Keres Jabbar Elrryan tiene su primer banquete de cumpleaños como hijo menor del Emperador del Imperio Kardext. En el banquete, su padre y hermano mayor le dan dos obsequios que todo el mundo sabe, no es mas que para dejar en claro que Keres es su leal mascota.
Keres es consciente de ello y a pesar de eso acepta los dos obsequios: el título de "Conde" junto a sus deterioradas tierras y un sangriento matrimonio con la Princesa que rechazó a su hermano mayor hace algunos años, ordenando a Keres destruir todo el Reino de Elentia y capturar a la familia Real.
Claramente sabe que el matrimonio es una clase de castigo para ambos y estaba preparado para recibir el desprecio de su esposa.
Pero, ella repetir hasta el cansancio que "lo ama", está intrigado del por qué su esposa se comporta de esa manera cuando se supone debe odiarlo. Y queda más intrigado cuando todo el mundo le dice: "Tú esposa es un demonio, una villana".
«¿...? ¿...?» [Pero si mí esposa es increíblemente adorable]
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BOTICARIO
Erevan no sabía que pensar de la escena ante sus ojos.
Habían vuelto a la mansión y Keres estaba sentado frente a él, en el sofá, y junto a su amigo estaba una Oona envuelta, y amarrada en una manta. De hecho, al verla con esa manta verde, Erevan pensaba...
[Parece un gusano verde saltando de alegría al lado de Keres, ¿Tan feliz se puso sólo por robarle un beso a su esposo?]
No sabía si reír o sentir lastima por ella por cómo la había amarrado su esposo, aunque ya no fue necesario pensar en eso cuando Keres se aclaró la garganta antes de decir:
«Lamento que hayas tenido que ver esa escena tan vergonzosa»
«N-no. Son una pareja casada, así que realmente... Eso no es algo a lo que me debas una explicación»
Keres lo pensó un momento, lo que decía Erevan era cierto, ambos estaban casados y el besarse era el acto más normal del mundo siendo marido y mujer. Suspiró con alivio y resignación, mientras no podía estar enojado demasiado tiempo con su encantadora esposa, que justo en éste momento se había echado en su regazo.
Dejó que su esposa sacara las manos de la apretada manta, no la detuvo cuando Oona tomó su mano y empezó a jugar con él comparando el tamaño de sus dedos, y no la apartó cuando ella lo besó en la mano con tanto cariño que hasta sintió que había corazones flotando alrededor de su esposa.
Viendo esto, Erevan se burló de su amigo.
«¿Acaso le diste alguna poción de amor?»
Keres negó al mismo tiempo que acariciaba el rostro y cabello de su contenta esposa con la otra mano. A Oona parecía encantarle sus caricias y los disfrutaba sin soltar la otra mano que tenía agarrada.
«Entonces practicaste hechicería prohibida con ella»
Argumentó Erevan. Y por supuesto, Keres volvió a negarse, él no creía haber hecho algo por lo que Oona le demostrara su amor de ésta manera.
La pareja intercambió miradas y ella le sonrió tontamente, haciendo que su esposo soltará un pletórico suspiro.
«No tienes remedio ¿Verdad?, Oona»
Oona no le respondió y sólo se acurrucó en el regazo de ese hombre, que acarició su cabello rubio, en dónde Oona cerró los ojos y se quedó quieta y tranquila. Porque para ella, era su lugar seguro.
«Ajem»
Erevan se aclaró la garganta de forma tan notoria, que logró hacer saber a Keres que todavía no estaba a solas con su esposa. Cambió de tema de inmediato, quería ir a descansar.
«Con respecto al paseo por el Ducado, Doris los acompañará y luego, supongo que se marcharán al Condado»
Keres asintió y, Erevan cruzó las piernas para apoyar sus brazos en el espaldar del sofá de forma poco elegante.
«En todo caso, creo que es buen momento para presentarte al boticario que te mencioné»
El Duque dio un suave aplauso y un par de caballeros ocultos entraron a la habitación, escoltando a un hombre con piel bronceada de corto cabello negro, ese hombre con lentes circulares se arrodilló ante Keres con elegancia.
«Me presento ante el segundo príncipe de Kardext, mí nombre es Odiseo, un boticario que estará al servicio del Conde Keres»
Keres lo miró un largo momento antes de preguntar:
«¿De dónde eres, Odiseo?»
«¿Eh?» [¿Por qué me hace esa pregunta? ¿No se supone que sólo estoy ocultando mi verdadera identidad?]
"Odiseo" miró sutilmente al Duque Erevan que con una fría expresión lo cuestionó:
«¿Qué pasa Odiseo? ¿No puedes contestar una simple pregunta de su majestad? Sólo contesta con coherencia si no quieres morir»
Keres se quedó en silencio, viendo cómo Erevan parecía estar amenazando con la mirada a aquel hombre de piel bronceada.
[No conozco al Duque, pero algo se siente mal en todo esto. Mis instintos no pueden equivocarse]
Él, era el príncipe ilegítimo, el perro de la familia imperial y un gran general que había liderado innumerables guerras.
Gracias a ello, poseía un impresionante instinto para detectar alguna trampa o engaño. Casi siempre detectaba las trampas que el enemigo elaboraba, y diseñaba su formación de ataque para lidiar con eso. Para tener la menor cantidad de bajas posibles.
Keres Jabbar Elrryan, no se había convertido en la espada de Kardext sólo por nepotismo.
Y aunque sospechaba de algo al ver a este hombre llamado "Odiseo", y estaba muy seguro que sus instintos no se podían equivocar luego de recordar el cadáver enpinado de aquel misterioso prisionero...
[Espero..., que no hayas hecho lo que creo. Erevan, eso es..., jugarse el pellejo por completo. Davor no te dejará en paz, si te llegara a descubrir... tal vez no pasé mucho antes de que te mate]
Cerró los ojos y los volvió a abrir, para finalmente levantar la voz para el boticario.
«Está bien, mientras obedezcas a mí esposa, no hay necesidad de que digas algo más. Pero si algún extraño te cuestiona al igual que yo...»
Odiseo tragó saliva cuando su, ahora "señor", lo miró con frialdad, mientras le daba un "consejo".
«Haras bien en asegurarte de que tu próxima respuesta sea más... aceptable. Porque, si acaso alguien careciera de origen ¿Qué le impediría carecer también de un futuro?»
«S-sí señor» [No puede ser, ¿Acaso me estaba poniendo a prueba?, al parecer fallé. Qué miedo, básicamente me dijo que haga bien mi fachada o me matará si alguien descubre mí verdadera identidad]
En tanto Odiseo estaba temblando de miedo en el suelo, aún arrodillado con pensamientos de pánico, Keres observó a Erevan y le preguntó:
«¿Estás seguro de ésto? ¿De hacer ésto?»
La mirada de Erevan cambió ligeramente, e intercambio miradas con Keres, cómo sí tratara de describir si lo había descubierto o no. Después de todo, él era muy consciente de la habilidad de Keres, debido a que participó en una guerra a su lado.
Keres, realmente medio lo descubrió. Con tan poca información, lo había hecho y esperaba la respuesta de Erevan.
[Erevan nunca ha tenido problemas en controlar la prisión de Agenón, fue algo extraño que hubiera un cadáver de algún prisionero, y más de esa manera. Por lo poco que ví del cadáver, se parecía bastante al perfíl del boticario. Por lo tanto, si Erevan realmente lo mató, Davor sospechará al instante, igual que yo]
Mientras el pensaba, Erevan notó que el general Keres se dio cuenta de lo que hizo. O eso suponía. Dejó su pose despreocupada y se puso serio para al fin responder.
«Ya no hay vuelta atrás, para asegurarme de no arrepentirme, envié el informe hace horas, ¿Ésto responde a tu pregunta?»
«Sí» [Si el informe ya llegó a Davor, y si era importante para él, entonces ya debe estar en camino al Ducado. No estoy seguro si era importante para él, pero es mejor prevenir que lamentar. Debo retirarme]
Keres cargó a su esposa dormida con cuidado y se levantó del sofá.
«Erevan, se sabio con tus palabras. Podrías estar cazando, pero cuando te des la vuelta, verás al tigre asechandote»
«¡¡¡...!!!» [¿Está diciéndome que si no tengo cuidado, podrían matarme? Ah, rayos, ¿En qué demonios me metí? Sabía que sería algo complicado, pero no pensé que tanto]
Erevan tomó aire y con el semblante oscuro contestó:
«Aunque digas eso, "ya no hay vuelta atrás", Haré ésto por tí, mi amigo. Aunque si no lo quieres, éste es el momento para decirlo»
El silencio llenó la habitación hasta que Keres le dio la espalda y caminó a la salida.
«Regresaré a mi Condado, cuando todo esté mejor prometo que vendré con Oona, para dar un paseo por tú territorio, la presumiste demasiado, y estoy con altas expectativas, amigo»
Erevan dilató sus pupilas lentamente y al final soltó una risilla sin decir nada más. Sólo escuchó la voz de Keres diciendo:
«Y tú, Odiseo, párate, nos vamos de inmediato»
«Ah, sí señor»
Ellos se fueron y Erevan soltó un pesado aire para finalmente pararse.
«Antes que nada, debo solucionar lo de la muerte de Lucas» [Si Keres se dio cuenta, es muy claro que Davor se dará cuenta]
y morí de ternura con Keres eligiendo un arma xa su frágil mujer 🤗🤭🤭