy acá con nosotras. —se limpia las lágrimas. Estaría de acuerdo conmigo en que pareces un ángel con ese traje blanco. Aunque sea un matrimonio falso, no deja de ser un día muy importante para nosotras tres.
La madre abraza a su preciosa hija con ternura. —Dios bendiga este sacrificio que estás haciendo por tu hermana. Deseo con todo mi corazón que ese sr Leonardo te trate bien y que estos dos años pasen rápido para que vuelvas a nosotras.
—¡Gracias madre! Dios nos bendecirá estoy segura. Angie se va a recuperar totalmente y esa será nuestra mejor recompensa. Y no lo tomes como que me estoy sacrificando jajajajaja. Tampoco es que voy al altar para que me degüellen….
—Se trata de representar un papel como si de una obra de teatro se tratara. No soy una talentosa actriz, pero te he visto madre. Sé cómo has salido adelante en tu papel de esposa amorosa y madre abnegada y te voy a imitar.
—Le prometí al sr Leonardo dar lo mejor de mí para que él también se sienta cómodo conmigo estos dos años. Al final de ese tiempo, él no tendrá queja de mi y espero para entonces haber cumplido satisfactoriamente con este rol de esposa contratada por el cual me va a pagar tanto dinero.
—Hija tengo una duda. —la madre toma del brazo a Anya y la lleva al balcón, lejos de Angie. —Hija, ¿tú y ese sr Leonardo tienen que….. Ay hija no se cómo preguntarte. ¡Me da pena!
—¿Quieres saber si él y yo vamos a tener intimidad? —lo dijo en voz baja. —No madre. Le pregunté lo mismo y me dijo que eso no estaba estipulado en el contrato.
—Tal vez, en alguna ocasión, me tomará de la mano, o me dará un abrazo. Quizás hasta un beso si la situación lo amerita. Pero hasta ahí. No te preocupes por eso.
—Hija, ¿no has pensado que tú, o él, se puedan llegar a enamorar el uno del otro? Esa convivencia por dos años pudiera llegar a convertirse en amor o en costumbre y no quiero que salgas lastimada Anya.
—Te entiendo viejita linda. Quédate tranquila. No voy a este matrimonio con ese propósito. Además, sé que él es un picaflor empedernido, he visto cómo las mujeres enloquecen por él por eso en todo momento procuraré evitar situaciones comprometedoras que puedan llegar a malinterpretarse y también desde un principio, le dejaré muy claras mis propias reglas.
—Oh Anya, esto no será fácil, pero cuentas conmigo. Por favor hija mantenme enterada de cómo van las cosas. No me ocultes nada.
OK madre. No nos preocupemos por anticipado. Vamos a terminar de darnos los últimos retoques. No falta mucho para que vengan por nosotras.
Sobre las 10 de la mañana, sienten que un auto se aproxima. Angie se asoma a la ventana y entonces grita. —¡Oh Dios, Anya, un auto blanco larguísimo y lleno de encajes y flores se estacionó frente a nuestra casa!
—Debe ser Víctor, el chofer enviado por el sr Leonardo. ¡Vamos! Madre, Angie, vamos…. No olviden nada.
Al llegar frente al registro, Víctor es el primero en salir del carro. Impecablemente vestido con su uniforme de chofer, le abre la puerta a Anya y la ayuda a salir. Luego ayuda a las otras dos mujeres a bajarse de la limusina.
—Anya buenos días. —Es Diego quien amablemente se acerca y le ofrece su brazo para entrar juntos y llevarla junto a Leonardo. En la puerta del registro se encuentran esperando otras personas, pero Anya solo conoce a algunos.
Diego se acerca a una hermosa y elegante rubia y le dice a Anya —es mi esposa Laura. Las dos mujeres se saludan con un ligero abrazo y una sincera sonrisa. —Encantada Anya, mucho gusto. —Igualmente, un gusto.
Todos caminan hacia un lujoso despacho, donde se encuentran varias personas esperándolos . Anya ve a Leonardo y le corre un escalofrío por todo su cuerpo. ¡ Está más bello que nunca y le está brindando una espléndida sonrisa!
Leonardo se acerca, le da las gracias a Diego y la toma de la mano. ¡Estás preciosa! Le dice al oído. Ella lo mira y con una dulce mirada le agradece el elogio pero no dice nada.
Todos se acomodan en sus puestos y se da inicio a la ceremonia. —"Estamos aquí reunidos para llevar a cabo el enlace matrimonial entre Leonardo Dupont y Anya. ¿Ustedes están acá reunidos por voluntad propia?"
—Ambos asintieron. "Les leeré algunos de sus derechos y obligaciones en este contrato de matrimonio" . Después de leer brevemente, vino el momento de la firma, pero antes Leonardo pidió la palabra. Eso sorprendió a Anya. No habían quedado en decir algunas palabras o algo así, pero todo se podía esperar de este fascinante hombre.
Leonardo pidió la atención de todos. —Por favor, hoy es uno de los días más felices de mi vida, pues estoy a punto de casarme con esta hermosa criatura, así que quería inmortalizar este momento con algo especial.
—Anya, te pongo este anillo para que siempre recuerdes que eres mi esposa y también por lo especial en que te estás convirtiendo para mi. Si miras con detenimiento, tiene mi nombre y la fecha de hoy. Tú llevarás mi anillo y yo el tuyo.
— Se lo puso y luego Anya hizo lo mismo muy sorprendida. Ese acto le pareció muy tierno. Leonardo se miraba realmente feliz, no se le veía tenso al perder de esa forma su amada libertad. Tenía una sonrisa en su hermoso rostro que no se le quitaba con nada.
El abogado de los padres de Leonardo que también estaba allí presente en la ceremonia junto a Diego, miraba con asombro como Leonardo firmaba esa acta. Dijo —Diego, me preguntó si el motivo de su felicidad es porque ya aseguró su herencia, o porque está enamorado en verdad. Conozco a Leonardo y sé que por su herencia sería capaz de esto y más, pero tengo mis dudas.
—¿Dudas sobre qué abogado? No entiendo.
—Hay varias cosas que me llaman la atención, dijo. —Una es la acción de los anillos, ese juego es de los más caros y lujosos. Son de un diseño exclusivo, debió gastar muchísimo dinero. ¿Por qué se tomó esa molestia?
—Segundo, la forma en que la mira. Esta fascinado con Anya. No le molesta la idea de estar casado junto a esa hermosa chica. Creo que la cláusula de los padres se cumplirá cabalmente y ni se dará cuenta. Te apuesto a que terminará enamorado y rendido a los pies de Anya.
—No sé abogado, respondió Diego un tanto molesto. Enamorarse no creo. Le gusta mucho eso sí, desde el primer momento en que la vio en la foto, ya estaba en el piso babeando por ella. La deseará seguramente, Leonardo es un playboy, pero enamorarse no creo.
—Recuerda mis palabras querido Diego, si este es un matrimonio falso, al cabo de dos años, se convertirá en un AMOR DE VERDAD. ¡No creo equivocarme!
—Shitsss hagamos silencio abogado. El juez está hablando.
—“Leonardo, Anya, los declaro marido y mujer”. Por favor, firmen el acta y después pueden besarse.
—La feliz parejita firma. Luego Leonardo mira embelesado a Anya y a continuación la toma de la cintura. Contempla su boca por unos instantes. Se suponía que era un suave y ligero beso, pero Leonardo parece hechizado. Los dos cierran los ojos y actúan como si el mundo hubiera desaparecido para ellos dos. Anya no tiene poder de reacción, queda estática. Aunque solo fueron segundos, para ellos ese beso fue eterno. No querían despegarse.
El carraspeo del juez los vuelve a la realidad. —Todos aplauden. Anya no entiende qué rayos pasó, pero hace un esfuerzo por disimular que todo está bien, que aquí no ha pasado nada.
Abrazos vienen y van. Tina y Emilia están felices. Felicitan a Anya y le desean lo mejor al lado del codiciado príncipe. Diego, Sergio y otros compañeros de trabajo hacen lo mismo.
Anya desconcertada y emocionada busca a su madre y la ve sentadita sola al lado de Angie, entonces va hacia ellas. Ellas la abrazan y la besan. La madre le dice al oído secretamente. —¿ Y ese beso? ¿ Tú estás enamorada de ese muchacho?
—¡No madre! Es mi primer beso y me confundió. Pensé que me lo iba a dar en la mejilla, pero me sorprendió cuando me besó en la boca. Y no sabía cómo responder. Es todo.
—Es muy lindo tu esposo hermanita, dice Angie. Es como dijiste, un príncipe, dice suspirando. —Ayyy ¡me gusta tu esposo, estoy enamorada!
—¡Angie!, gritan Anya y su madre. Jajajajajajaja
A continuación, Anya siente que alguien la toma fuertemente de la cintura y se voltea para ver de quién se trata. Leonardo. Entonces ella lo toma de la mano y lo lleva aparte.
—¿Era necesario eso de los anillos? ¡Eres un exagerado! , decía con su cara de fastidio ante lo que pensaba era una estupidez.
Leonardo sabiendo el efecto que causó le responde. —No era necesario querida esposa, pero lo quise así. ¿No te gustan? Los mandé hacer especialmente para nosotros dos esta mañana muy temprano. Cuando todo esto termine pueden ser nuestros anillos de amistad. Porque te seguiré viendo, digo, si tu quieres.
—Bueno sr Leonardo, faltan dos años para eso. Pero bueno, ¿por qué no? Mira su mano, y le dice pícaramente —Los anillos son hermosos, un bonito detalle esposo, gracias. Y para demostrarle que ella también sabe coquetear lo besa apasionadamente en la boca.
Leonardo, sorprendido le responde —¿Verdad que soy un encanto corazón? Y la vuelve a besar como si no existiera un mañana.
Todos los que vieron ese beso, no dudaron que entre esa hermosa PAREJITA había nacido ¡UN AMOR DE VERDAD!