Es un libro sobre un romance entre dos jovenes universitarios, Nyx Frost y Jasper Brooks. Nyx es fría y distante, mientras que Jasper es cariñoso y comprensivo. La historia se centra en cómo Jasper se involucra en el oscuro mundo de Nyx, afectando su relación con sus seres queridos y explorando temas de manipulación y relaciones tóxicas.
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Capitulo 14: Sombras del Regreso
...Nyx Frost...
La lluvia había cesado, pero la humedad seguía impregnando el aire mientras me adentraba en la cabaña. El ambiente estaba en calma, como si la tormenta hubiera limpiado el mundo exterior y dejado solo un velo de tranquilidad. Sin embargo, esa paz era una ilusión frágil; mi mente estaba alerta, consciente de que algo no estaba bien.
En mi estudio, rodeada de los libros que solían ser mi refugio, la luz de la lámpara proyectaba sombras danzantes en las paredes, creando una atmósfera de aparente serenidad. Pero el sonido de un golpe seco en la puerta rompió la calma con la contundencia de una alarma.
Mi corazón se aceleró al instante. El golpe era firme, con una determinación que me resultaba inquietantemente familiar. Me levanté lentamente, sintiendo la tensión en cada fibra de mi ser. Me dirigí hacia la puerta, mis pasos resonando en el suelo como ecos en el silencio de la cabaña. Al abrirla, la visión de Marcus me hizo detenerme en seco.
—Marcus —dije, intentando mantener mi voz tan serena como me sentía. —No esperaba verte aquí.
Marcus cruzó el umbral sin invitación, su figura alta y poderosa emergiendo de la oscuridad de la noche. Sus ojos, alguna vez tan intensos, ahora me miraban con una mezcla de desafío y resentimiento. El aire se cargó de una tensión palpable mientras avanzaba hacia mí.
—No puedo decir que me sorprenda verte aquí —continuó, su tono cargado de una frialdad inquietante. —Pensé que al menos deberíamos resolver la conversación pendiente.
Mi mente giraba mientras trataba de procesar su presencia. —¿Qué es lo que quieres, Marcus? —Mi voz intentaba mantenerse firme, pero sentía el peso de sus palabras como una presión en el pecho.
Marcus se acercó más, su presencia casi imponente.
—Tu partida no ha sido simplemente una ruptura. Las consecuencias de tus acciones han resonado más allá de lo que imaginaste. No puedo permitir que te marches sin enfrentar lo que has causado.
El ambiente se volvía cada vez más opresivo, el aire cargado de una electricidad que me ponía los nervios en alerta.
—Te advertí que mi decisión era firme. No puedo seguir bajo tu control. Si has venido aquí para amenazarme, te aseguro que no me rendiré.
Marcus soltó una risa fría que resonó en la cabaña como un eco ominoso.
—¿Amenazar? No, Nyx. Esto es una advertencia. Lo que hiciste dejó un vacío que no será llenado tan fácilmente. Estoy aquí para mostrarte el precio de tu libertad.
Mi respiración se aceleró mientras trataba de mantener la calma. —No me asustas, Marcus. Estoy dispuesta a enfrentar las consecuencias de mis decisiones. No voy a permitir que el pasado controle mi presente.
Marcus se detuvo frente a mí, con su mirada penetrante. —No entiendes la magnitud de lo que has hecho. Los hilos que cortaste están conectados a más de lo que crees. No subestimes lo que estoy dispuesto a hacer para hacerte pagar.
El silencio que siguió era abrumador, cargado con la amenaza implícita en sus palabras. Mi mente estaba en alerta máxima, buscando alguna forma de lidiar con el desafío que representaba Marcus.
—Si crees que puedes manipularme o amenazarme para que regrese a ti, estás equivocado. Estoy aquí para quedarme, y no me rendiré.
Marcus hizo una pausa, evaluándome con una intensidad que me hizo sentir pequeña. —No te equivoques, Nyx. Este encuentro es solo el principio. Tu decisión ha cambiado el juego, y el precio de tu libertad es más alto de lo que imaginas.
Con esas palabras, Marcus dio un paso atrás y se giró hacia la puerta. Su figura se desvaneció en la oscuridad de la noche, dejándome sola con el peso de su amenaza. Cerré la puerta lentamente, sintiendo cómo la calma de la cabaña se hacía aún más pesada, cargada con la tensión de lo que estaba por venir.
Me giré hacia el estudio, el silencio ahora cargado de un peso que no había sentido antes. El regreso de Marcus había traído consigo una ola de incertidumbre y peligro, y sabía que mi pasado no estaba tan enterrado como había creído. Mientras me sentaba de nuevo en mi escritorio, comprendí que debía estar preparada para enfrentar las repercusiones de mis decisiones, sin importar cuán oscuras fueran.
Al día siguiente, el sol de la mañana se filtraba a través de las copas de los árboles, bañando el campus con una luz que contrastaba con la tormenta interior que había dejado la noche anterior. Caminaba por el campus, mi mente inmersa en la fría lógica de mi situación. Las sombras del pasado y las amenazas de Marcus se entrelazaban en mi mente, pero no permitía que me distrajeran de mi propósito actual.
Me detuve en una de las bancas del jardín, mi postura erguida y la mirada fija al horizonte. La tranquilidad del entorno no era más que una cortina para el juego que se estaba llevando a cabo en mi interior. La calma exterior no debía engañarme.
De repente, una voz familiar, cargada de una desafiante familiaridad, interrumpió mi concentración.
—Pensé que te encontraría aquí —dijo Marcus.
Me giré con calma, encontrándome con Marcus de pie frente a mí. Su presencia, lejos de sorprenderme, solo intensificó mi enfoque. Lo observé con una mirada fría, sabiendo que cualquier muestra de emoción podría ser una debilidad.
—Marcus —dije, mi tono impasible. —Qué sorpresa verte. ¿No has aprendido a no molestarme?
Marcus avanzó un paso, su postura tan desafiante como siempre. —No estoy aquí para jugar, Nyx. Hay asuntos que necesitamos resolver.
—¿De verdad? —Mi expresión permanecía inalterada, pero en mi mente calculaba cada posible movimiento. —Ya te he dicho que no estoy interesada en discutir nuestro pasado. Mis decisiones están tomadas y no hay vuelta atrás.
Marcus se acercó, su mirada evaluadora fija en mí. —Eso es lo que crees. La verdad es que no puedes escapar de lo que has hecho. Tienes que enfrentar las repercusiones de tus acciones.
—Tu capacidad para subestimar a los demás es notable —respondí con un toque de desdén. —Ya te he dejado claro que no estoy dispuesta a jugar tus juegos. Si has venido a amenazarme, estás perdiendo el tiempo.
Marcus parecía disfrutar de mi resistencia, una sonrisa cruel asomando en sus labios. —No es una amenaza, Nyx. Es una advertencia. Hay un precio que pagar por tus decisiones, y tú vas a pagarlo.
No permití que su actitud me desestabilizara. En lugar de eso, mi mente se mantenía fría y analítica, buscando cualquier señal de debilidad que pudiera explotar.
—Si crees que puedes intimidarme, estás equivocado. Mi vida sigue adelante, y no voy a permitir que tu regreso la arruine.
En ese momento, una tercera presencia interrumpió la conversación, rompiendo el flujo de tensión entre Marcus y yo.
—Nyx, ¿estás bien? —La voz de Jasper apareció, su preocupación palpable mientras se acercaba.
La entrada de Jasper trajo una interrupción oportuna, y mi mirada se desvió brevemente hacia él.
—Jasper, te lo agradezco —dije con un tono que intentaba ser neutral, aunque la situación no estaba bajo control.
Marcus lo observó con interés , su actitud despectiva claramente evidente.
—¿Y este quién es? —preguntó Marcus, su tono cargado de desprecio.
—Jasper —respondí con frialdad. —No es necesario que te involucres. Esto es algo que debo manejar.
Marcus lanzó una última mirada desafiante antes de girarse, sus pasos resonando en el suelo mientras se alejaba.
—No olvides lo que te dije, Nyx. Nos veremos de nuevo.
La tensión se disipó con su partida, pero no permití que mi expresión se relajara. Me volví hacia Jasper con una mirada que reflejaba un control imperturbable.
—Gracias por intervenir, pero no te preocupes. Lo manejé bien.
Jasper asintió, notando la firmeza en mi postura. —Lo importante es que estés bien. Si necesitas hablar sobre esto, estoy aquí.
Acepté su oferta con una inclinación de cabeza, sabiendo que su presencia era útil, pero manteniendo la distancia necesaria. Mientras caminábamos juntos, mi mente seguía calculando las siguientes etapas del plan, preparándome para lo que el futuro podría traer.
El día avanzaba lentamente hacia el crepúsculo cuando salí del campus, mi mente todavía ocupada por el regreso de Marcus y lo que significaba para mi control sobre mi vida. La luz dorada del atardecer proyectaba largas sombras sobre el camino mientras caminaba hacia la cabaña, con Jasper a mi lado. Su presencia, aunque no esencial, ofrecía una compañía que en estos momentos no resultaba del todo desagradable.
Jasper, a mi lado, rompió el silencio con su voz llena de curiosidad.
—Nyx, ¿quién era ese hombre con el que estabas discutiendo? Parecía bastante intenso
Lo miré con frialdad, sin dejar que mis pensamientos más profundos se reflejaran en mi rostro.
—Es alguien del pasado —dije, manteniendo la calma. —Un capítulo que preferiría haber dejado atrás.
Jasper asintió, su expresión mostrando una mezcla de preocupación y curiosidad. —Entiendo. Si necesitas ayuda con algo, solo dímelo.
Su oferta de ayuda era sincera, pero no podía permitirme depender de nadie. Aun así, apreciaba su disposición y su compañía en estos momentos inciertos.
—Gracias, Jasper. Lo tendré en cuenta.
El sol comenzaba a esconderse tras el horizonte mientras nos acercábamos a la cabaña. La atmósfera exterior estaba cargada de un aire de cambio, una sensación de que algo más estaba por ocurrir. A medida que entrábamos en el interior, el ambiente se volvía cada vez más sombrío, reflejando el tumulto interno que sentía.
Mientras Jasper y yo nos acomodábamos en el salón, me preparaba para enfrentar las consecuencias del regreso de Marcus. La presencia de Jasper, aunque reconfortante, no podía desviar mi atención de la amenaza latente que había dejado en el aire.
La noche cayó rápidamente, envolviendo la cabaña en un manto de oscuridad. La luz tenue de las lámparas apenas lograba iluminar el espacio, creando sombras alargadas que parecían danzar en las paredes. Mientras me acomodaba en mi silla, mi mente seguía girando en torno a la conversación con Marcus, sus palabras resonando en mi cabeza.
Jasper se sentó en una esquina del salón, observándome con una mezcla de curiosidad y preocupación. Su presencia en la cabaña era una distracción, pero no podía permitirme ignorar la amenaza que Marcus representaba. Sabía que debía prepararme para lo que viniera, sin dejar que nada me desviara de mi objetivo.
Con la noche avanzando, me sumí en mis pensamientos, tratando de trazar un plan para enfrentar la nueva amenaza. No podía permitir que el pasado interfiriera con mi presente. Mientras el silencio de la cabaña se asentaba, sentía que cada segundo que pasaba era una preparación para el próximo desafío.
El crepúsculo y la oscuridad que se instalaban eran recordatorios constantes de que estaba en el umbral de un nuevo conflicto. No había lugar para la debilidad, solo para la estrategia y la determinación.
A medida que la noche se adentraba, Jasper se levantó y se acercó a mí con una actitud decidida. —¿Quieres hablar sobre lo que pasó? A veces, compartir lo que te preocupa puede ayudar a despejar la mente.
Lo miré, su preocupación genuina reflejada en sus ojos. Aunque apreciaba su oferta, sabía que había cosas que debía enfrentar por mi cuenta.
—No es necesario, Jasper. Solo necesito tiempo para procesar todo esto. Tu presencia aquí es suficiente por ahora.
Jasper asintió, respetando mi deseo de mantener la conversación en términos generales. Se acomodó de nuevo en su lugar, y el silencio que siguió fue un recordatorio de que el conflicto interno y externo estaba lejos de resolverse.
La noche avanzó lentamente, y mientras la oscuridad llenaba la cabaña, me preparaba para enfrentar los retos que Marcus había traído consigo. Sabía que mi capacidad para enfrentar estos desafíos dependería de mi determinación y habilidad para mantener el control.
Finalmente, el cansancio me llevó a retirarme a mi habitación, con la mente aún ocupada por las palabras de Marcus y el impacto de su regreso. Mientras me preparaba para descansar, comprendí que debía mantenerme fuerte y enfocada, sin permitir que el pasado definiera mi futuro.
La noche se llenó de sombras y silencios, y aunque el desafío estaba lejos de resolverse, sabía que la fortaleza interior y la determinación serían mis mejores aliados en lo que estaba por venir.