Mauricio Silva, un exitoso empresario de 38 años, se encontraba en una posición inesperada. Conocido en la alta sociedad por su inteligencia, carisma y atractivo, Mauricio había disfrutado de la vida de soltero por muchos años. Las cenas de gala, los eventos benéficos y las reuniones de negocios eran su hábitat natural. Sin embargo, su vida dio un giro radical cuando se convirtió en el tutor legal de Samanta Santos, la hija de su mejor amigo fallecido.Samanta, de 20 años, era todo un desafío. Conocida entre sus amigos y conocidos como el "demonio", no por maldad, sino por su espíritu indomable y travieso.
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Capítulo 16 : Charla Íntima Entre Amigas
Sofía y Samanta se encontraban en el dormitorio de Samanta, rodeadas de cojines y mantas. La tarde de verano se deslizaba lentamente hacia el crepúsculo, bañando la habitación en una luz cálida y dorada. Era el momento perfecto para una conversación sincera entre amigas.
—¿Sabes? Siempre me he preguntado cómo será mi primer beso —dijo Samanta, rompiendo el silencio. Su voz tenía un tono soñador, sus ojos brillaban con una mezcla de curiosidad y anhelo.
Sofía sonrió, consciente de que su amiga estaba entrando en terrenos desconocidos del corazón y los sentimientos. —Yo también me lo he preguntado muchas veces. Pero creo que es algo que no puedes planear del todo. Simplemente sucede, y cuando lo hace, te das cuenta de que es especial.
Samanta se mordió el labio, pensativa. —Me imagino que debe ser mágico. He escuchado a algunas chicas en la escuela hablar de sus primeros besos, y siempre suena tan... perfecto.
Sofía rió suavemente. —No siempre es perfecto, Sam. A veces puede ser torpe o inesperado, pero eso no lo hace menos especial. De hecho, creo que las imperfecciones son lo que lo hace memorable.
—¿Y tú? ¿Has besado a alguien? —preguntó Samanta, curiosa.
Sofía asintió, su expresión se volvió un poco nostálgica. —Sí, lo he hecho. Mi primer beso fue con un chico del campamento de verano. No fue como en las películas, pero fue bonito a su manera.
—¿Cómo te sentiste? —inquirió Samanta, inclinándose hacia adelante.
—Me sentí nerviosa al principio, pero después fue como si todo encajara. Es difícil de explicar, pero sentí una conexión, algo que me hizo sentir especial y querida —respondió Sofía.
Samanta suspiró, dejándose llevar por sus pensamientos. —Creo que quiero que mi primer beso sea con alguien que realmente me importe. Alguien que me haga sentir segura y amada.
Sofía le dio un ligero empujón en el hombro. —Eres una romántica empedernida, Sam. Pero eso está bien. Todos queremos sentirnos amados.
—¿Y tú? ¿Cómo fue para ti? —preguntó Samanta, volviendo a la conversación.
—Mi primer beso no fue tan romántico como el tuyo, pero fue especial a su manera. Estábamos en una fiesta, y simplemente pasó. No había velas ni música suave, pero el hecho de que sucediera de manera espontánea lo hizo memorable —dijo Sofía, recordando el momento con una sonrisa.
—Siempre me he preguntado cómo sería... —Samanta dejó que sus palabras se desvanecieran, su mente vagando en posibilidades.
—¿Tu primer beso? —Sofía adivinó, viendo la mirada perdida en los ojos de Samanta.
Samanta asintió lentamente. —Sí. Siempre me he imaginado cómo sería estar tan cerca de alguien, sintiendo sus labios contra los míos.
Sofía sonrió, comprensiva. —Es normal tener esas curiosidades. Yo también las tenía antes de mi primer beso.
—¿Cómo fue para ti? —preguntó Samanta, su curiosidad palpable.
Sofía se tomó un momento para recordar. —Fue... inesperado. Estábamos en una fiesta, bailando. De repente, él me miró a los ojos y simplemente sucedió. No fue perfecto, pero fue bonito a su manera.
—¿Te sentiste diferente después? —Samanta preguntó, su voz apenas un susurro.
—Sí, un poco. Es como si algo dentro de ti cambiara, como si un nuevo capítulo se abriera —admitió Sofía.
—Quiero que mi primer beso sea con alguien especial. Alguien que realmente me importe —dijo Samanta, su voz llena de determinación.
Sofía asintió, su mirada llena de comprensión. —Y así será, Sam. Cuando llegue el momento, sabrás que es el correcto.
—¿Y cómo sabré eso? —Samanta preguntó, su voz teñida de incertidumbre.
—Lo sentirás en tu corazón. Es difícil de explicar, pero cuando sucede, simplemente lo sabes —respondió Sofía.
Samanta sonrió, sintiéndose un poco más segura. —Gracias, Sofía. Hablar contigo siempre me hace sentir mejor.
—Para eso están las amigas, ¿no? —dijo Sofía, devolviéndole la sonrisa.
La conversación cambió de tema, pero el pensamiento de su primer beso permaneció en la mente de Samanta. Sabía que algún día, cuando llegara el momento, estaría lista para recibirlo con el corazón abierto.
### Charla sobre la Primera Vez
Después de un rato de charla sobre besos y primeros amores, la conversación entre las dos amigas derivó hacia un tema más profundo y personal: la primera vez. Samanta, con su naturaleza romántica, siempre había idealizado este momento, mientras que Sofía, más libre de pensamiento, tenía una perspectiva diferente.
—Sam, ¿alguna vez has pensado en cómo será tu primera vez? —preguntó Sofía, un tono de curiosidad genuina en su voz.
Samanta se sonrojó ligeramente, pero no evitó la pregunta. —Sí, lo he pensado. Quiero que sea con alguien que realmente ame. Alguien con quien me sienta segura y conectada emocionalmente.
Sofía sonrió, comprendiendo el punto de vista de su amiga. —Eso es bonito, Sam. Pero no siempre sale como lo planeamos. A veces, la vida nos sorprende.
—Lo sé, pero quiero que sea especial. Mi mamá siempre me decía que la primera vez debe ser con alguien que te respete y te haga sentir valorada —respondió Samanta, sus ojos brillando con una mezcla de inocencia y determinación.
—Tu mamá tenía razón. Pero también es importante que tú te sientas lista y que sea algo que realmente desees, no solo porque sientas que debes hacerlo —dijo Sofía, su voz llena de sabiduría.
—¿Y tú, Sofía? ¿Cómo lo imaginas? —preguntó Samanta, deseosa de conocer la perspectiva de su amiga.
—Para mí, es más sobre el momento y la conexión. No me importa tanto planearlo, sino sentir que es el momento adecuado con la persona adecuada —respondió Sofía con sinceridad—. Quiero que sea espontáneo, algo que surja de manera natural.
—Eso suena liberador, pero también un poco aterrador —admitió Samanta, mordiéndose el labio.
—Lo es, pero también es emocionante. La vida está llena de sorpresas, y a veces las mejores cosas suceden cuando menos las esperas —dijo Sofía, riendo ligeramente.
Samanta suspiró, dejando que las palabras de su amiga calaran hondo. —Quiero que mi primera vez sea memorable, pero también quiero sentirme amada y respetada.
—Y así será, Sam. Solo asegúrate de que sea por las razones correctas y con la persona correcta. No te apresures. Cuando llegue el momento, lo sabrás —le aconsejó Sofía.
Las dos amigas se quedaron en silencio por un momento, cada una perdida en sus propios pensamientos. La conversación les había acercado más, revelando sus sueños y miedos más profundos.
Samanta sintió una ola de gratitud hacia Sofía. Tener una amiga con quien compartir estos pensamientos y sentimientos era un regalo invaluable. Sabía que, sin importar lo que el futuro le deparara, siempre tendría a Sofía a su lado para apoyarla y guiarla.
La noche continuó, y las dos amigas siguieron hablando, riendo y soñando juntas. Era una noche que ambas recordarían, una noche de conexión y comprensión, donde el amor y la amistad se entrelazaron de una manera única y especial.