Sofía Alcántara, una chica llena de traumas por su infancia difícil trata de lidiar con su vida diaria, sin embargo, por parte del trabajo tiene que viajar a un nuevo país, lugar donde conoce a un chico en un bar y terminan pasando la noche juntos, sin saber que se lo encontraría al día siguiente... ¡en su trabajo!
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El extraño del bar
*En este episodio hay escenas de sexo que pueden ser no aptas para todo el público, se recomienda discreción*
Jueves 26 de Mayo
POV's Sofía
Aterrizamos pasadas las 3 pm en el aeropuerto de Ottawa. Recogimos nuestras maletas y después vimos al chofer que nos fue a buscar, así que caminamos hacia él y nos ayudó con el equipaje hasta que llegamos al auto y subimos todo.
En el trayecto al hotel fui observando todo lo que pude, realmente estaba asombrada con tantos edificios gigantes y gente multiétnica de aquí para allá. Mucho movimiento en la ciudad.
Logré escuchar que Emilio se comunicaba por teléfono con su jefe. Me juraba que era un hombre sumamente trabajador y disciplinado, muy respetuoso y calculador, pero sobre todo, muy solitario, al parecer tenía años que estaba soltero después de que cancelara su compromiso con su ex novia.
En fin, llegamos finalmente al hotel; Emilio en seguida dio el nombre de la reservación y nos entregaron nuestras respectivas llaves, los botones nos guiaron hasta nuestras habitaciones, que estaban juntas, y dejamos todo ahí para posteriormente ir a almorzar al restaurante del mismo hotel.
-Buenas tardes, les dejo el menú, y cuando estén listos para ordenar, pueden llamarme, igual si necesitan alguna recomendación no duden en pedirla-dijo el mesero con una sonrisa y luego se retiró
Ambos observamos el menú que nos había dado y decidimos pedir algo sencillo para cada uno acompañados de aguas frutales de temporada. Llamamos al mesero y cinco minutos después, se retiró con nuestra orden.
-¿Y qué te ha parecido lo que has podido mirar desde que llegamos? - preguntó Emilio
-Pues, hay mucho movimiento eso sí-contesté con una risa- pero es muy bonito todo, hay demasiados edificios gigantes
-Sí, es una ciudad muy agitada, ya sea de locales o turistas, algunos por trabajo y otros por vacacionar, pero siempre hay multitud en las calles
-Vaya, supongo que tendré que acostumbrarme
-Descuida, si se puede-soltó una risita-en fin, esta noche saldremos a cenar con el señor Collins para que se conozcan, será a las 8,así que hay tiempo para descansar
-Ya veo, el señor Collins, que nervios-suspiré y solté una risita-pero lo del descanso suena maravilloso
Nos reímos y seguimos platicando de varias cosas hasta que llegó el mesero con nuestros platillos.
Terminando, Emilio pagó y nos fuimos a nuestras habitaciones. Ya en la mía, le llamé a mi nona.
-¿Sofi?
-Hola, abue, solo te llamé para avisarte que ya llegamos y todo está bien
-Me alegra oír eso, mi niña, ¿qué te parece la ciudad?
-Ay, abue, ¡es preciosa!, claro que aún no la conozco toda, pero lo que pude ver me encantó, solo que es muy concurrida
-Bueno, es una ciudad de primer mundo, tendrás que acostumbrarte a la concurrencia, aún así, me alegra mucho que te guste, es bueno que cambies de aire
-Pero estamos muy lejos, abue-sentí como se me nublaban los ojos y mi garganta comenzaba a cerrarse
-No llores, cariño, a mi también me duele que nos hayamos alejado tanto, pero es bueno para ti, no tendrás una oportunidad como esta si la desperdiciabas, así que ánimo, que tu abue no se va a ningún lado, aquí estaré esperando a que vuelvas
-Más te vale que así sea, abue, sino no te voy a perdonar y te iré a buscar hasta donde estés solo para reprochártelo-me reí y sequé con mis manos las lágrimas que se habían escapado
Seguimos hablando un rato más, hasta que colgamos, puse mi alarma para las 6 pm y me recosté, no supe ni en que momento me quedé dormida.
*Sonido de alarma*
Maldición, quiero seguir durmiendo. Apagué la alarma y me paré al baño, tomé una ducha y salí envuelta en una toalla diez minutos después. Abrí mi maleta y saqué un vestido azul rey que me llegaba hasta mitad de pantorrilla con un escote en V y la espalda descubierta, no sabía si era demasiado, pero Emilio dijo que iríamos a un restaurante elegante, y esto era lo más cercano a lo elegante que había traído.
Aún no comenzaba a vestirme cuando recibí una llamada de Emilio diciendo que el señor Collins acababa de cancelar por un asunto repentino, no puede ser, puse la estúpida alarma por nada. Sin embargo, al parecer, la cena seguía en pie, así que continué arreglándome.
A las 7:30 pm tocaron a mi puerta, observé por la mirilla y pude ver a Emilio del otro lado. Abrí y en seguida se me calentaron las mejillas al ver como me miraba aquel hombre.
-Ni siquiera tengo palabras, maldición, estoy sorprendido, perdón
-También te ves muy guapo, Emilio
Ambos nos miramos y sonreímos.
-¿Estás lista para irnos?
-Casi, solo me falta una cosa-fui al tocador y agarré mi collar-¿me lo pones?-lo tendí frente a él
-Por supuesto-me di la vuelta y alcé mi cabello para facilitarle el trabajo, pero pude escuchar como soltó un suspiro en cuanto lo hice
Un minuto después, el collar estaba colocado en mi cuello, le agradecí y tomé mi bolso
-Ahora sí estoy lista- sonreí
Salimos de la habitación y nos dirigimos al estacionamiento para subirnos al coche.
Exactamente a las 8 pm estábamos en la recepción del restaurante.
Todo en ese lugar exudaba elegancia, hasta los comensales, me alegra haberme puesto este conjunto, de lo contrario, parecería fuera de lugar.
......................
Pasamos una velada maravillosa cenando y charlando, todo estuvo exquisito.
Sin embargo, aún nos quedaba un poco de pila, así que Emilio me dijo que podíamos ir a un bar cercano para terminar la noche y luego irnos a descansar, lo cual acepté.
En efecto, estaba cerca, no tardamos ni diez minutos en llegar al lugar. Entramos y casi no había gente, era de esperarse, puesto que apenas eran las 10 pm y era jueves. Nos sentamos en la barra y él ordenó un vaso de whisky en las rocas y yo opté por un martini. Estábamos charlando muy a gusto hasta que él recibió una llamada, por su cara al contestar, noté que era algo no muy bueno, luego me miró y se alejó un poco para seguir la llamada, yo me quedé en la barra.
Casi 15 minutos después, regresó y me miró con una cara algo preocupada, pero no se animaba a hablar.
-Emilio, ¿ocurre algo? Me estás preocupando
-No es nada malo, descuida, pero tengo que irme, surgió algo en casa de mis papás, te puedo llevar al hotel si gustas
-Eh, no, vete, no quiero retrasarte, yo tomaré un taxi, no te preocupes, ¿sí?
-¿Estás segura? Dios, no quiero dejarte sola y menos en un bar-se pasó la mano por el cabello
-Tranquilízate, estaré bien-le sonreí- ahora vete porque tu cara de preocupación es terrible
-Bien, pero cualquier cosa, llámame por favor y vendré en seguida-sacó su cartera-ten, esta es mi tarjeta, el nip es 6789, paga cuando termines, y no te preocupes por el gasto-me dio un beso en la frente - te veré luego ¿sí?
Por un momento me quedé quieta, me tomó por sorpresa su gesto, al parecer se dio cuenta de lo que hizo porque se sonrojó, yo solo me reí.
-Anda, ya vete-lo empujé suavemente
Soltó una risa negando con la caveza y finalmente me quedé sola, me volví hacia la barra nuevamente y me quedé mirando mi copa, hasta que me la tomé de golpe. No debería estar tomando así, de por sí tomamos vino en la cena, pero después de la copa número 5, perdí la cuenta, estaba en problemas.
...****************...
Desperté con el sonido de mi alarma, y en seguida sentí un dolor punzante en la cabeza, y ni hablar del cuerpo, parecía que me había apachurrado un camión, debí caerme en algún sitio.
Me paré de la cama y fui al baño para tomar una ducha, iba a desnudarme, pero caí en cuenta de que ya estaba desnuda, ¿qué demonios?. Traté de no prestar atención y me bañé, diez minutos después, ya estaba afuera, fui al tocador y me miré en el espejo, tenía todo el maquillaje escurrido en los ojos, que horror.
Me limpié alrededor de los ojos, saqué ropa de la maleta y me quité la toalla del cuerpo para ponerme la ropa interior, hasta que escuché un
Giré lentamente hacia donde había escuchado la voz y abrí los ojos como platos cuando vi a un hombre debajo de las sábanas de la cama.
-¿Sucede algo?- preguntó
-¿Quién eres tú y que haces aquí? - pregunté nerviosa
-¿No recuerdas lo que pasó anoche?
-¿Anoche?-cerré los ojos y fragmentos de recuerdos vinieron a mi mente, carajo.
-Supongo que estabas algo ebria para recordar, descuida, me iré, pero antes ¿podría tomar una ducha rápida?
-Eh... Eh, si claro, digo, que más da ¿no?, después de lo que pasó una ducha es lo de menos, adelante- dije rápidamente por los nervios
-Si te incomoda puedo irme ya, tranquila
-No, no, descuida, estoy bien
-¿Entonces por qué tienes las manos en puños?
Miré mis manos y, en efecto, había hecho puños mis manos y los dedos estaban comenzando a ponerse blancos por la fuerza ejercida. Solté una risa y relajé las manos.
-Puedes bañarte, descuida-le sonreí al extraño
-Bien, no tardaré - me devolvió la sonrisa y se metió al baño
¡Carajo! ¿Pero es que soy estúpida o qué? ¿Cómo se me ocurre tener sexo con un extraño que conocí en un bar, en una ciudad que no conozco? ¡Esto no puede estar sucediendo!
Traté de calmarme y me vestí rápidamente, me estaba maquillando cuando salió el extraño, volteé a verlo y en seguida cayó mi mirada a su pecho y abdomen desnudos. Pero que maravillosa vista. Sacudí la cabeza y regresé mi mirada al espejo, solo escuché una risita a mis espaldas. Imbécil.
-Soy Cedric
-Sofía
-¿No eres de por aquí, verdad?
-¿Se nota mucho?
-Para nada-rió-¿de dónde vienes?
-De México
-Ya veo, bueno, yo soy de Gran Bretaña
Volteé a verlo, y vi que estaba mirándome con una sonrisa, se le hacían hoyuelos en las mejillas y me sentí hechizada.
-¿Vas a decirme que tengo una bonita sonrisa? - alzó una ceja
-¿Qué? - pregunté sorprendida
-Bueno, anoche cuando nos conocimos, me dijiste que tenía una sonrisa bonita - dijo caminando hacia mí
-¿Eso dije? - traté de retroceder, pero estaba pegada al tocador
-Dijiste que era muy bonita-llegó hasta mí
-¿Qué estás haciendo?-pregunté nerviosa
-¿Yo? No sé de qué hablas-dijo mientras se acercaba a mi rostro
Y sin aviso, me besó, primero fue lento, pero conforme pasaban los segundos, el beso se fue intensificando, me cargó por la cintura y me sentó sobre el tocador y se colocó entre mis piernas. Diablos, que hombre.
Nos continuamos besando y él comenzó a acariciarme las piernas mientras alzaba mi falda, le quité la toalla que traía envuelta y pude ver que estaba excitado, me quitó la blusa y me besó los pechos, quitó el brasier y se metió una a la boca y luego el otro, yo lo único que podía hacer era gemir por la maravillosa lengua que hacía un trabajo increíble.
De un momento a otro, me alzó la falda, me bajó la ropa interior y se agachó para lamer mi clítoris. Dios bendito, me estaba volviendo loca.
-Hazlo ya-le pedí
-Como ordenes, preciosa- se paró, me bajó del tocador y me viró acostándome sobre dicho mueble
Y de una embestida, clavó su pene dentro de mí, una, dos, tres veces, y cada vez más aumentaba la fuerza.
Pasaron más de diez minutos hasta que ambos llegamos al maravilloso orgasmo. Nos quedamos quietos un rato hasta que él salió de mí y se dirigió al baño, yo por mi parte me puse la blusa y esperé a que él saliera del baño para meterme.
Me limpié lo mejor que pude e hice rollito un pedazo de papel en sustituto de una toalla en caso de que saliera algo que no debería en medio del trabajo. Salí del baño y el nuevo conocido ya estaba casi listo.
-Sé que es raro, pero, ¿podemos seguir en contacto? - preguntó mirándome a los ojos
-Eh... bueno, supongo-contesté y en seguida sacó su celular y me lo tendió
-Anota tu número- tomé el celular y escribí mi número telefónico
En seguida se escuchó mi timbre de llamada.
-Ese es mi número-sonrió
Terminó de vestirse y se acercó a mí.
-Tengo que irme o se me hará tarde, espero verte pronto-me tomó de la cintura
-Entonces nos veremos por ahí, supongo- lo miré fijamente a los ojos
-Más vale que sí-terminó de acortar la distancia y me besó
Sonreímos y nos separamos, él se dirigió a la puerta y dijimos adiós antes de que él abriera la puerta y se fuera de mi habitación.
Ay por Dios, ¿qué acaba de pasar?, estaba en mi ensoñación cuando de repente sonó mi celular. Emilio.
Llamó para preguntar si ya estaba despierta, lo cual le contesté que sí y ya me estaba arreglando, colgué y registré el número de Cedric
Casi veinte minutos después, Emilio estaba tocando mi puerta, tomé mi bolso y abrí, lista para irnos.
En el camino, Emilio venía preguntándome si todo estuvo bien anoche, a lo que contesté que sí, también me contó un poco sobre el problema que le había surgido y como lamentaba haberme dejado sola.
Diez minutos antes de las 9, estábamos en las puertas de CCF Company, mi nuevo lugar de trabajo.
Subimos hasta el piso 14 y entramos a la sala de reuniones, en donde había ya varias personas. Emilio se tomó la gentileza de presentarme, y pude saludar a todos antes de sentarme a esperar junto con los demás al señor Collins.
Unos minutos después la puerta se abrió. Esto no puede estarme pasando a mí. ¡Era el extraño del bar!
