En la historia, los protagonistas luchan por estar juntos, pero mientras eso pasa, y la protagonista trata de evitar ser el sacrificio, Beryl, el personaje extra, es quien es entregado al dragón como sacrificio, para que este siga siendo el protector del reino.
Pero, justo cuando Beryl esta por ser el sacrificio, otra alma ocupa su lugar y este, no esta dispuesto a sacrificarse por nadie, así que debe de encontrar una forma de salvar su propia vida, ¿podrá huir?, ¿será el sacrificio?
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capítulo 16- ¿dudas?
Los sacerdotes seguían sin comprender, ¿como era posible que la diosa enviará a ese omega como su mensajero?, pero, de algo estaban seguros, no era mentira, el dragón estaba bajo su servicio y además, uso el hechizo sagrado, algo que ningún humano común podría hacer.
"Ese omega podría darnos problemas, no podemos permitir que siga vivo."
"Debemos acabar con él, la diosa es quien nos pidió entregar el sacrificio al dragón, es imposible que lo prohíba ahora."
"Debe ser una farsa, algo debió hacer ese omega para sobrevivir."
"Silencio, no podemos deshacernos de él, ¿están locos?, si es el enviado de la diosa, ella nos castigará si le hacemos daño." Les regaña el cardenal.
Los sacerdote guardan silencio, pero aún no se sienten convencidos que la diosa haya enviado a un omega, en dado caso, si ella quería un representante debió elegir a un integrante del templo o a una doncella pura.
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Beryl por su parte, pidió la habitación más cómoda, pues el enviado de la diosa, debe de tener un lugar tranquilo donde descansar, por supuesto, le entregaron una habitación grande, con un baño privado, además con una excelente vista.
Aunque mira tras él y Frederick estaba recostado en el sofá tranquilamente.
—¿por qué estás aquí?, ya te dieron una habitación.— pregunta enojado.
— soy tu esposo, puedo entrar a esta habitación, me gusta la vista y tiene más luz.— señala las ventanas.
— la tuya también es buena, anda, shu, shu...baja del sofá tus patas.— sacude las manos como cuando se aullenta a un perro.
— ¿que te molesta?, en mi castillo también actúas como si fuera tuyo.—
Beryl le sisea y después se va al baño, debe cambiarse esa ropa, por suerte, trajo un cambio más cómodo, pero debe pedirles a los sacerdotes más ropa. Al salir del baño, ya Frederick no estaba, al parecer solo había entrado a molestarlo.
Beryl sale de su habitación en busca de algún sirviente, encontrando a un sacerdote, al cual le pide que le consiga mas ropa, el sacerdote se indigna ante la petición, diciendo que no ellos no son sus sirvientes y el templo no gastará en un omega.
— omega enviado por la diosa. ¿En verdad esta seguro de querer traer la ira de la deidad?— Beryl deja ver un par de descargas en sus manos.
El sacerdote retrocede y dice que hará que un sirviente se lo consiga. No cabe duda que se dará una vida de rey en ese lugar, atemorizando a esos locos.
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Al día siguiente, una doncella llego con Beryl para dejarle una caja con ropa y zapatos, también le dijo que ella le servirá durante su estadía en el templo, además de que, los condes Farreli piden verlo. Beryl se queda en silencio, pero, decide recibirlos, así que es guiado por la doncella de nombre Sara, al llegar y entrar a la sala, el conde se acerca extendiendo sus brazos.
— hijo mío, que alegría saber que has vuelto.— menciona el conde.
—¿hijo?, señor, creo que me confunde, yo solo era un sirviente en su casa.— responde con seriedad.
— ¿pero que dices?, sabes que soy tu padre, somos tu familia.— ríe nervioso.
Y es que al no ser una sala privada, los sacerdotes iban y venían, por lo que si escuchan que Beryl los niega, ellos perderán el prestigio de ser los padres del elegido por la diosa.
— no seas altanero, te criamos por años y nos dolió entregarte, pero gracias a eso eres el enviado de la diosa, tienes el honor de enorgullecer a la familia Farreli.— menciona la condesa.
— señora, aún tengo en mi espalda las cicatrices de los latigazos que me daba, ¿que culpa tenía yo de ser el fruto de una infidelidad?— Beryl se cubre el rostro sollozando y se cae de rodillas al suelo.
Esto llama la atención de los sacerdotes, en especial del cardenal que iba llegando.
—¿que pasa aquí?, conde Ferreli, ¿por qué el joven llora?—
— señoría, ellos le reclaman al joven, dicen que lo han criado, pero el joven ha dicho que la condesa lo golpeaba.— responde la doncella.
— no te metas tu, sirvienta.— grita la condesa.
Beryl se arrastra asustado al escuchar el grito de la condesa y se abraza así mismo.
— no por favor señora, no me pegue.— llora.
El cardenal mira a los condes, mientras que la doncella ayuda a Beryl a ponerse de pie, asegurando que nadie le hará daño.
— condesa, modere su voz, creo que es claro que el joven le teme.— reclama el cardenal.
— no es así señoría, él solo esta actuando...— trata de justificarse el conde.
— y como explica esto.— Frederick había llegado y abrazo a Beryl, dejando que solo vean su espalda descubierta, siendo evidente las cicatrices que claramente fueron hechas por un látigo, unas más antiguas, otras, parecían hechas hace pocos meses.
Los presentes estaban asombrados por aquello que veían y pronto se escuchan los murmullos, diciendo que los condes son crueles, han dañado a quien ahora es el enviado de la diosa.
"Es un joven puro, no busco venganza pese al daño que le han hecho."
"Por eso la diosa lo ha elegido, ha sufrido, sin embargo no carece de maldad."
"El elegido es inocente y ha tenido una vida triste, la diosa se ha compadecido de él."
Los condes no sabían ni donde esconder sus caras.
— condes Farreli, les pido no acercarse al joven enviado por la diosa, no permitiré que lo dañen, él es un ser sagrado del templo.— habla el cardenal.
Enseguida pide a los guardianes sacar a los condes del palacio, mientras que Frederick le ha cubierto con su capa y Beryl solloza en el pecho de este.
— no se preocupe joven Beryl, el templo lo protegerá de esos pecadores.— le informa el cardenal.
Dicho esto, el cardenal ordena a todos regresar a sus labores, mientras le pide a Frederick llevar a Beryl a su habitación para que este tranquilo. Los condes salieron hechos furia del templo, estaban indignados de que Beryl los hiciera quedar en evidencia, ellos creen merecer el prestigio por ser quienes criaron a Beryl.
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