Julia siempre ha sido una mujer de carácter fuerte, marcada por un pasado trágico que la dejó sin fe en el amor. Como hija de un CEO millonario, su vida está rodeada de lujos, pero también de heridas: su madre, destrozada por las infidelidades de su padre, terminó quitándose la vida. Ahora, su padre insiste en que Julia se case, organizando citas con hombres que él considera "adecuados". Pero Julia tiene un plan: sabotearlas todas.
Todo cambia una noche, cuando Julia, cansada de las manipulaciones de su padre, llega a una cita y, por error, se sienta en la mesa equivocada. Sin saberlo, su mordaz actitud y su lengua afilada despiertan el interés de un hombre que no es su cita: un peligroso mafioso acostumbrado a obtener lo que quiere. Fascinado por su audacia, él queda obsesionado con conquistarla, sin importar el costo.
Lo que comienza como un juego de poder y seducción pronto se convierte en una atracción incontrolable que arrastra
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capitulo 16
El aroma de la comida recién preparada llenaba el aire del departamento de Adrián. Julia estaba sentada en una de las sillas del comedor, observando con desconfianza cómo él servía los platos, tratando de mantener la calma mientras las preguntas seguían agolpándose en su mente. Había muchas cosas que no entendía de Adrián, y la sensación de incomodidad que sentía desde la cita había aumentado. Él sabía demasiado de su vida, demasiado de lo que pasaba en su hogar, incluso lo más íntimo, y eso la ponía en alerta.
Adrián puso dos platos en la mesa con una sonrisa tranquila, como si nada estuviera sucediendo, como si la tensión que ambos compartían no fuera más que un juego. Pero Julia lo miraba con desconfianza, sin saber si debería sentirse agradecida por el gesto o temerosa de sus intenciones.
—Aquí tienes, te preparé algo sencillo. Espero que te guste —dijo él, mientras se sentaba frente a ella.
Julia asintió con una sonrisa forzada, sin dejar de observarlo, preguntándose por qué lo hacía. ¿Qué quería realmente de ella? ¿Por qué la protegía, la cuidaba tanto? La respuesta seguía siendo un misterio para ella, y cada vez más, la sensación de que había algo más detrás de sus actos crecía.
Adrián comenzó a comer sin prisas, pero sabía que Julia aún no se sentía cómoda. La tensión era palpable, así que decidió romper el silencio antes de que la atmósfera se volviera aún más pesada.
—Sé que estás preocupada por lo que pasó ayer —dijo, levantando la mirada hacia ella—. Pero necesito que entiendas algo.
Julia lo miró fijamente. Sus ojos reflejaban una mezcla de rabia y confusión, y no podía evitar preguntarse si Adrián realmente tenía buenas intenciones. Sabía que no era un hombre sencillo, y había algo en su mirada que siempre la hacía sentir que él ocultaba algo más.
—¿Qué quieres que entienda? —preguntó, su tono frío pero lleno de vulnerabilidad.
Adrián dejó el tenedor en el plato, su rostro se tornó serio, y fue entonces cuando Julia sintió que las palabras que estaba a punto de escuchar cambiarían su perspectiva.
—Lo de la cita, lo de lo que te pasó con esa bebida, no fue idea de tu padre. Fue Patricia, tu madrastra, quien lo planeó todo —explicó con calma—. Camila, tu hermana, estuvo involucrada también.
Julia frunció el ceño, la sorpresa y la ira se apoderaron de ella en un instante. Patricia, su madrastra nunca había sido una persona fácil de tratar, pero jamás imaginó que pudiera llegar a hacer algo así. Camila, por otro lado, siempre había tenido una especie de rivalidad con ella, pero lo que Adrián le decía parecía ser más de lo que Julia podía procesar.
—¿Qué estás diciendo? —su voz tembló ligeramente, y sus manos apretaron el tenedor con fuerza. La rabia estaba comenzando a apoderarse de ella.
Adrián suspiró, dándose cuenta de que no iba a ser fácil hacerle entender la situación. Pero sabía que debía ser honesto con ella, que al menos merecía saber la verdad, aunque su reacción pudiera ser difícil de manejar.
—Ellas hicieron que te drogaran , Julia. Lo hicieron porque… no te soportan. Patricia ha estado planeando esto durante meses, querían verte caer, querían que te sintieras vulnerable, que perderías el control —explicó, sus ojos fijos en los de ella.
El mundo de Julia se desmoronó un poco más. Su enemiga vivía más cerca de lo que imaginaba la habían traicionado de una manera tan cruel. Camila, su hermana, también había estado involucrada. ¿Por qué? ¿Por qué todo esto? Las preguntas no dejaban de rondar su mente.
—¿Por qué me estás contando esto? —preguntó, casi en un susurro, como si sus palabras pudieran romper todo lo que quedaba de su mundo.
sabía que la relación con su relación con su madrastra y hermana eran muy mala pero esto excedía todos los límites.
Adrián se inclinó hacia adelante, mirándola con intensidad. Sabía que no podía hacer que confiara en él de inmediato, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para que entendiera que no todo en su vida era un juego, que sus acciones no solo respondían a su mundo mafioso.
—Porque te mereces saberlo. Y porque sé lo que es sentir que no puedes confiar en nadie, pero te juro que no quiero que caigas en las manos de esas personas. Ellas solo quieren controlarte, hacerte sentir pequeña. Yo… yo no quiero eso para ti, Julia —dijo con una sinceridad que rara vez mostraba.
El silencio se instaló entre los dos. Julia no sabía qué pensar. No estaba lista para perdonar a su madre ni a su hermana por lo que habían hecho, pero algo en la mirada de Adrián la hizo dudar. No entendía por qué, pero algo dentro de ella se sentía atraído por la idea de que alguien realmente quería protegerla. Quizá había algo genuino en él, a pesar de su vida peligrosa y sus oscuros secretos.
Adrián observó la confusión en sus ojos y supo que el camino hacia su confianza no sería fácil, pero estaba dispuesto a recorrerlo. Sin embargo, eso no era todo lo que quería de ella. Él no solo la quería protegida, también la quería a su lado, y eso no sería sencillo.
—¿Y tú qué? —preguntó Julia, alzando la voz con algo de frustración—. ¿Por qué me proteges? ¿Qué es lo que realmente quieres de mí?
Adrián se quedó en silencio unos segundos. Era una pregunta que había esperado. Sabía que Julia aún no confiaba completamente en él, y tampoco esperaba que lo hiciera de inmediato. Pero la verdad era más compleja de lo que podía explicar.
—No sé qué quiero de ti, Julia. Solo sé que no quiero que sigas viviendo en ese ambiente. No quiero que sigas siendo vulnerable a ellos, a lo que te hacen. Y no quiero que sigas sintiéndote sola —dijo, su voz suave pero llena de una firmeza que dejaba claro que no era solo una promesa vacía.
Julia lo miró por un momento, sus pensamientos enredados. No sabía si podía confiar en sus palabras, pero algo en su interior le decía que debía escuchar.
En ese instante, Adrián se levantó y tomó su chaqueta de cuero. Julia lo miró desconcertada, sin entender qué estaba sucediendo.
—Vamos, te voy a llevar a mi trabajo. Necesito que vengas conmigo, al menos por hoy —dijo, mientras avanzaba hacia la puerta.
Julia dudó, pero algo en su mirada le dijo que no podía negarse. Quizás él no tenía malas intenciones, o tal vez solo era una forma de mantenerla cerca. A pesar de su desconfianza, no podía negar que Adrián era alguien que había cambiado la forma en que veía las cosas.
—No quiero ir —contestó, con tono firme.
—Lo sé —respondió Adrián con una sonrisa ligera—, pero lo harás de todos modos.
Aunque Julia aún no estaba completamente convencida, aceptó su invitación, sintiendo que de alguna forma, su vida había dado un giro inesperado.
o quizá se refiere a eilana o como se llame 🤔